Sexually || ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍ

ᴅɪᴇᴢ

{𝑺𝒆𝒙}

Han abrió sus ojos lentamente, siendo el techo color crema con un poco de iluminación lo primero en ver, sintiendo un aura de calma y confortabilidad en la habitacion en la que se encontraba.

Un suspiro basto para que sintiera un olor exquisito, relajándolo aún más, acomodando su cuerpo tibio sobre el colchón.

Manzana, miel y canela. Un olor muy peculiar para despertar una mañana de domingo.

Su cuerpo débil y cansado se removió lentamente del lugar en donde estaba, quedando sentado sobre las sábanas azules y el colchón suave, con una mirada algo pérdida.

En la ventana se encontraba un pequeño hueco, dejando expuesto un pequeño y casi invisible rayo de sol, asi que la habitación estaba ligeramente oscura.

Han se movía de un lado a otro sobre el colchón, con los ojos entreabíertos, sintiendo incomodidad en su trasero, así como en su cuello.

El pelínegro sentía la necesidad de ir al baño a buscar un espejo, así que se levantó hacía una puerta que estaba en la esquina de la habitación.

Su cuerpo se sentía raro; tenía punzasiones en su trasero y sentía un par de espasmos en su cuerpo.

Su entrepierna se sentía rara de igual manera, y aún sin saber porqué, bajo la mirada.

Un grito ahogado salió de su boca cuando vio su cuerpo desnudo, provocando que diera un pequeño salto.

El tapete sonó estruendosamente cuando Han se lanzó a esta, tratando de ocultar su cuerpo.

Las palmas de la mano de él pelinegro se dirigieron a su frente, chocando contra esta repetidas veces, recordando todo lo que había pasado la noche anterior.

Se sentía agitado y algo asustado al no ver rastros de Minho, o por lo menos saber en dónde estaba.

Sin encontrar una respuesta rápida para encontrar a Min sin dejar su cuerpo expuesto otra vez, hizo lo primero que se le ocurrio; gritar.

—¡Minho! ¡Minho!

Nadie respondió.

Jisung se sentía asustado y ansioso, Minho no lo podía dejar en un lugar en el que nunca había estado antes, ¿o sí?

Los labios de Han estaban temblando, e inclusive se podía ver como sus ojos amenazaban en llenarse de lágrimas.

La puerta se abrió bruscamente, dejando ver al susodicho, alterado y con una expresión de preocupación en su rostro. Han saltó de su lugar, viendo entrar a el rubio.

—¿Pasó algo?¿Estás invalido?

Un suspiro se escuchó salir de los labios de Han al darse cuenta que el chico no lo había dejado solo.

Jisung negó, frotando sus ojos con una ligera sonrisa.

Minho sonrío recargándose en el marco de la puerta—Buenos días, SungSung

Han volvió a regalarle esa linda sonrisa que tanto le gustaba a Min, pasando su muñeca por sus ojo, para después dejar escapar un par de lágrimas de sus ojos marrones, provocando que Minho dejara de sonreír y se sentara en la cama aún lado de él pelinegro.