Punto de Inicio

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Luego de un rato Rin entró a la cabaña seguida de Sesshomaru. Kagome se encontraba preparando la cena.

-Amo, sientense en ese lugar, en seguida le traeré algo de beber.- Sesshomaru abrió la boca en señal de protesta.

-Ya sé que no come comida humana, pero no ha probado lo que cocina Kagome, es muy delicioso jamás he probado nada igual.

Kagome se ruborizó, si bien podía hacer platillos decentes cocinar para un youkai... No estaba Segura de estar a la altura. De repente toda la confianza que tuvo para enfrentarlo hace unos momentos se esfumó. Se sintió pequeña y vulnerable.

-R-Rin, no digas esas cosas, solo se cocinar lo básico.- Ocultó su vergüenza bajo su flequillo.

-Ya verá amo, le encantará.- Dijo con una sonrisa.

La cena estuvo lista y comieron en silencio. Sorpresivamente, Sesshomaru comió todo lo que se le había servido, para Kagome eso fue una victoria y su confianza volvió.

-¿Y? ¿Qué tal estuvo? Delicioso ¿cierto?- Preguntó una emocionada Rin con ojos brillantes.

-...Aceptable.- Fue lo único que dijo.

-Le pediré a Kagome que me enseñe para cocinarle cuando estemos en el palacio.- La sonrisa de Rin creció aún más.

Palacio. Así que ya habían hablado y ella iba a irse. Se quedaría sola. Otra vez.

-Kagome no estés triste, seguro que la pasaremos bien en el Palacio.- Rin soltó una risita.

¿Pasaremos? Su cara debió reflejar confusión porque inmediatamente dijo:

-Acepté ir con el amo y hacer lo que me pida, con la condición de que te ayudara en tu búsqueda.- Apretó la mano de Kagome.

-¿Qué? No puedes hacer eso, es tu vida, tu debes decidir que hacer con ella, debes casarte con alguien a quien ames, no solo por conveniencia de alguien más.- Kagome miró a Seshomaru. Siguió apretando la mano de Rin.

-Aprecio tu ayuda, pero no la quiero sí eso significa sacrificar tu felicidad.-Dijo Kagome.

-Kagome, el amo jamás me obligaría hacer algo que yo no quiera.- Sesshomaru seguía tomando té.
-Y si eso significa casarme con alguien para ayudarle lo haré, el ha hecho mucho por mi, me ha cuidado desde pequeña, estuvo para mi cuando todos me habían dado la espalda y si con ese matrimonio puedo devolver algo de lo que ha hecho por mi, entonces lo haré gustosa.

-Pero Rin es tu felicidad, ¿Estarías dispuesto a sacrificarla por los demás?-Protestó Kagome.

-Kagome. -Sonrió- El amo jamás me obligaría a casarme con alguien que no me haga feliz.- Miró a Sesshomaru quien seguía concentrado en su taza de té, regresó la mirada a Kagome- Solo me iré con el porque deseo pasar más tiempo a su lado y aceptaré el cortejo de los lords, y si encuentro la felicidad a su lado, entonces, y solo entonces el amo dará su consentimiento para casarme.

-Oh, bueno, eso cambia muchas cosas sin embargo Sesshomaru no tienes que ayudarme, no quiero ser una molestia.-Dijo Kagome firme.

-No lo serás Kagome, estaremos siempre juntas y me ayudaras a escoger esposo como lo hacen en época, es más divertido de esa manera.- Rin hablaba de escoger marido como si se tratara de escoger frutas en el mercado, no cabia duda de que realmente era joven.

Suspiró- ¿Estás de acuerdo con todo esto Sesshomaru?- El mononoke se levantó y caminó, al estar en la puerta dijo.

-Haz lo que quieras.- Y salió.

Ambas mujeres sonrieron. Rin salió a despedir a su amo, luego de 5 min entró de nuevo a la cabaña.

-Dijo que dentro de dos noches mandará a Ah- Un por nosotras, no debemos llevar nada, tendremos todo lo necesario en el palacio. No debemos preocuparnos por la cabaña, estará custodiada.- Rin fue a su parte de la cabaña se metió al futon y durmió.

Kagome hizo lo mismo. Después de todo no era mala idea, Sesshomaru era un demonio antiguo y además un lord, debía conocer alguna manera de reabrir el pozo o conocer a alguien con el poder de hacerlo. Esa era su mejor oportunidad ya que por su propia cuenta no lo lograría.

La noche de su partida llegó y estaban fuera de la cabaña meditando. Kagome le estaba enseñando a Rin a sentir las energías a su alrededor.

-¿Puedes sentirlo? ¿cómo cada vez está más cerca?- Estaban sentadas una frente a otra con ojos cerrados.

-Si, y es fuerte.- Rin estaba con el ceño fruncido intentando concentrarse más en esa energía que se aproximaba.

- Muy bien, ¿Es hostil?- Preguntó Kagome.

-...S-No, es fuerte pero no siento que sea hostil. Siento otra energía acercándose...-Abrió lo ojos con sorpresa- ¡Detrás de ti! ¡Abajo!- Rin desplegó su látigo y corto por la mitad al ogro salpicandolas con sangre apestosa en el proceso.

-Uff eso estuvo cerca- Dijo Kagome y Rin se acercó al cuerpo inerte del ogro y lo purifico. No se dieron cuenta que habian sido observadas por un pequeño sapo verde.

-¿R-Rin? ¿R-Realmente eres tú?- Dijo un sorprendido Jaken. La aludida volteó y al reconocer esa voz corrió hacia el emocionada como cuando era niña.

Señor Jaken! ¡Ah-Un!- Asfixió al pobre sapo llenandolo de sangre en el proceso.

-¡Ya sueltame niña latosa! Me estás llenando con esa sangre apestosa, ¡Ya sueltame!- Jaken luchaba por liberarse de ese abrazo opresor, pero la verdad era que había extrañado a la mocosa y disfrutaba de ese abrazo que lo privaba de oxígeno. Por fin Rin lo soltó y cayó al suelo.

-¡Ah-Un! ¿Cómo han estado? ¿Me extrañaron?- Rin hacia mimos a las dos cabezas quienes soltaban gruñidos complacidos Rin se subió a los lomos de Ah-Un para acariciarlos mejor.

-¡Ya, ya ya! Luego tendrán tiempo de ponerse al día, el amo quiere verlas ahora mismo, vemos suban de una buena vez.- Dijo Jaken.

-Todavía no, nos vamos asear primero y luego nos iremos al pala- - No pudo seguir su frase porque sintió muchas presencias a su alrededor volteó a ver a Rin.

-¡Vete lo más lejos que puedas, luego te alcanzo!-Rin la Miró confundida pero Ah-Un se había elevado unos metros del suelo.

-¿Kagome de qué estás hablando?-Un ogro salió del bosque.

-¡Es ella, esa es la sacerdotisa que mató a nuestros hermanos!- Era el ogro que ella había dejado vivir. El prier ogro había sido un cebo para que bajarán sus defensas, ahora estaba rodeada.

Ahora no podras escapar, somos más que tú, pagarás por la muerte de mis hermanos!-Dijo el otro ogro que parecía ser el líder.

-Como si fuera a dejarselos tan fácil- Cerró sus ojos y al abrirlos eran rosa-Terminaré con todos ustedes de una vez por todas.- Los ogros se abalanzaron contra ella estaba preparada para atacar cuando un látigo la elevó por los aires haciendo que los ogros chocaran entre si y ella quedó suspendida en el aire. Los ogros al ver que no podían agarrarla decidieron destruir su cabaña.

-¡¿Rin que haces!? ¡Sueltame, destruirán todo, sueltame!- Lágrimas bajan por el rostro de Kagome mientras veía su casa hecha añicos. Quiso soltarse del agarre de Rin pero era inútil ese látigo no se desintegraria a menos que Rin lo deseara, además a la altira que estaban si la soltaba causaría daño grave.

-¡Ah-Un hora de irnos!- Miró a Kagome-Lo siento Kagome- Kagome se alejó viendo como su casa era despedazada por no haber sido lo suficientemente fuerte para matar a todos los ogros de aquella vez sino que por ser buena lo había dejado vivir. Y por ser buena, ahora estaba sin hogar. Debería depender totalmente de la caridad de Sesshomaru y eso no eran buenas noticias en absoluto.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2020 ⏰

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