ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ

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{𝑰𝒏 𝒍𝒐𝒗𝒆?}

No me gustaban las citas.

Aveces las personas tendian a no llegar, y si lo hacían, llegaban tarde, concluyendo con que las citas eran un total asco.

Esta no sería mi primera cita, tal vez sería la tercera. Pero el patrón se repetía. Minho me había invitado a una cita debido a que nunca habíamos tenido una ya que al principio sólo hablábamos y después terminábamos follando, siendo eso una razón suficiente para aceptar, pero Minho estaba totalmente tarde.

Lleve la copa de vino a mi boca y bebí rápidamente mientras llevaba un dedo al cuello de mi camisa y jalaba. Estaba desperado.

—¿No quiere pedir algo más?—habló el mesero viendo mi copa vacía.

—Me gustaría que llegara mi cita—murmuré—Sólo traiga más vino, por favor—supliqué.

—En un momento traeré el vino.

Sonreí mientras asentía. Minho me ponía bastante ansioso, él era un despreocupado y yo un manojo de nervios. Totalmente diferentes.

Normalmente a mi me llamaban la atención las personas pulcras. con temas interesantes para hablar, centrados en todo lo que hacen, pero era obvio que Minho no cumplía con esas expectativas, pero, ciertamente se habia convertido en alguien importante para mi.

Dejando eso aún lado, el vino había llegado al fin. Era un poco más fuerte pero de todas maneras ya no me dolía la garganta.

—¿Joven?—una voz aguda me llamó mientras tocaban mi hombro.

—¿Si?—levanté la vista,era la mujer de recepción.

—El joven de allá—señaló a algún lado provocando que volteara rápidamente, encontrándome con Minho  y una sonrisa apenada, me levanté de mi asiento—dice que viene con usted,¿eso es cierto?,está armando un escánda-

—Es cierto—interrumpí mientras agitaba mi mano—déjelo pasar, por favor—me volví a sentar.

La chica se fue insegura mientras asentía, y con pesadez dejó pasar a Minho. El -ahora castaño- se sentó rápidamente frente a mi e hizo una expresión de arrepentimiento.

—¡Díscúlpame!—chílló—Minseok llegó con su esposa a mi departamento, llegaron con un bebé.

—¿Mina estaba embarazada?—Min asintió.

—Deberías ir a verlos.

—Tal vez—sonrio coqueto—Han ladeo su cabeza—Estás muy guapo.

Sonreí retorciéndome en mi lugar.

—Eres tan penoso todavia,¿eh? Eres muy lindo—posó una mano en su mejilla—y ese traje azul hace que tu trasero resalte mucho.

Tal vez hace un par de meses me hubiera asqueado por tal declaración, pero ahora solo me hacía enrojecer de la verguenza.

—Basta—sonreí.

La carcajada de Minho hizo que me pusiera más rojo todavía. Cubrí mis cara con mis manos pero pronto dejé de hacerlo porque sentí unos brazos confortarme.

Miré a la cara a Min y me incliné para besarlo, Min abrió ligeramente su boca y después comenzó a moverse.

—Sabes a vino—murmuró pasando su nariz por mi cuello.

—Bebí mientras te esperaba—miré al mesero que acercaba con otra botella—pedi mas.

—Aún mejor—se separó—podré hacer un brindis levantó su copa vacía.

El mesero sonrio y destapé el vino frente a nosotros. El corcho salió y junto con eso también la espuma.

—Mata Madero—sirvio en nuestras copas—Disfruten.

Agradecimos, y justo antes de que el liquido pasara por mi garganta, Minho puso un dedo en mis labios y negó.

—Primero el brindis—sonrío levantando su copa—Un brindis por el chico más lindo de acá; Lee Minho y un brindis por el único chico Perfecto de acá; Han Jisung

Sonrojado llevé la copa a mi boca y bebi, minutos después bajé la copa. Observé a Minho beber el resto de su vino y lami mis labios al ver la manzana de Adán del castaño.

—Acércate, ordenó—moví mi silla aún lado de él—No me gusta cuando estás muy lejos—gimoteó.

Sus manos frias tomaron mi cara y junto nuestros labios. Cuando comenzó a moverlos abrí mi boca y succioné un poco su labio inferior.

Cuando nos separamos seguimos bebiendo vino, y al final de todo ni siquiera cenamos, solo hablamos de nuestro planes a futuro o del lugar.

—Si no estuviera en el restaurante ya te hubiera bañado en vino y te hubiera hecho el amor.

A veces se me insinuaba. Eran cosas cosas a las que ya estaba acostumbrado a escuchar, así que solo sonreía.

—Jisung—murmuró tomando mis manos—tu eres presioso

—¿Dísculpa?

—Eres precioso—hablo besando mi mano—El más precioso—ahora besó mis labios.

Me podría dedicar a tener más citas con Minho definitivamente

Indudablemente al principio me sentía asqueado por el chico frente a mi, pero tiempo después me di cuenta de que me volvi adicto a sus besos, sus caricias, sus palabras. Me habia vuelto adicto a todo él.

Tal vez... me habia enamorado de Minho.

Sexually || ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora