dos

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Meses habían pasado desde que ambos estaban distanciados, los únicos momentos en los que lograban estar juntos eran reuniones familiares.
Nadie sabía que la gran "pareja a seguir" estaba a un paso del divorcio y ambos no querían que lo supieran sus respectivas familias pues sabían cuanto adoraban a la linda pareja.

Hueningkai estaba roto, se sentía tan pequeño. ¿Y cómo no estarlo? La persona que juró amarlo lo engañaba, o eso había visto él. Los días siguientes al accidente se basaban en llorar mientras Soobin estuviera en el trabajo, no tomaba el desayuno, ni siquiera tenía ánimos para preparar la comida. Se estuvieron alimentando con comida ya preparada por dos semanas.

Lo que fue por varios años su hogar y nido de amor ahora era un lugar completamente desconocido. Su expresión era seria y ninguna pizca de alegría pintaba su rostro. La mayor parte del día la pasaba fuera de casa, no se sentía a gusto en ese lugar, ya no.

Soobin llegó a odiar lo aferrado que era Huening, pues éste siguió en su postura de no intercambiar palabra con el más alto. A Choi le dolía, realmente le dolía que no le haya dejado explicar lo que pasó, pero más le dolía el ver a su lindo chico convertido en una nube gris.
Lo peor del caso es que sabía que el menor no lo perdonaría así como así, ni él mismo lo haría.






Sorprendido.
Así se sentía Hueningkai al pie de la puerta de su casa, con un ramo de flores en mano.

Violetas.

Entró al lugar, y con urgencia busco el florero que le regaló su madre cuando se mudaron a su nueva casa. Colocó las flores en el lindo florero lleno de agua. Tanta había sido su urgencia de ponerla en agua que no vio la pequeña nota que venía con ellas, parte de lo que estaba escrito se veía borroso a causa de que el pequeño pedazo de papel se había alcanzado a mojar pero se podía leer un "Para HueningKai" con bonita caligrafía escrito en él.

Y sonrió.
Sonrió como en mucho tiempo no hacía, tenía un amor secreto, un amor secreto que le envió flores. Ese día se sintió feliz, sintió como una pequeña chispa hacia que su corazón latiera después de haberse destrozado.
Colocó las flores en el centro de la mesa y se pasó la tarde admirando lo bonitas que se veían.

Cuando Soobin llegó a casa se encontró con Huening sumido viendo un ramo de violetas. Su vista fue a los labios ajenos que se encontraban curvados en una linda sonrisa, entonces él también sonrió. A lo mejor ese día podría intercambiar algunas palabras con Kai, algo había pasado para que estuviera sonriendo.

—Bonitas flores.

Claro que eran bonitas, para Hueningkai eran preciosas.

—Ujum.

Los días posteriores siguieron llegando más flores, violetas para ser exactos. Hueningkai se sentía muy contento de recibir un ramito cada día, sentía que esas bonitas flores eran lo que actualmente le daba color a su casa.
Gracias a la llegada de su amante secreto Huening se sentía con más ánimo y alegre, su cambio fue completamente radical y obviamente Soobin se daría cuenta tarde o temprano.

El menor no supo como sentirse cuando, con una mueca en el rostro, Soobin preguntó por el responsable de dichas flores que cada día aparecían en la mesa. A Kai nunca le gustó mentir y no lo hizo.

—Me las da mi amor secreto—. Dijo la verdad. Que no supiera quién era la misteriosa persona que dejaba las flores en su puerta era otra cosa.

Y no es que Hueningkai fuera de guardar rencores, pero se sintió satisfecho con la expresión de enojo que se había plasmado en el rostro del más alto. Si Soobin tenía un amante, él también podía ¿no?

Dos meses, llenos de flores habían pasado ya y una pregunta rondaba siempre en la cabeza del menor. "¿Quien le mandaba flores en primavera?"

¿Tenía sus sospechas? ¡Claro! Huening estuvo consiente todo este tiempo de que su vecino Kang Taehyun gustaba de él, no se sorprendería que él sea el responsable. Después de todo sus vecinos eran tan chismosos que el rumor de un divorcio estaba en boca de todos. Aún así, no estaba cien por ciento seguro.
De lo que sí estaba seguro es que las cosas había cambiado, estaba tratando de soltar lo que algún día tuvo con Choi y ahora lo veía como un amigo, sin rencores. Obviamente esto no lo sabía ni el mismo Soobin.

¿Y Soobin? Bueno, cuando decía que las cosas cambiaron era cierto, el feo tono gris que los cubría a ambos se había esfumado por la llegada de las violetas. Kai no le dio muchas vueltas al asunto y pensó que las cosas con aquel chico castaño iban como viento en popa pues, veía a Soobin sonreír más a menudo.

Hueningkai se sentía como un adolescente debido a los repentinos sonrojos y las famosas mariposas en su estómago. Al mes y medio, las rosas empezaron a llegar con pequeños fragmentos de poemas, poemas que hacía al menor sentirse completamente enamorado. ¿Era posible enamorarse de una persona sin rostro? Para Kai ahora era posible.

Su alegría había vuelto, ya podía mantener una conversación con Soobin y ya tenía ánimos de hacer sus actividades en el hogar. Sentía que era una nueva persona, con un nuevo corazón y una nueva persona era la que habitaba en él.
Sus sospechas crecían aún más con el pasar del tiempo, pues en una salida al super mercado cacho a Kang espiar la recidencia del matrimonio. Un lunes, el ahora pelirrojo chico, fue a pedirle una receta de cocina y terminaron en la sala platicando cómodamente.
Para Huening las cosas ahora estaban muy claras.
Su amor secreto ya tenía rostro, nombre y apellido.

Kang Taehyun.

¿será que los rumores del posible divorcio fueran verdad?

ramito de violetas | sookai #SookaiAwards2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora