-Mamá, sigo sin entender por que nos hemos tenido que venir a vivir tan lejos- me quejé.
- Ya lo hemos hablado hijo, me han trasladado aquí por cuestiones de trabajo, tu hermana no se ha quejado.
- Ya, porque tiene 4 años y enseguida hará nuevas amigas.
- Y seguro que tu también, tu hermana y tu empezáis el colegio en una semana, seguro que encajáis en seguida.
- Sí, lo que tú digas- cogí una caja para meterla en la que sería nuestro nuevo hogar- esta casa es enorme -dije una vez que entré - y está llena de polvo.
- Bueno, eso se debe a que esta casa ha estado abandonada 15 años - dijo mi padre.
-Genial, vivimos en una casa fantasma.
- ¿Hay fantasmas? - preguntó Ali asustada.
- No cariño - me puse de cuclillas para estar a su altura- era una broma.
- James - me llamó mi madre - por qué no vais Ali y tu arriba y elegís vuestras habitaciones.
- Sí, si, si - dijo Ali entusiasmada.
- Bueno, pues vamos arriba- cogí a mi hermana de la mano y subimos las escaleras.
Empezamos a abrir las puertas y encontramos dos habitaciones para nosotros, una enfrente de la otra y las dos con baño.
- Yo quiero esta - dijo Ali señalando la puerta que estaba al lado derecho del pasillo.
- Pues entonces yo me quedo con la otra - entré en la habitación y me di cuenta que las paredes tenían muchos restos de pintura rosa, había una enorme cama y un armario incrustado en la pared, tendremos que modificar algunas cosas, y ya que no tengo nada que hacer en la semana libre antes de empezar la Universidad, me encargaré yo de reformarla.
-Mamá - dije mientras bajaba las escaleras - tenemos que cambiar la habitación, aún que sea el color de las paredes.
-Claro.
- ¿Puedo ir ahora a comprar la pintura?
- ¿Tan rápido? - preguntó sorprendida.
- No tengo nada mejor que hacer.
- Está bien, ten cuidado, hay una tienda al final de la calle.
- Gracias - le di un beso en la mejilla - ¡Ali! - dije subiendo las escaleras - ¿de qué color vas a querer pintar tu cuarto?
-Mm... De morado clarito -me respondió - ¿tu de qué color lo vas a pintar?
- De blanco - respondí.
- No,blanco en muy soso, píntalo de azul.
- ¿Quieres qué lo pinte de azul?
- Sí -dijo con una sonrisa en la cara.
- Pues será azul entonces.
Cogí mi cartera y salí hacia la tienda, cuando llegué, compré la pintura, brochas, rodillos...
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Cartas perdidas en el tiempo - James Maslow-
RomanceElla soñaba con su príncipe azul y el buscaba a su princesa, pero después de todo, solo era una niña.