Freya

Capitulo 5

Oscuridad...

La habitación está oscuras. No hay ninguna ventana o algo que entre un poco de luz. Solamente oscuridad.

Afuera de la habitación se escucha llantos y gritos de dolor y impotencia.

¿Dónde estoy?

Mamá, papá por favor ayuda.

Tengo miedo... Mucho miedo.

-Ayuda por favor.- Musitó con la voz cansada.- Ayudarme.

El llanto se apodera de mi, y muchas preguntas rondan en mi cabeza.

Solo quiero ayuda. Solo quiero ser salvada por favor.

Por favor que alguien me ayude...

(...)

Me despierto sobresaltada y intento respirar, me cuesta, pero al final me relajo. Nunca me había pasado esto.

Desde que vine a este pueblo, estoy siempre en alerta. Como si alguien me estuviera observando.

Solo de pensarlo se me pone la piel de gallina. 

Desde que Eros me enseño su jardín secreto, no hemos hablado más.  Siendo sincera, me encuentro bien a su lado, hay algo que me hace acercarme a su presencia. Como si lo hubiera conocido en otras épocas, hay algo enigmático que me llama la atención.

Me quedo pensativa y intento recordar si lo había vito cuando era más pequeña.

Pero nada... Conocí a Eros apenas  1 mes.

Me levanto de la cama y me preparo para ir a la Universidad, me pongo el uniforme horrible y me dirijo a ingerir algo. Al bajar de las  escaleras me encuentro a mis padres y a mi hermana sentados a la mesa desayunando.

-Hola.- Saludo mientras que me cojo una tostada con mantequilla y mermelada.

Mi hermana me mira de arriba y abajo y pone una cara desagradable.

-Opinamos lo mismo el uniforme es horrible.

-Mas bien  estaba mirando tu cara- Dice mi hermana con una sonrisa burlona mientras que se levanta y sube seguramente a su habitación.

Yo acostumbrada a sus burlas, no me afecta en nada.

Mis padres no dicen nada sobre el comportamiento de mi hermana. Nunca me protege de mi hermana, en cambio cuando salgo siempre están a mi lado. Y no me dejan ir muy lejos. 

-Me voy a la Universidad.- Me despido de mis padres y marcho hacia la casa de Eros.

Sobre del tatuaje he decidido no contárselo a mis padres. Tengo casi 18 años ya puedo decidir sola. Si se llegan a enterarse  me llevaría un gran problema con mis padre, tengo suerte de que mi hermana no había dicho nada, si no estaría castigada.

Ya delante delante de la puerta de su casa, llamo. Espero algunos segundo y me encuentro con Estela -la madre de Eros-.

-Hola cariño, buscas a mi hijo verdad?- Asiento la cabeza-  Ahora baja.

Al pronunciar esas palabras, Eros se asoma por la puerta.

-No puedes vivir sin mi- Eros se me acerca con una sonrisa burlona, yo solo rodeo los ojos-.

-He estado toda mi vida sin nadie, no me haces falta.

-¡Auch! Eso dolió mucho pastelito, eres muy malvada.- Dice acercando una mano a su corazón y pone cara de nunca ha roto un plato-.

Rio- Eres más pesado y no soy malvada soy directa.- Puntualizo.

-No eras directa hace menos de un mes.

-A lo mejor he aprendido del mejor.- Digo acercándome a él.

Estela nos mira y se ríe- Os dejo solos niños.- Se da media vuelta y se adentra a la casa.

-Vamos a clase, o nos damos una vuelta-Propone Eros.

-Es muy tentador la segunda opción, pero no podemos faltar mucho a clase.

Eros hace un puchero- Que aburrida.

-Dime una cosa que no sepa- Alardeo.

-Pues se muchas cosas que tu no sabes pequeña.

-Lo que tu digas, señor sabelotodo.

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Estábamos esperando el profesor de mates cuando de repente entro el director. Todos los alumnos le saldan con unos buenos días, mientras él se sitúa en el centro de la clase.

-Buenos Días alumnos! Me presento aquí para comunicaros que tendréis un nuevo profesor de matemáticas.- Al mencionar eso la puerta se abre y entra un hombre alto de pelo castaño.

-Buenos Días alumnos, mi nombre es Alexi Suler y seré vuestro nuevo profesor de matemáticas.

-Espero que le deis una buena bienvenida al señor Suler, con permiso me retiro.

El señor Suler se despide del director y observa a sus alumnos quedando por ultimo a mi. El sonríe y dice.

-Para comenzar vamos a presentarnos, diremos nuestros nombres, edad y una afición que tengáis. Comenzare yo mismo y luego van los de delante. - Los alumnos asienten y comienza. Como habéis escuchado mi nombre es Alexi Suler, tengo 25 años y me gusta el deporte.

Las chicas de mi aula comienzan a cuchichear sobre la edad de Suler.

-¡Que guapo que es!

-¡Que joven que es, me he enamorado!

-Las chicas están locas, ni han hablado y ya se ha enamorado, que ridículo.- Me susurra Eros.- ¿A ti no te parece guapo?

-Atractivo es, pero puede tener eso de imbécil.-Contesto.

-Creo que has adivinado, mira como te mira.

Frunzo el ceño y dirijo mi mirada al profesor Suler.

-Míralo Scarlet, dile con la mirada que no se meta en tu territorio, desafíale- Susurra en mi oído, para luego coger apartar mi cabello a un lado.- Eres tu la reina, y el es un estorbo más, y ¿sabes lo que se hace los estorbos?.-Asiento, mientras mantengo mi mirada.

Una sensación de adrenalina recorre mi ser, me muerdo el labio para luego elevar mis labios a una sonrisa macabra. Mi respiración se acelera. No aparto la mirada en ningún momento. Los alumnos se siguen presentándose, parecen que no se dan cuenta del desafío de miradas que tenemos. 

Yo para finalizar me fijo en Eros y me fijo en sus labios. Me lamo los labios, y sin pensarlo estampo mi boca contra la suya. Eros me agarra la cabeza entrelazando mi pelo con su mano. Me separo con una sonrisa y le digo.

-¿Me acompañas a mi trono?

-Siempre Scarlet.- Y con esas palabras Eros me coge de la mano y nos levantamos de los asientos, los alumnos y Suler se nos quedan mirando atentamente.  

Camino junto a Eros con una sonrisa malévola, y al estar casi a la puerta, Suler por fin reacciona.-¿Donde vais? No os he dado permiso para marcharos.

Me giro y me rio de su cara.- Puedo hacer lo que me de la gana , y contestando a la primera pregunta.- Me acerco a donde esta.- A mi trono.- Observo a Eros, este tiene una sonrisa burlona, ando hasta él. 

Y antes de marcharnos murmuro.

- Sayonara, baby.