Abecedario ( jeriban ♥)

Z de zoológico

-¡Mira, mami! -señaló la pequeña niña de sólo tres años al animal que estaba frente a ella, al otro lado de la rejilla de protección. Lucía muy emocionada por estar ahí, visitando por primera vez un zoológico lleno de hermosas criaturas que antes sólo había visto por televisión.

Ella era muy bonita, después de todo había heredado los genes de sus dos padres. Su cabello , tan brillante y sedoso como el de su mamá, llevándolo amarrado en dos coletas bajas. Sus ojos en cambio, eran iguales a los de su padre. Ella sonreía muy alegremente mientras tomaba la mano de su mamá, la cual le sonreía también.

-¡Mira ahí, un león! -dijo la dulce y alegre Kae, con sus ojitos brillando de fascinación.

-Kae -escuchó la voz de su padre, aquel hombre que además llamaba la atención por lo apuesto que era -. ¿Quieres subir a los hombros de papá? -preguntó dulcemente a su hija, quién se emocionó al oír la propuesta.

-¡Si! -ella alzó sus bracitos con alegría, soltando la mano de su madre. Su padre la alzó entonces sobre sus hombros, logrando que ella tuviera una mejor vista del lugar.

Jericho miró de reojo a su esposo y a su hija. Ellos dos lucían muy felices juntos, ellos dos eran su hermosa familia y ella los amaba como a nadie. Antes, sólo Ban era el dueño único y completo de su corazón, pero desde que Kae , había llegado, ese corazón se había hecho todavía más grande, para albergarlos a los dos, para amarlos a ambos.

Y pensar que había pasado tanto tiempo desde que ella no era más que una chica tímida, que tenía miedo de acercarse al chico que le gustaba. Y pensar que tantas cosas habían sucedido y habían hecho posible el que hoy estuvieran juntos. Pequeños detalles, pequeñas cosas, pero que tenían un valor maravilloso.

-¿Quieren ir por un helado? -les preguntó con una sonrisa.

-¡Sí! -respondió la pequeña -. ¡Mami es la mejor!

-Hey, papá también es el mejor, ¿no es así? -se quejó Ban , recibiendo un abrazo de su pequeña hija, la cual le demostró con ello que eso era cierto.

-Mami y papi son los mejores del mundo -aseguró Kae con ternura.

La pequeña dama sonrió.

-Vamos entonces.

Los tres se dirigieron a buscar unos helados, mientras Kae seguía observando a los bonitos animales del zoológico, Ban y Jericho pensaban en lo felices que eran ahora, y lo felices que seguirían siendo.

FIN

Gracias por llegar hasta aquí y por el apoyo Y También voy a empezar ha hacer un nuevo libro

Comprometida con mi amor platonico