Capitulo 6

12 3 0
                                    


-Cada vez me sorprendes más, pastelito.

No le contesto. ¿Por qué me he enfadado así? ¿ Por qué me miraba así?

¿Y por qué tengo la sensación de conocerle?

Tantas preguntas, pero ninguna sin respuesta.

-No lo pienses mucho, ya se responderá las preguntas durante el tiempo, aun queda mucho pequeña.- Frunzo el ceño.- No me mires así, eres muy evidente.

Caminamos en el patio de la universidad,  ha pasado 1 hora desde que sucedió en clase. Me sorprende que hubiera tomado esa decisión.  Ya cansada de caminar, me tumbo en el césped al lado de un árbol.  De mientras Eros se apoya en el árbol.

-Eres muy confiada.- Salta Eros.- Te acercaste a mi como si fuéramos amigos de toda la vida.

-Seguramente porque me diste una buena impresión, no se,  solamente confié.- Dijo incorporándome.- De todas formas tu también te acercaste a mi.

-Cierto.-Pone una mueca.-Pero a lo mejor yo si te he visto alguna vez.

Le miro sorprendida.- ¿Dónde me has visto y cuando?

-Pastelito eres muy curiosa. ¿Sabes que la curiosidad mato el gato?

-Pero la satisfacción lo trajo de vuelta.-Contraataco.

-Pero la satisfacción con el tiempo se pierde.- Replica.

-Pero el gato ya supo adaptarse a la realidad.- Finalizo con una cara burlona.

-¿Entonces el gato muere si o no?- Eros camina hacia mi y se sienta delante mio.

-Para mi nuca muere el gato, los humanos son curiosos de naturaleza, es lo que da el sentido a la vida, preguntarte cosas y buscar respuestas. Es verdad que trae consecuencias y algunas muy malas, pero con ello aprendes a no cometer el mismo error. 

-Me sorprendes pequeña. Tienes una forma de ver el mundo impresionante. De hecho nunca , he conocido una persona tan curiosa como tu.

Me encojo de hombros mientras sonrió.- Y eso que aun no me conoces mucho.

-Tengo muchas ganas de conocerte, Scarlet. De saber todos tu buenos o dolorosos recuerdos, quiero saber todo de ti, me entras mucha curiosidad. 

-Tengo la sensación que ya me conoces Eros.- Confieso.

Eros siempre me ha dado una sensación que me conoce, seguramente es una paranoia mía. Pero se me hace raro que se acercara a alguien como yo. Una chica de lo más normal.

-Quien sabe... A lo mejor he estado contigo toda tu vida sin que te des cuenta.- Sonríe con una chispa de desafío.- O te he estado vigilando en las sombras y se toda tu historia.

-Lo digo de verdad Eros.

-Créeme, que yo también lo digo enserio pastelito.

-Me estás advirtiendo de algo Eros.-Dijo frunciendo el ceño, Eros ha mantenido su sonrisa burlona.

-Solo te estoy informando.

-¿Informando de que?.- Pregunto. ¿Me está tomando el pelo?.

-Cariño, aun no te has dado cuenta.-Se acerca Eros y me susurra al oido.- Hay un sujeto a unos 15 metros de nosotros, va vestido de negro. Y no creo que sea un nuevo amigo que tengas. Lleva escuchando desde hace unos 8 minutos. No te des la vuelta, haz como no te lo he dicho.-Eros se separa de mí sonriendo.

-Em...¿Vamos a clase?.

Eros se ríe. Es lo primero que se me ha venido a la cabeza, no es mi culpa. Se sigue riendo mientras yo hago una mueca.

-No te rías, es lo primero que se me ha venido a la cabeza.

Eros se pone una mano en la barriga y otra en la boca y se sigue riendo.

-¡Oye! Que tampoco es para reírse tanto.-Le golpeó en el hombro.

-Es que estabas toda muy serie, y de repente saltas con esa con una cara de payasa.

-¡Eros! Eres muy infantil, no te rías.-Dijo poniéndome encima de él y pegando.

-Ay ay, mi pobre hombro.-Se queja con sarcasmo.

-Tendrías que decir pobre a mi, no al hombro, te has burlado en mi cara imbecil.

-Nunca he visto a una chica tan peculiar como tú.

-¡Peculiar, te refieres a que soy una payasa, porque eso es lo que has dicho!

-Si, será por eso.- Me hago la ofendida.-No me pongas esa cara es la verdad.

-Eres un ser malvado Eros

-Pero si soy un amor.-Dice colocando la mano en su corazón.

-Y yo soy un angelito.-Me cruzo los brazos a la altura de los pechos.

-Por cierto mi angelito, ¿te acuerdas de la carrera?.

-¿Qué carrera? .-Me hago desinteresada. Pues claro que me acuerdo, supuestamente perdí la carrera.

-La que perdiste.-Me muerdo el labio inferior.- No hagas eso.

-¿Qué estoy haciendo? .- Le miro a los ojos con desafío.

-Scarlet...No me provoques.-Dice acercándose a mi. Me mira con los ojos entrecerrados, sus ojos grises analizan mis movimientos.

-¿Y qué vas a hacerme ?.- Clavo mi mirada a sus ojos. Eros coge mi cintura y me acerca a su cuerpo.

-Pequeña, no tienes la menor idea de lo que te haría.-Junta su frente con la mía.- Pero resulta que aún está el espectador.

-¿Ahora te importa lo que diga la gente?

-No, pero muchas acusaciones irán hacia ti. Y te meterías en un gran problema con tus padres.

Me quedo callada, despego mi frente con la suya, me levanto y extiendo mi mano.- Vamos a clase.

Él sonríe y con la ayuda de mi mano se levanta.

Nos miramos a los ojos, nadie dice nada, observo sus ojos color gris, ahora que me doy cuenta tiene una mezcla de un azul, también tiene un brillo especial, bajo la mirada hacia su nariz perfilada y recta, su punta esta roja por el frío, y sin poder evitarlo me fijo en sus labios carnoso y rojos, unos labios que me tienta a besarlo una y otra vez, unos labios que merece una atención. Él también me observa.

Y sin pensarlo me acerco para besarlo. Antes de poder juntar mis labios con los de él.

Eros había apartado su cabeza.

Me ha rechazado. Me mira avergonzado.

-Y-yo.- Busco una excusa pero nada me sale de mi boca.

Nos quedamos unos minutos en silencio, claramente avergonzados de lo que acaba de ocurrir. Me siento humillada.

-Vamos a clase.- Eros rompe el hielo, yo solo asiento con la cabeza.

Eros me acaba de rechazar.


FreyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora