final

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Estaba llorando.
Y lo peor de todo era que no sabía porqué, estaba convencido que eran lágrimas de enojo. Se encontraba acurrucado en medio de la amplia y solitaria cama, sentía frío a pesar de que la temperatura no fuera tan baja.

Quería ponerse feliz, al fin podría ser feliz con Taehyun, su lindo vecino de cabellos rojizos. Claro que tenía que empezar desde cero con él, pero no importaba, iría a pasos lentos pero seguros. Y entre esos pensamientos lindos, donde los protagonistas eran Taehyun y él, se quedó dormido.

Al día siguiente, ningún ramo de violetas apareció en su puerta. No le dio mucha importancia debido a que llevaba prisa en llegar a tiempo a su cita con el abogado para tratar los asuntos del divorcio.

Hueningkai ya le había avisado a su familia de su separación con Choi, la mayoría, por no decir que todos, estaban sorprendidos de que la pareja a seguir estaba a un paso del divorcio. Su madre fue la más afectada, puesto que amaba a su yerno y seguía sin dar crédito a lo que Hueningkai le había contado. Aún así, no dudaba de la palabra de su hijo pero no podía negar que le dolía la separación de "tan linda pareja".

Hueningkai odio que su madre le preguntara la mayoría del tiempo si estaba seguro de su decisión, hasta parecía que quería hacerlo dudar ante tanta insistencia.

El proceso de su separación fue muy rápido para sorpresa suya. Ya tenía los papeles, estaba ansioso por llegar a casa, firmarlos, llamar a Soobin y recoger sus violetas.

Cuando llegó a casa, rápidamente notó la ausencia de las flores en su puerta, haciendo una pequeña mueca. Pero trató de mantenerse positivo, pronto sería libre y tal vez la falta de las violetas se debía a que su lindo pelirrojo no tenía dinero en ese momento.

Al entrar, se sento junto al comedor. Recordando como se hizo de palabrerías con Choi ese día. Inconscientemente lo primero que recordó fue el beso que compartieron esa noche. Frunció el ceño al encontrarse recordando tal suceso y tener sus dedos sobre sus labios.

Con calma sacó los papeles que le había dado su abogado, leyéndolos pacientemente. Se levantó en busca de un bolígrafo, yendo hasta su habitación por éste. Cuando volvió, no dudo en firmarlo.

Minutos después se encontraba llamando a Soobin, quien respondió al quinto pitido.

-Diga

-Tengo los papeles, Choi. Solo falta tu firma.-. Se escuchó como la respiración del último mencionado se volvió pesada. Más eso no le impidió responder.

-Bien... Beomgyu me hará el favor de pasar por ellos y mañana mismo te los llevo.

-Me parece perfecto, hasta entonces.

Kai no le dio tiempo de decir otra palabra a Soobin debido a que colgó. Suspiro y frotó sus ojos. Tenía hambre y cero ganas de preparar comida. Había decidido que ese día comería en la calle, así que no tardo en salir de casa.

De regreso, venía espiando la casa de Taehyun, solo esperaba el momento justo para abordarlo e invitarlo a comer. Así empezaría a acercarse más a su chico de las violetas. Sin embargo se encontró a un pelinegro frente a su casa.
Hueningkai al reconocerlo aceleró sus pasos.

-Hola-. Saludó en cuanto llego al lado del mayor.

-Hueningkai, hola-. Respondió el saludo Beomgyu con una sonrisa pequeña.

Beomgyu desde un principio había sido amigo y compañero de trabajo de Soobin, tiempo más tarde también sería parte del círculo social de Huening.

-Pasa-. Habló en cuanto hubo abierto la casa. Beomgyu pasó primero, seguido del menor.

-¿Te ofrezco jugo?-. Beomgyu carraspeo.

ramito de violetas | sookai #SookaiAwards2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora