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Poema dedicado a mí abuelita, que ahora me cuida desde el cielo.

Tristes son mis días
como oscuras son las noches.
Miro el camino
pero no te encuentro en mí destino.

Al mundo le gritaba, que para siempre yo te amaba.
Pero te fuiste de mi lado,
pues aquella noche me desperté con la noticia
de que tú me habías dejado.

Me hiciste la promesa de vivir 200 años,
para estar conmigo, para estar a mi lado.
Y sin aviso llegó la muerte
llevándote para siempre,
apartándome de ti.

¿Por qué te marchaste rápido de mi vida?
Tú no sabes cuantas noches lloraba,
esperando que vieras los logros que te dedicaba.

Mi ser se alegra al recordar
aquellos momentos felices que pasamos,
aunque fueron cortos y breves
yo nunca los he olvidado.

Ay ma, enserio te extraño,
aquel día partiste
y te llevaste contigo mi infinito amor.

Por ti las rosas florecían,
por ti los pájaros cantaban,
por ti mí vida yo daba;
pero ahora ya no estás
y ni una despedida te pude dar.

Sé que el tiempo no se detiene
y que no puedo volver al pasado
para hacer mí sueño presente.
Ese sueño en el que estoy contigo
hasta el infinito de este mundo
y más allá.


Voces del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora