Nuestra realidad, Tu locura

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Una joven chica de tez morena-clara, con el cabello lacio tintado de rojo, vestida de una extraña forma elegante, aunque ahora su camisa blanca estaba algo rota con pequeñas manchas rojizas, con pulseras en el pie y manos una cadena en forma de cruz apenas visible por la poca luz que había en la habitación.

-¿Hola? Espero y quien este leyendo esto no sea uno de aquellos que nos llamaron locas... se los habíamos advertido durante años con bromas que creyeron que eran... eso bromas... pero no en realidad nunca fue eso detrás de cada "Estoy loca" dicho en tono de juego había un "No estoy jugando" que se camuflaba entre nuestras miradas... de algún modo todo acabo bien... Oh! Lo siento... Ustedes no me entienden... ¡Bien! Entonces me presentare yo soy Alexa tengo 17 años y fui diagnosticada con, depresión, ansiedad, suelo escuchar voces, Mm~ TLP e insomnio... ah! Y algo de psicopatía, todo eso desde que tengo 11 y ella es mi mejor amiga Meg Kiberu- Alexa lo narraba mientras señalaba a una joven de no más de 1.62 de tez casi pálida, cabello corto tintado de morado con pupilentes de un morado más oscuro, con varias perforaciones, ambas situadas en una casa aparentemente vacía, aunque a sus pies parecía haber un líquido rojizo.

-Hola yo soy Meg Kiberu tengo 18 años soy la mayor entre mi hija y yo. Jeje no somos madre e hija de verdad, pero yo la cuido como una por el enorme cariño que entre las dos nos tenemos, bueno creo que explicar que paso aquí está de más, no fue nada grave en realidad, no murió alguien que realmente importara- la joven Kiberu caminaría evitando pisar los vidrios rotos y floreros también rotos esparcidos por todo el suelo.

-¿A dónde vas mami?- Preguntaría Alexa mientras se volteaba hacia Meg, quien se detendrá y voltearía a ver a su "hija" sonriéndole amablemente, a pesar del rastro de sangre que estaba esparcido por su terso rostro.

-Iré a ver si no nos dejamos alguna pista de que fuimos nosotras- Tras decir eso y aun manteniendo su sonrisa, se va dejando a solas a Alexa, quien sin pensarlo mucho y como habían a cordado comenzó a hacerse cortes bastante profundos y similares a los cortes de las personas que yacían muertas a centímetros de ellas dos, aparte de que se hace algunas marcas en los brazos, como si hubiera forcejeado con alguien. Segundos después, Meg aparece por el marco de una de las puertas, igual de llena de heridas, ambas sonrieron, se desacomodan el pelo y varias lágrimas comienzan a salir de sus ojos, ambas chicas comienzan a gritar fuerte y a pedir ayuda, casi desgarrándose la garganta. Afuera de la propiedad varias patrullas se encontraban aparcadas con pistolas apuntando al lugar, un par de policías tocan la puerta escuchando solo llantos, ambos policías entran encontrando a Meg y a Alexa sentadas en una esquina abrazada una a la otra, temblando y llorando.

-Señoritas, ¿Se encuentran bien? - El policía pregunta a ambas, pero solo Meg mira al policía llorando, teniendo el rostro hecho un desastre, ambas de verdad que sabían mentir.

-S-Señor... Por favor ayúdenos...- Con la voz cortada por todo lo que lloraban, Meg logra pronunciar algunas palabras, mientras sus lágrimas no paraban de salir, ambos policías ayudaron a Meg y a Alexa a salir de la casa, ambas aunque por fuera mostraban estar destrozadas, por dentro estaban alegres. Los policías a pesar de haber buscado armas o algo que demostrara quien era el asesino, no encontró nada, era a lo que llamaban legalmente como "un asesinato sin asesino".

-¿Cuál es su edad?- Un hombre de traje pregunta a Meg, teniendo una libreta en sus manos.

-18... y ella 17...- Meg mantenía el rostro agachado, mientras abrazaba y fingía consolar a Alexa.

-Nombres...-

-Meg Kiberu... y Alexa Hell- Nota como el inspector hace una extraña mueca al escuchar el apellido de Alexa, si no era un apellido normal, pero vaya que Meg odiaba cuando alguien reaccionaba así ante el apellido de su casi hija, tuvo que reunir todo el valor y fuerza de voluntad para no lanzarse a matar a el inspector por aquel desagradable gesto.

-¿Son amigas?, sus apellidos no coinciden-

-Somos amigas de infancia... Meg es casi mi madre... ella me crio literalmente, pero.... Ahora- Esta vez Alexa respondió a la pregunta, mientras abraza a Meg e intentaba detener sus lágrimas.

-Bien... ¿Familiares? -

-Nadie... nuestros padres era lo único que teníamos.... pero yo soy mayor de edad puedo hacerme cargo totalmente de Alexa...- Mira a el inspector mientras abrazaba a Alexa, pegándole más a ella en forma protectora.

-Claro... Aunque eso se decidirá en un juicio.... Señoritas, sé que es fuerte todo lo que está pasando, pero al ser las únicas sospechosas del asesinato.... tendrán que ir a que sean interrogadas... y si todo sale bien, el juicio por la custodia total de la señorita Alexa Hell se haría en dos días y usted podría apelar para tenerla como hija adoptiva legamente- Al terminar de hablar el inspector, un par de policías se les acercaron llevándolas a unos autos de policía, ambas solo se miraron de reojo, pareciendo como si se comunicaran por telepatía, de verdad que ambas se conocían tan bien como para saber que pensaba la otra, ideando una mentira tan perfecta que hasta daba miedo. Al entrar ambas a los autos de policía, Meg no paraba de mirar a el auto que llevaba a Alexa, y Alexa no paraba de llorar, ambas en base a esas pequeñas acciones ganaban terreno, haciendo sentir lastima a los policías, así de esa manera casi inconsciente, metan en ellos la idea de que ellas son totalmente inocentes. Al llegar a la comisaria bajaron a ambas, metiéndolas a dos salas totalmente diferentes y separadas los oficiales tuvieron especial cuidado de que no se hablaran ambas en todo el camino.

-Bien señorita Kiberu... me puede decir por favor, ¿Que hacían usted y la señorita Hell hoy hace unas cuantas horas? -

-Yo... Bueno ella me ayudaba con mi tarea... y yo la ayudaba a ella con su clase de artes... sabe ella no es buena con nada de artes...- Mirando al piso Meg lo diría con una leve sonrisa en el rostro.

-Bien... ¿Ustedes dos qué relación llevan? ¿Es decir, son solo amigas?-

-¿Uh? Si solo amigas ella es casi mi hija... la cuido mucho y siempre intento protegerla de todo lo malo que la rodea... es una niña un poco descuidada y torpe... el mundo de ahí fuera es muy cruel para alguien como ella-

-Señorita, tenemos registros que la joven Hell ha estado en prisión un par de veces por-

La incriminaron! ¡Ella no está metida en nada de eso! Es solo una niña que no comprende lo peligroso que puede llegar a ser todo...- Meg furiosa interrumpe a el policía mirando enojada a el policía.

-Bien... Señorita... tenemos registrado también que usted, igual está metida en embrollos peores que los de la Señorita Hell-

-¿Que importa eso?- Meg más calmada, intentaría seguir el guion que ella y Alexa se inventaron en segundos solo con miradas.

-Importa porque no está de más el no descartar un ajuste de cuentas- El policía miraba serio a Meg, intentando deducir la mirada fría que se había puesto en el rostro de esta.

-¿Un ajuste de cuentas? Quizá si pueda ser eso.... No lo había pensado-

Segundos después, dejan ir a ambas al ver que las respuestas de ambas coincidían en todo, incluso casi en la forma de reaccionar ante varias preguntas, eran tan inocentes como sospechosas, no todos confiaban en esas lágrimas y miradas de preocupación, pues no siempre el león es como se pinta.

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