Capitulo 3

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Al entrar en la casa. Eros me agarra de la mano y me lleva a una sala donde hay una mesa rodeada de hombres jugando al póker. Mi padre me enseñó a jugar el póker,

-No te separes.- Dice Eros agarrándome la mano.

-¿Porque me has pedido que te acompañe?.- Le digo, Eros se para y se pone delante mío. Arion se detiene a unos metros de nosotros.

-Quiero conocerte, además así te espabilas.

-¿Espabilarme?.- Pregunto frunciendo el ceño.

-Eso es lo que más me molesta, siempre respondes con preguntas, ¿no puedes tener más carácter?.- Se pasa la mano por el pelo.

Me quedo callada.

Eros se acerca más a mi casi rozando nuestros cuerpos.- Con lo poco que he hablado contigo y un poco más vomito arcoíris .

No puedo decir nada porque Eros ya me tiene arrastrándome hacia el segundo piso, atravesamos un pasillo lleno de cuadros. Uno de ellos me llama la atención estaba situado en el final del pasillo. En él salía personas con una túnica negra que tapaba desde la cabeza hasta los pies, las personas estaban en un círculo y en el medio fuego. Como si estuvieran haciendo un ritual satanico.

Mi piel se eriza.

Ayuda...

Una voz se escucha en mi cabeza, sin duda desde que estoy en Eternel me pasa cosas raras. Me tranquilizo y pienso; Será imaginaciones mías.

-Has escuchado eso?.- Pregunta Eros.

Mis pies se paralizan. Y miro con los ojos abiertos a Eros.

-Digo el viento, porque te sorprendes tanto. Me encanta escuchar el viento me tranquiliza.

En otro lugar.

El frío se cuela por las grandes ventanales de esa rústica oficina. En ella los muebles son de una madera oscura . En la oficina hay cuatro estanterías llenas de libros y una mesa en el centro. Más al fondo de la habitación un hombre con máscara está sentado en un sofá de color vino rojo.

Pican en la puerta.

-Adelante.- Dice el hombre de la máscara. Su voz era demasiado ronca. Tenía el pelo negro oscuro revuelto y tras la máscara se podía ver unos ojos celestes, su cuerpo era delgado pero atlético.

Otro hombre pasa a la habitación. Este es de pelo castaño que le caía por sus mejillas pálidas hasta llegar a sus hombros, sus ojos de color miel, él tenía el cuerpo atlético al igual que el de la máscara. Pero menos atractivo que el mencionado hombre de la máscara.

-La hemos encontrado.- Dice el hombre de cabello largo. Su voz era fría pero con una chispa de burla.

-Por fin buenas noticias.- El hombre se levanta a por una botella de Whisky.- ¿Gustas?.

-Claro hay que celebrarlo Fuego.- El Castaño se acerca hasta su jefe.

Fuego— el hombre de la máscara— coge dos copas y sirve la bebida.

-Por Freya.- Los dos hombre brindan.- Tenemos que cuidar nuestros pasos, un fallo y acabamos como Eva.

-Tendremos cuidado Fuego, no os decepcionare.

-Lo se, confió en vosotros.- Dice sinceramente el de la máscara.- ¿Y por cierto, Alexi?

-¿Si Flama?

FreyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora