Capitulo 2: Gusto musical.

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Luego de unos cuantos días, eternos, en el instituto, mi racha por la chica nueva desapareció y en su lugar se posa mi inexistencia, salvo por Pitt, mi nuevo mejor amigo, él sigue creyendo que yo soy un farol que no deja de brillar.

<<Oh Abby no dejas de sorprenderme>>repite una y otra vez dicho chico matón, Pitt

¿Por que lo sorprendo? La verdad no lo se, según él yo soy la chica más rara que conoció. Si...rara, puede que no sea uno de los halago mas comprometedores que me ha hecho Pitt, a pesar de su adjetivo no muy agradable hacia a mi, sigo encontrando en este muchacho cosas que en pocos encuentros, ¿Que cosas? Solo vasta con estar junto a él para darse cuenta.

Algo que odio de él es su no muy lindo gusto por la música.

Oh madre mía, su gusto por la música se refleja en cada aspecto de su cuerpo, pero a pesar de ese pequeño detalle, no supe su gusto musical gracias a ello.

La pesadilla para mis oídos, comenzó un viernes en clase de álgebra.

Recogí mi cabello sudoroso, calor era lo único que podía llegar a leer de la fotocopia que nos entrego nuestro profesor, este día es el mas caluroso en California, se siente la tensión en el aire, el malestar no hace más que atosigar a cada uno que se encontraba lejos del pequeño y muy lento ventilador de techo.

<<Maldito>>pienso rechinando los dientes viendo el ventilador.

-Te pareces a mi perro rechinando los dientes- confiesa Pitt que se encuentra a mi lado leyendo mi misma fotocopia.

Lo fulminó con la mirada penetrando sus pequeños ojos celestes como el mar, oh mierda cuanto daría para sacárselos con una cuchara.

-Cállate-digo mientras el profesor de la clase no hace más que mirarme fijamente-date la vuelta y lee de tu fotocopia.

Ríe a mi profundo enojo, y se acomoda en su asiento trasero.

Pitt se encuentra a no más de unos pocos centímetros de mí, ya que su banco esta detrás de mí.

Cuando logró concentrarme en la fotocopia, no tardo más de cinco minutos en terminar con ese no muy interesante fragmento.

Empiezo a responder las preguntas que nos hace la fotocopia de ese mismo texto. Apoyo el lápiz en la hoja blanca escribiendo el número uno, pero como es de esperar Pitt me tira el cabello.

No le presto atención y sigo con mi no muy buena respuesta, pero él vuelve a tirar de mi cabello esta vez con un toque de fuerza.

Me doy la vuelta enfurecida.

-Pitt, eres la persona mas...-comento pero no me deja terminar.

Me apoya uno de sus suaves dedos en mis labios, también típico de él.

-Escucha esto-propone arrimando ambos auriculares a mía oídos.

Me niego, pero él con mucha rapidez coloca ambos auriculares en mis oídos.

Oh Dios, oh Dios, oh Dios, es el rock mas pesado que escuche en toda mi vida. El volumen de los auriculares esta tan fuerte que mis tímpanos piden a gritos un poco de paz.

Tiro de ellos una y otra vez, pero no hacen más que quedarse allí, pegados a mis oídos, como si nadie hubiera tirado de ellos.

-Sácamelos-susurro con nervios que el profesor me vea.

Pitt me ve confundido.

Balbucea algo que no logro entender y luego de varios intentos de tratar arrancarlos de mis oídos empieza a discutir con su compañero de banco que no hace más que sostener un gran pote de pegamento.

Como hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora