•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 4}

»¿Ya nos conocíamos?«

Me encontraba sentada en aquel pequeño banco que había en la parte del mostrador que no era ocupada ni por el cliente, ni por el vendedor, estaba algo alto, pero me resultaba cómodo de igual forma. Platicaba con mi abuelo acerca de la escuela. Aunque no hubiera visto a mis amigos por un buen tiempo, o hablado con ellos de otra manera que no fuera a través de cartas, seguían presentes en mi cabeza todo el tiempo, al igual que Hogwarts.

A menudo me preguntaba »¿Qué estará haciendo Herms?« o »¿Qué estará planeando Colin para nuestra próxima "clase profesional" de guitarra? ¿Susan seguirá pensando en Will cada cinco minutos? ¿Estará bien Harry con sus tíos? ¿Y qué hay de Jacob? No he hablado mucho con él en un tiempo, aunque no es de escribir seguido. Ojalá Longbottom no esté agobiándose demasiado con Augusta, de veras lo extraño«.

Ese era otro asunto, Nev. Neville Longbottom. O simplemente Longbottom. Posiblemente él era en quien más pensaba, aunque competía bastante con Hermione, por supuesto, con quien me escribía todas las semanas. Pero no iba a hablar sobre mis sentimientos con mi familiar, pues después de todo podría resultar incómodo para ambos.

-¿Y qué hay de ese chico Jacob? No me has hablado mucho de él últimamente.. -exclamó el anciano, mientras sus arrugadas manos acomodaban las varitas recién llegadas, esperando ocupar un lugar en manos de un niño que comenzara la escuela, o en el espacio anterior de otra caja que había sido llevada.

-No hay mucho que contar, de hecho. Jacob y yo nos llevamos bien, es un buen amigo, y muy divertido, pero no creo que él me considere demasiado.

-Ya veo.. -respondió el otro, y pude notar allí un tono un tanto vacilante, lo cual me pareció curioso.

-Abuelo..

-¿Sí, señorita?

-No me.. atrae Jacob..

-Oh.. -me vio interesadamente- .. pues bueno, supongo que entiendes que lo creí porque.. bueno, así lo creí.

-Está bien, pero solo.. que quede claro -afirmé con seguridad, después de todo mis emociones por Neville no me hacían sentir indecisa desde el año anterior.

-No volverá a pasar.. -dijo juguetonamente, y tras aquellas palabras bajó de golpe de la cima de las escaleras a las que había subido con anterioridad, causando que mi atención se disparara hacia él- .. bueno, tienes muchos amigos ¿No es así? De eso me he dado cuenta.

Asentí con la cabeza, dándole la razón, por lo que se dibujó en mí otra sonrisa.

-Lo bueno es, pequeña, que por lo que me cuentas todos parecen ser excelentes -siguió mientras se acercaba a verme- sobre todo el joven Neville.

Mi rostro se sintió diferente, y tuve otro leve salto dentro de mí. Sinceramente ¿Cómo es que mi pariente no se daba cuenta de quién era en realidad la persona que me interesaba?

-Bastante sociable, aunque no eras tan así de niña.. a pesar de que sigas siendo una niña, lo entiendes.

-¿Ah, no? Creí que.. siempre había sido muy abierta a conocer a los demás.

-No puedo mentir y decirte que no eras un torbellino cada vez que íbamos a un lugar muggle, o a cualquier lugar que pudiera llamar tu atención, pero si eras algo tímida. Por ejemplo.. -atrajo su vara a sus manos para que de ella saliera una luz azulada, y allí se formara un recuerdo. Siempre había anhelado poder tener aquella habilidad como parte de la familia Ollivander- .. había un niño, lo veías constantemente si venía, aunque no era siempre. Sin embargo, no te animabas a hablarle, eso siempre quedó en mis recuerdos.

Aquellas luces que parecían formar polvos que flotaban en el aire, habían logrado convertirse en dos niños, supe que una era yo, era bastante claro además de sus palabras porque al tenerme tan marcada en su memoria podían distinguirse perfectamente los rasgos. El niño era.. de hecho, yo misma lo recordaba, pero no tanto como me hubiera gustado. Sentí como desde lo profundo de mi cabeza se desbloqueó un pensamiento que no había venido a mí desde hacía años.