03 | Orbes profundos

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Aidan Gallagher

«Flores rodean su nombre» Escribí en una de las últimas hojas del cuaderno de pasta negra y símbolos blancos. Empujé el lápiz levemente, e inconsciente a un lado de las letras, comencé a trazar el dibujo de una flor, en específico, de una margarita.

Una sonrisa absurda curvó mi rostro y por alguna extraña razón no tuve intensión de reprimirla a pesar de estar en pleno salón de clases. Estaba feliz, y ni siquiera sabía el porqué.

- No entiendo cómo es que puedes estar tan tranquilo después de haber reprobado el examen de historia - susurró Mace - Es el tercero que repruebas de esa materia.

- Ya lo sé - relamí mis labios y reí - Pero siento que ni eso podrá arruinar mi día hoy. Es... raro - expliqué - Solo me siento bien y ya.

Entre-cerró sus ojos por unos breves momentos y a los segundos me miró con algo que noté a gracia.

- ¿Sentirte feliz implica dibujar florecillas en clase? - enarcó sus cejas y señaló mi cuaderno.

Mi sonrisa se borró al instante y el calor se instaló rápidamente en mis mejillas. Tosí tratando se evadir su mirada prejuiciosa e intenté ignorar su risa mientras apretaba la corbata de mi uniforme.

- Está bien, no tienes que contarme todo - negó con diversión - Pero lo que sí me da curiosidad es porqué llegaste tarde a la clase del profesor Williams - frunció levemente el ceño.

- Oh, eso - hice una mueca - Bueno... me distraje un poco en el camino - rasqué mi nuca con incomodidad.

No suelo ocultarle cosas a Mace, ya que en la mayoría de los casos, cuando tengo un problema, él es quien me ayuda. Pero esta vez, a pesar de tener un extraño presentimiento, quiero llevar las cosas por mi propia cuenta, no lo sé.

- Te distrajiste - repitió mientras asentía - Supongo que debió ser interesante, digo, cómo para que olvidaras que tenías que entregar a primera hora el proyecto que yo te hice - remarcó la palabra yo.

- Es un idiota - rodé los ojos - A pesar de llegar tarde, ni aún así quiso calificarlo, que resentido está ¿no?

- Te dije que no era buena idea ilusionar a su hija y luego ignorarla de la nada - murmuró.

- No la ilusioné - respondí en mi defensa - Fue ella quien se ilusionó sola sin haberle dado motivos.

- Claro que sí - dijo con sarcasmo y suspiró, volviendo su vista hacia la pizarra para seguir anotando - Oh, que quede claro qué - señaló lo que recientemente había escrito el profesor y aclaró - No pienso hacer tu parte de este proyecto. Tendrás que ir a mi casa o no sé, pero no haré tu trabajo esta vez. Es demasiado y no podré yo solo.

Asentí sin remedio alguno y preferí concentrarme en las indicaciones que explicaba el profesor para el proyecto en parejas.

Una vez terminó la clase, me dirigí a la cafetería por algún aperitivo, ya que me estaba muriendo de hambre y no podría aguantar hasta la hora del almuerzo.

Después de pedir una manzana y una botella de agua, decidí sentarme un momento en una de las bancas de afuera, debajo de un árbol.

Respiré profundamente y cuando terminé mi manzana y agua, me puse de pie para volver a entrar a la cafetería, ya que se me hacía más sencillo entrar a los pasillos por la puerta que había en esta.

Sin embargo, algo captó mi atención, y fue ver a una persona en particular discutir con algún profesor que no reconocí. Reí y miré bien su rostro y la gracia me invadió al ver su expresión tan molesta mientras apretaba sus puños para quizá evitar soltarle alguna maldición a su profesor.

𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐍𝐄𝐎𝐍 ━━━ ᴬⁱᵈᵃⁿ ᴳᵃˡˡᵃᵍʰᵉʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora