Ayden Vaughn me sonríe desde donde se apoya contra un árbol en un bosque iluminadopor la luna. Él levanta su mano, quitando una flecha con punta de plata de la aljabacolgada sobre su hombro izquierdo. Carga el arco y asiente a mi derecha.
Brillantes ojos rojos me miran del lecho del río. La sombría figura sale del agua y seimpone hacia mí. Miro hacia Ayden aterrada, mi cuerpo entero temblando por el hedorde muerte rodeándome.
Ayden endurece su mandíbula, llevando el arco y la flecha hacia arriba en un rápidomovimiento. La oscura figura se mueve con pesadez hacia el baño de la luz de luna, ycaigo sobre mis rodillas aliviada.
El monstruo no es un monstruo después de todo. Los ojos de Ocho se destiñen delbrillante rojo a un tono avellana. Él me sonríe, extendiendo un brazo para ayudarme alevantarme. El sonido de pluma, madera, y acero azota a través del aire. El rostro deOcho se transforma de la felicidad a puro horror mientras una flecha se hunde en supecho.
Gritando, gateo a mis pies mientras se derrumba en el suelo. Él gimotea, tocando laflecha saliente de su cuerpo. La sangre sale a borbotones de la herida, y me quito michaqueta, presionándola contra ella en un intento de detener el sangrado. Él atrapa mimano, frotando líquido carmesí sobre mi piel. Ocho abre su boca, y esfuerzo mis oídospara descubrir lo que dice, pero nada sale excepto una espuma rosa de saliva y sangre.
Alguien toca mi hombro y jadeo. Ayden está de pie sobre mí, sacando un cuchillogalvanizado de la funda en su cadera. Él se inclina sobre nosotros, empuñando el objetoalto sobre su cabeza. La luz de luna brilla sobre la plateada hoja.
Grito para detenerlo, pero él no está escuchándome. Con un grito de batalla él baja,apuñalando el cuchillo en el pecho de Ocho de nuevo y de nuevo hasta que los sonidosen el bosque son solo lloriqueos saliendo de mi garganta y el último aliento de vida deOcho.
¡Ding!
Mirando alrededor del bosque, busco por el origen del familiar, aunque confuso sonido.No hay teléfonos en este mundo, el mundo del cazador, pero el sonido metálico de untexto resuena de nuevo y de nuevo.
El bosque a mi alrededor se desvanece en oscuridad, aunque yo lucho para mantener supresencia. Me estiro hacia Ocho, pero él ya no está muerto sobre el suelo del bosque. Élestá cambiando, cambiando en el hombre de pie detrás de mí, cambiando en Ayden.Ocho es Ayden y Ayden es Ocho. Son la misma persona, ambos relevando un parecidoel uno del otro antes de consumirse completamente. Estoy rodeada por nada más queuna vacía inmensidad. Y pronto estoy dejándome llevar. Preocupada y vagando.
¡Ding!
Gimiendo, fuerzo mis borrosos ojos abiertos y echo un vistazo a todo mi alrededor. Loslibros están dispersos sobre mi mesa de café. Cally me mira desde su recientementecomprada cama de mascota junto al centro de entretenimiento, posicionado allíespecíficamente a causa de su debilidad por dormir cerca del receptor satelital.
Sentándome en el sillón, gimo por el endurecimiento de mi cuello. Me dormí sobre elsillón con mi cabeza ladeada en un extraño ángulo sobre una almohada decorativa.Demonios, solo un sueño. No había soñado en años, sin contar mi constante estadosoñando despierta.
Mi teléfono suena de nuevo, recordándome por qué estoy despierta en primer lugar.Pateo el cubre-sofá fuera mis piernas y trastabillo alrededor del sillón, buscando miperdido aparato y encontrándolo acunado entre los cojines
Los primeros dos mensajes son de Madi, su entrometido trasero preguntando si he oídosobre Ocho, y el segundo invitándome a salir a algún club en el que nunca sería atrapadaentrando por la puerta esos días. Y el tercer mensaje... el tercer mensaje es de él.
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Superfan
RomanceUna chica introvertida, el actor de sus sueños y un misterioso hombre que conoció en un restaurante chino después de una fallida cita a ciegas a quien apodó "Ocho" en el lugar de su escala caliente ¿Quiere conocer más? Historia adaptada Autora: Jae...