—Ehh sí, creo que todos en las escuela irán.— Contestó Paige riendo.
—Es cierto, nunca nadie se perdería alguna fiesta de los Adams.— Dijo Maia y tomó del brazo a si amiga para ir a su clase.
[...]
Y allí está la chica Argent, luciendo reluciente como siempre con un hermoso vestido morado y su perfecto cabello suelto.
La música en la casa de los Adams estaba demasiado alta para el gusto de la chica, cuando entró apenas y podía pasar ya que había chicos sentado en la entrada.
Lo cuál incomodaba a Maia.
Platicaba con algunos invitados mientras sostenía un tipo de vaso rojo. Hablaba con algunos chicos mayores y otros de su edad.
Will Adams, era compañero de clase de Maia y Paige. Él los había invitado a la fiesta que organizaba con su hermano mayor, Paul Adams.
Un simple chico universitario.
Estaba ya un poco ebria pero tenía los pies en la Tierra. Una conocida risa resonó cerca de ella y giro la mirada, Derek y Paige había llegado a la fiesta. Argent mordió su labio inferior y después sonrió al ver lo feliz que se veía su mejor amiga.
—¿Eso que huelo son celos?.—Pregunto una voz masculina detrás de ella.
Cuando la chica giro vio a Peter Hale con el mismo tipo de vaso en su mano; vestido con una camisa blanca de botones y un pantalón azul de mezclilla.
—Tsk, que te importa.—Respondió Maia de mala forma y rodeo al chico para ir hacia la cocina.
Bebió de su vaso y se sentó encima de la mesa. Volvió a beber de su vaso mientras movía sus pies que colgaban y casi se ahoga al ver que Peter se había puesto en frente de ella. Tosió y habló.
—¿Que quieres? ¿por que me sigues?...—Pregunto nerviosa y borracha a la vez.
—Estoy cuidando que no hagas nada estúpido, linda.
