Dicen que cuando menos lo esperas, alguien te cambia la vida entera. Y Kagome lo sabía mejor que nadie. Seis años habían pasado. Tres de los cuales ella estuvo en la época actual lejos del Sengoku. Tres, desde que había regresado a la época antigua de los cuales dos, era el tiempo se había alejado de Inuyasha y se encontraba viajando sola, después de todo, ese había sido uno de sus sueños, viajar alrededor del mundo. Vaya manera de hacerlo. Sola. Seis meses era lo que había durado su felicidad. No es que no tuviera amigos, ahora Sango y Miroku tenían una hermosa familia, por lo que establecerse en la aldea de la anciana Kaede era lo más lógico, y el pequeño Shippo debía ausentarse por varios días cuando tenía los entrenamientos para subir de rango en los exámenes de zorro de fuego. De igual forma tenía una choza un poco alejada de las demás de la aldea que visitaba de vez cuando.
Pero estar en el lugar que se supone, sería su hogar y no lo era, la hacía sentirse asfixiada. No era masoquista. Necesitaba ser libre y estar alejada de la aldea, quizás así no tendría que ver lo feliz que es Inuyasha al lado de su amada Kikyo.Si, al parecer alguien tuvo la maravillosa idea de traer de vuelta a la vida a la sacerdotisa antigua. Otra vez. Y eso significaba darle un adiós al hibrido de ojos dorados. Al regresar al Sengoku pensó que todo iba a ser miel sobre hojuelas, ella amaba a Inuyasha y él a ella, o eso era lo que ella creía, quería creer eso, pero en el momento de la nueva aparición de Kikyo, algo se terminó de quebrar dentro de ella. Nadie tuvo que decirle lo que iba a pasar, ella ya lo veía venir.
Era tan evidente que hablar del tema resultaba estúpido. Soltó una carcajada carente de humor al recordar los hechos. Una semana. Es lo que había demorado Inuyasha en salir en sus encuentros furtivos con la sacerdotisa de barro. Y hacia dos, en las que habían terminado la construcción de su choza y por fin empezarían una vida juntos. Una noche lo espero a que llegara de su encuentro con la sacerdotisa. Lo había decidido. Lo dejaría ir. Porque lo amaba. Tanto que no soportaba tenerlo a su lado sabiendo que su felicidad estaba con Kikyo.
No con ella. Nunca fue ella. El entro furtivamente por la ventana de la choza que compartía con él. La sorpresa del hibrido fue notoria al verla sentada con dos tazas de té en la mano esperándolo.
-¡Kagome! N-No sabias que estuvieras despierta, ¿Te sientes bien?- Tartamudeó el hibrido tropezando con la mesa que tenía al frente.
-Sí, estoy bien, ten.- Le ofrece la taza de té- Siéntate, hay algo que necesito que sepas.-Inuyasha toma la taza de té y se sienta al frente con piernas cruzadas.
-Está bien.- Agregó un poco nervioso por verse descubierto.
-Pasaron 3 años. En los que me gradué de preparatoria. Hice amigos. El abuelo murió. Sota entro a la secundaria. Muchas cosas habían cambiado desde que el pozo se selló. Pero había algo. Alguien que me faltaba.- Dijo mientras miraba la luz de luna que se filtraba por la ventana, devolvió la mirada hacia su taza de té durante un momento- Hacía ya bastante tiempo no sabía de ti y en el momento en el que el pozo se abrió tuve miedo de volver.-Apretó la taza de té.
-¿Miedo? ¿De qué?- La confusión en su tono de voz era evidente. Una carcajada seca salió de los labios de Kagome. Volvió su vista a él.
-De esto, de nosotros. Y no me refiero solo tú y yo. - Se encogió de hombros y negó con la cabeza. Ya no era una niña de 15 años con su primer amor. Lo dejaría ir porque era lo más sano para todos.- Pensé que si el tiempo nos volvía a encontrar esta vez sí íbamos a ser felices. Pero, una vez más, no fue así. Encontrarte abrazándola- El hibrido abrió la boca con ánimos de defenderse pero ella alzo una mano y negó. Siguió observando el vapor de su taza de té- Déjame continuar. Verte tan feliz, me hizo pensar en que, realmente nunca me has amado- Regresó su mirada a Inuyasha quien tenía sus orejas bajas. - Crees hacerlo, pero no es así-Dio un sorbo a su te- Y miles de preguntas vinieron a mi mente, ¿Qué me falto? ¿No soy suficiente? ¿Hice lo mejor que pude para mostrarte que podías quedarte a mi lado? Pero eso ya no tiene importancia.- Dijo tomando el té restante en la taza y levantándose para entregarle una cesta grande al hibrido.- Ten.
Inuyasha abrió la cesta y vio que eran sus pertenencias.
-Kagome, ¿Qué significa esto?- Inuyasha revisaba sus cosas mientras trataba de comprender el motivo de ese acto por parte de ella.
-Deseo que seas muy feliz Inuyasha, y eso no será a mi lado, yo tendré tu presente, pero ella tuvo tu pasado, y tendrá tu futuro- Le dio un último beso y se alejó quedando cerca de la puerta.- Ve, ella te está esperando en el claro cerca del rio.-El aun no podía creer lo que pasaba. Él amaba a Kagome, pero cuando se trataba de Kikyo y el, era otra historia. Simplemente no podía detener el magnetismo que sentía a su lado. Ella fue la primera humana que lo amó y se sacrificó por él. Tomó sus cosas y antes de salir de la choza le dio un último abrazo a Kagome. Limpio las lágrimas de la sacerdotisa futurista y salió rumbo al claro.
-Perdóname Kagome.
Hola hola Holaaaaa!!! Por aquí Majo💁🙋 este es el 4to fic que escribo y el segundo de este par que amo tanto👌😍 no me mal interpreten, también soy team Sesshomaru y Rin 💪🌸🌙 de hecho tengo un one shot de esa linda pareja💑 y uno largo de mi Héroe borrador con cara de estreñimiento Aizawa-Sensei😍 pasen por mi perfil y ¡Comenten! ¡Voten! ¡Denle amor! A mis otras historias.
Saludos desde la sensual tierra de Venezuela. A Celebrar que se nos fue el Directv. ¡Viva El régimen no joda!🎆 ok ya me calmo.
Bye.
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Don't Say Goodbye
Hayran KurguCuando das un salto a lo desconocido pensando que la persona que más amas te atrapará y en lugar de hacerlo te deja sola en caída libre ¿Qué más queda para ti? ¿Serás capaz de enfrentarte a lo que sea con tal de regresar a la normalidad? ¿O te queda...