¡La mafia japonesa, más conocida como Yakuza, oculta muchos secretos y misterios!
Es una gran red organizada de crímenes, asesinatos, y entre otro tipo de delitos.
Pero, ¿Acaso puede llegar a surgir un extraño tipo de romance en esta oscura organiza...
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Desde el sitio dónde estaba podía escuchar pasos fuertes dirigiéndose al cuarto en el que esperaba.
La puerta fue abierta y se levantó de inmediato con su colega Yamaguchi. Kageyama e Hinata tuvieron una respuesta más tardía.
Al mismo tiempo los cuatro hicieron una reverencia que fue correspondida por la recién llegada.
Una mujer de cabello negro hasta la mitad de la espalda, con unos rasgos finos bien marcados en su rostro, mostró una pequeña sonrisa amable.
— Es un gusto conocer a los recién llegados de Karasuno — uno de los hombres que la acompañaba le acomodó una silla y ae quedo de pie a su lado luego de que se sentó, igual que los otros cuatro — Soy Yamamoto Miu, pero supongo que ustedes ya lo sabían.
Su expresión era de nuevo seria, estaba leyendo su lenguaje corporal, a diferencia de sus compañeros, Tsukishima se veía mas seguro y calmado.
— ¿Porque querían verme? ¿Tienen algun buen negoció en mente? — golpeteo un par de veces la mesa con sus uñas un poco largas.
— Queríamos pedirle que se uniera a Karasuno formalmente como una de nuestras concejeras. — El tono formal de Yamaguchi la sorprendió — Soy Tadashi Yamaguchi, es un placer conocerla.
— Pero ya tienen dos, ¿Porque requerirán de otra mas? — alzo su ceja izquierda mostrando su confusión.
— Además de eso, ahora estamos resurgiendo luego de años de inactividad, necesitamos proveedores y socios, usted es la mayor proveedora del país— esta vez habló Hinata, su voz tembló un poco al principio.
— Me halaga que digan esas cosas, pero, ¿Como van a convencerme para que me una? Las cosas no son así de sencillas. — negó con la cabeza, mantenía esa expresión seria.
— Se muy bien que usted es una mujer de confianza, de buenas relaciones y ese tipo de cosas, pero antes de pedirle que se una como consejera, me gustaría pagar por su entretenimiento en un festin que realizaremos dentro de unos días con varios grupos socios de Karasuno — Tsukishima saco de su abrigo una tarjeta, una invitación mas específicamente.
— ¿Algo en especial? — tomo aquella tarjeta entre sus manos y la examinó con la mirada.
— Solo deseamos servicio y buen trató— no sabía como exolicarle la situación. Kageyama se rasco la nuca y suspiro, no querían nada fuera de lo común, solo compañía, comida y un buen espectáculo artístico.
— Tengo un equipo, desde las Shikomi-san hasta las Geishas, aunque esta claro que el primer rango no asiste a las fiestas, pero seria bueno para su aprendizaje. — cerro sus ojos un momento, conocía a varias de las mafias de la zona y no les interesaban los espectáculos para "adultos".
— Exactamente algo de ese tipo, no sabía como decirlo sin malentendidos — Kageyama soltó un suspiro de alivio.
— No se preocupen, mi equipo lo hará todo — mostró una sonrisa y asintió— hablemos de dinero, ¿Cuanto van a pagarme?
