ᴅɪᴇᴄɪsᴇ́ɪs

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{𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓 𝒔𝒆𝒙}

Las yemas de los dedos de Minho apartaron un mechón de cabello que se encontraba en la cara de Jisung colocándolo atrás de su oreja.

Se había tratado de levantar en la mañana y había lanzado su brazo en busca de su almohada pero solo habia encontrado a Jisung, durmiendo pacificamente.

Luciendo como un ángel.

Le parecía curioso que siguiera ahí aún cuando no paraba de quejarse el día anterior que posiblemente sus padres estarían preocupados por él aún sabiendo a donde había ido,repitiendo la escena como en Año Nuevo.

Jisung solo respiraba profundamente mientras temblaba de vez en cuando por el frío del aire acondicionado de la habitacién el cual minutos después fue apagado por el pelinaranja.

Min podria pasar minutos, horas, viendo a Jisung dormir mientras que el sol subia por la ventana y pintaba el cielo con esos colores que hacian de fondo a la silueta del chico.

No tenía precio ver a aquel chico tan inocente y sexy a la vez dormir en su cama, con el torso desnudo junto con las mantas blancas sobre su piel suave y dulce.

Un suspiro triste se escapó de los labios de Minho cuando Jisung comenzó a tallar sus ojos mientras se movía un poco sobre la cama, acabando con la nueva mania de el pelinaranja. Los ojos de Jisung -como de costumbre- vagaron por la habitación antes de posarse en los de Minho, dandole la necesidad de abrazarlo por verse tan tierno al realizar tan simple acción.

—Buenos dias—acaricio el cabello del pelinegro.

—Buenos dias—Abrazo a Minho aún acostado, cerrando sus ojos nuevamente.

—Es curioso que no estés preocupado por tus padres

El pelinegro se levantó de la cama alarmado y toda tranquilidad que había habitado en él mientras dormía se esfumó. Comenzó a toquetear la cama en busca de su teléfono sin encontrar resultados miré a su acompañante En la sala Sugirió Minho antes de que el pelinegro saliera en busca de ello sin agradecerle.

Inclinó su cuerpo abriendo Ia gaveta de la mesa de noche y saco un paquete de cigarrillos. Últimamente había comenzado a fumar después de que había visto a Mingi acabarse un cajetilla en el jardín junto con un chico rubio, y le había parecido interesante.

En su habitación no había balcón pero las únicas dos ventana en su habitación le servían como buenos ventiladores del humo que expulsaba. La cortina se movía ligeramente mientras Minho daba caladas al cigarrillo.

La puerta se abrió permitiendo el paso a Jisung -mas calmado- por la habitación que olía un poco a tabaco, arrugando la nariz.

—No entiendo cuál es la obsesión con el tabaco últimamente—se sentó sobre la cama—Es malo.

—Reitero, tú eres peor que el alcohol y el tabaco—giró a verlo con una sonrisa.

—Sí lo soy entonces deja de fumar.

—Touché—arrojó el cigarrillo por la ventana y camino hasta la cama—¿has hablado con tus padres?—Jisung asintió—¿Qué les has dicho?

—Les dije que me quedé en casa de Hyunjin

—¿No irán a buscarte?—Jisung se inclinó y besó a Min.

—No lo creo, y si lo hicieran, no me iria—sonrio—me gusta pasar tiempo contigo.

El pelinaranja tomó las manos de Jisung y las apretó, comenzando a subir en su cuerpo mientras lo besaba. El sabor a tabaco comenzaba a ser molesto para Jisung pero no queria acabar con el beso todavia.

Un quejido se escapó de sus labios cuando Minho apretó un poco sus piernas que estaban un poco cubiertas por un bóxer que le llegaba hasta los muslos.

El cuello pálido de Jisung comenzaba a tomarse -en algunas partes- de color rojo por las mordidas que dejaba Minho, después tendria que cubrirlos por el nuevo color en el los hematomas se tomarían. Jisung enterró su cara en el cuello de Minho cuando el susodicho comenzó a bajar su bóxer al igual que el suyo, robándole un suspiro a este.

Las mano de Jisung tomaron el cuello de el pelinaranja y arañó un poco su espalda, gimiendo, cuando su acompañante entró en él sin previo aviso. Comenzó a moverse lento y después rápido, moviendo un poco la cama, escuchando los gemidos del pelinegro. Minho no podía con él chico, simplemente no podia, era tan puro.

A veces Minho se lamentaba, Oh,¿en qué he convertido a mi solecito?, gimoteaba. Pero lo cierto era que también le gustaba el Jisung de ahora, sexy pero con aires de inocencia.

Las pequeñas manos de Jisung acariciaban el cabello de el pelinaranja, provocando que este cerrara los ojos, suspirando mientras disfrutaba de Jisung

No había pasado mucho desde que Jisung comenzaba a gemir por un poco de piedad pero pronto fue callado cuando alcanzó su punto máximo, siendo acompañado minutos después por Minho. El pelinaranja se aventó minutos después al lado de él provocando que la cama rechinara un poco.

Una chispa encendió el cigarrillo que recientemente había tomado, dándole una calada minutos después, y el humo salió por la ventana que estaba a un lado de él. Jisung respiraba pacíficamente mirando hacia el techo, minutos después comenzó a tararear una canción.

Porque seré el único—cantó al reconociendo la canción.

Jisung se levantó y sonrió fascinado al escuchar la voz de el pelinaranja.—Cantas muy bien.

—Ya lo sé—bromeó—Entrare a una universidad de música—Minho sonrío entrecerrando sus ojos ligeramente, volviendo a llevar el cigarrillo a su boca—Acércate Hannie, te cantaré una canción.

Minho se aferró a Jisung apagando el cigarrillo, comenzando a entonar las notas de la canción, después comenzando a cantar haciendo que escalofríos recorrieran por le cuerpo de su acompañante.
La voz de Minho era melodiosa, tranquila.

Una vez terminada Ia canción Jisung suspiró algo decepcionado debido a que queria seguir escuchando més la voz de el pelinaranja. Minho lo noto y sonrío enternecido.

—Yo cantaré todo lo que quieras, cuando y donde quieras, aún si mi voz no es la mejor, yo solo cantaré para ti, Sung

Y dicho eso, Minho cantó toda la tarde para Jisung.

Sexually || ᵐⁱⁿˢᵘⁿᵍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora