S de Sabroso

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Un día de campo era perfecto para pasar juntos el fin de semana. Ambos habían planeado esto por semanas, e incluso había preparado un platillo por el cual Ban le encanto por primera vez.

Todo parecía ser perfecto y encantador, si no fuera por la gran bocaza de Melodías quien dijo a todos sus amigos que ellos saldrían en un día de campo, y todos terminaron por unirse a la fiesta, Jericho estaba un poco decepcionada, pues planeaba pasar este día al lado de su amado, sin embargo, todo había sido arruinado.

Ahora ella se encontraba sentada, un poco alejada del resto, bajo la copa de un gran árbol y comiendo la comida que había preparado para su novio.

-¿Qué haces aquí? -escuchó la voz de Ban, por lo que inmediatamente levantó la mirada, pero él notó que no estaba tan radiante como siempre, decidió sentarse al lado de ella, quitándole una cucharada de la comida de su lonchera, para comérsela él.

-¿Q-qué haces? -cuestionó la pequeña dama.

-¿Qué? ¿No los hiciste para mí de todos modos? -dijo el joven como si nada, volviendo a coger otro bocado, pero Jericho le miró de mala gana.

-Pues ya no -le dijo -. Yo quería venir a solas contigo, pero tenías que contarle tu amigo y ahora todos vinieron -le hizo un desprecio, arrebatándole la cuchara -. Ahora ya no te daré nada.

-Jericho -se quejó Ban -. Pero yo quiero tu comida.

-Ya te dije que no -volvió a responder enojada , tratando de ignorar por completo a su novio, pero él se levantó y se sentó al otro lado de ella, obligándole a que lo mirara. Como respuesta, su Jericho se volteó hacia el otro lado, pero Ban realizó el mismo movimiento -. Ya deja de seguirme -le reclamó la chica.

-No quiero -respondió . La verdad era que muy pocas veces había visto a su novia enojada. Le parecía adorable su forma de inflar las mejillas, y como se sonrojaba también. Era tan dulce, incluso cuando quería no parecerlo.

Sin poderlo evitar, acercó su rostro al de ella y le dio un pequeño beso en los labios, el cual tomó por sorpresa a la chica y la dejó completamente indefensa. Ban aprovechó la oportunidad para robarle una pieza de la comida, la cual se llevó a la boca después de separarse de ella.

-Eso es trampa -le reclamó.

El joven enamorado sólo sonrió y se puso de pie, regresando con el resto del grupo. Jericho comprendió entonces que no importaba si estaban solos o acompañados por muchas personas, ellos realmente podían tener un buen momento y disfrutar de él.

Sin más, se puso de pie y se unió al resto.

"Siempre y cuando estés conmigo, no importa nada más"

Abecedario ( jeriban ♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora