04 | Lo siento

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Aidan Gallagher
[ Dos semanas después ]

Tallé mis ojos con cansancio y los mantuve cerrados durante breves segundos, mientras respiraba hondo para tratar de alejar el estrés junto con aquella sensación punzante que ahora permanecía en mi cabeza.

Estaba comenzando a estresarme demasiado y el bullicio de la cafetería no ayudaba en nada. Solo me hacía sentir más inquieto de lo que ya estaba.

Hice una mueca cuando aquella punzada de dolor atravesó mis sienes de nuevo. Comencé a mover mi pierna de forma intranquila y decidí viajar mi mirada hacia la ventana que estaba a mi lado.

El cielo se encontraba cubierto por una capa de nubes bien dispersas y algunas gotas de lluvia chocaban contra el vidrio de la ventana, deslizándose hasta perderse de vista.

El cansancio comenzó a aumentar debido a que el clima frío me hacía sentir exhausto y con ganas de dormir durante todo el día. Tal vez era mi falta de sueño lo que me había estado fastidiando, definitivamente no dormir me hacía mal.

Pero todo era demasiado extraño. Hace algunas semanas cuando comencé a tener ese tipo de sueños, creí que eran solo eso, simples sueños. Sino hasta que comencé a tenerlos más seguido y cada vez eran más confusos. Incluso a veces, después de tenerlos y por muy cansando que me sientiera simplemente no podía volver a dormir. Solo me quedaba despierto durante horas viendo el techo blanco de mi habitación y formulando preguntas que hasta hoy, aún siguen sin respuestas.

No diría que siempre es lo mismo, ya que cada vez me encuentro en diferentes lugares. Ya sean playas, campos e incluso bosques. Y lo único que no cambia es ella. Siempre aparece, sin falta.

Creo que sonaría extraño si dijese que nos hemos ido conociendo de poco a poco desde mis sueños. Incluso que apenas hace unos días pude ver su rostro, pero solo en el sueño. Estaba conciente que la veía, y viceversa. Pero cuando despertaba era como si ese recuerdo se esfumara.

Eso me ha mantenido desconcertado estos últimos días, es la razón por la que me siento tan cansado.

Una mueca de satisfacción se plantó en mi rostro cuando el olor a café inundó mis fosas nasales; volteé en dirección hacia el frente viendo a Mace depositar dos vasos de café en la mesa y tomar asiento en una de las sillas.

Lo tomé y un suspiro salió de mis labios al sentir el café caliente bajar por mi garganta, después de eso podría decir que la sensación de cansancio fue disminuyendo. Incluso me sentía un poco más tranquilo.

Es que amo el café.

— ¿Me dirás porque estás así? — inquirió el castaño mientras le daba un sorbo a su café.

Sí, bueno... sigo sin contarle a Mace sobre el asunto. Obviamente él no es ningún tonto, desde hace días comenzó a darse cuenta que le oculto algo. Sin embargo, agradezco demasiado que lo haya pasado por alto. A veces hace demasiadas preguntas, sí, pero a pesar de notar lo inconforme que se siente con mis mentiras, prefiere solo darme mi espacio y quizá esperar a que yo le cuente, no lo sé.

Así es él.

— ¿Así cómo? — me hice el desentendido.

— Cansado, fastidiado, con ojeras e irritable — señaló mi rostro.

— Sigo componiendo la canción aún — mentí. Aunque en parte era cierto, aún sigo con ese pendiente.

— Querrás decir "buscando el título" — enarcó una ceja.

𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐍𝐄𝐎𝐍 ━━━ ᴬⁱᵈᵃⁿ ᴳᵃˡˡᵃᵍʰᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora