A de Alumerzo

933 63 8
                                    

Tenía tanta hambre, por despertar tarde se había olvidado de tomar su desayuno y también su almuerzo en la mesa de mi casa y ahora no tenía que comer.

No es que fuera glotón, pero como toda persona experimentaba los molestos síntomas de no haber comido por horas, necesitaba comer algo.

- Demonios - murmuró, con el ceño fruncido.

Caminó hasta la cafetería de la escuela, a ver si tenía aunque sea un poco  de suerte para comprar algo con que alimentarse, sin embargo al rebuscar en sus bolsillos, se dio cuenta que no traía la billetera, lo que es peor aún cuando regresó al salón a buscarla entre sus cosas, tampoco estaba, la había olvidado también.

¿Es que no podía irle peor en el día?

-Me muero de hambre- susurró entre dientes, molesto y apoyado en los casilleros del pasadizo, ni loco iría a pedirle ayuda a Meliodas, Escanor, King o Gowther porque serían capaces de restregarselo en la cara por el resto de su existencia, además él era Ban Smith, un chico popular,  jamás pedía algo, sintió como su estómago volvía a sonar, demandando algo para comer. Cerró los ojos con fastidio.

- Esto...- una dulce voz se escuchó a su lado algo tímida y bajita. Abrió los ojos y miró a su costado, observando, era mas baja que su tamaño tenía el cabello lila con tonos morados y sus ojos lilas era tan bajita que era tierna - esto... bueno Ban.

- Jericho - llamó, era su compañera de clases aunque no hablaban mucho era muy buena con el, atenta siempre era muy tímida con todos- ¿Se te ofrece algo?

Ella solo asintió levemente extendiendo un pequeño envase.

- Es para ti, escuché que no habias traido... tu almuerzo y yo bueno lo hice especialmente para ti- dijo la pequeña dama, con las mejillas aun mas rojas que antes por poco parecía un tomate.

Ban se quedó sorprendido ¿Ella había preparado un almuerzo? ¡ Cielo era un ángel!

- Gracias - comentó, recibiendo el regalo que la linda dama le daba y de  paso tocando sus suaves y delicadas manos de la joven, quien tuvo una pequeña corriente en su columna vertebral, la joven hizo una leve reverencia y se fue corriendo,

Mientras Ban se fue al comedor, tomó asiento y abrió el envase encontrándose con un apetitoso almuerzo, cuando dio el  primer bocado, cerró los ojos por la exquisitez de la comida.

- Con que Jericho - Susurró, para seguir almorzando. Si ella cocinaba así, entonces tendría que olvidar más seguido su almuerzo.

"Se dice que al hombre se le conquista con una rica comida y Ban era uno de ellos"

Bueno como escribí esta historia es una adaptación créditos para la escritora original 
adrielsjas
y también para la persona que hizo la imagen

Abecedario ( jeriban ♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora