tres

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Diez meses pasaron.
Diez meses en los que ningún día faltó su ramito de flores en la puerta de su casa. Y como siempre, los recibía. Sin remitente. Pero eso ya no era de tanta importancia porque él ya sabía del responsable de éstas.

Las violetas le sacaban bonitas sonrisas y el poema que las acompañaba lo hacía suspirar. A partir de eso, Hueningkai se preguntaba seriamente si es que había vuelto a la etapa de la adolescencia. Puesto que sentía las absurdas mariposas en su estómago.

Y pasado ya todo ese tiempo, Huening estaba decidido a enfrentar a Soobin.

El día que confirmó sus sospechas fue un miércoles. Hueningkai estaba ansioso por recibir sus preciadas violetas y sin querer abrió la puerta en el momento justo.

Ahí estaba agachado Taehyun, su vecino. Sabía que era él, sonriente, se agacho para estar a su misma altura.

—¡No es lo que piensas!

—Lo he visto y yo creo en lo que veo.

Tomó el mentón del pelirrojo para acercarlo hasta él y depositar un beso en su mejilla. Taehyun se quedó congelado en el suelo, mirando como Kai tomaba el ramo de violetas y entraba alegre a su casa.

Hueningkai lo había descubierto, ¿qué se supone que haría ahora Taehyun?

Después de su descubrimiento, Huening tenía las cosas muy claras, bastante a decir verdad.

Él estaba convencido de que estaba realmente enamorado del lindo pelirrojo de enfrente. Y eso fue el detonante para que Hueningkai actuara.

A pesar de que el menor lo había descubierto dejando las flores, días posteriores siguieron llegando. Hueningkai tenía la pequeña esperanza de que ahora llegaran con el "De: Taehyun" pero no fue así.

Una semana después, Hueningkai sorprendió a Soobin con una cena deliciosa. Ese día el menor se arregló, vestía un saco gris de manera casual pero elegante. Choi pensó que las cosas iban mejorando gracias a la actitud del menor esa noche. Pobre Soobin, tan equivocado estaba.

—Estuvo exquisita la cena, gracias Kai—. Sonrío Choi, tomando la mano de su esposo por sobre la mesa. Acto que puso un poco incómodo a Kai.

—No agradezcas… Soobin, quiero hablar contigo—. El rostro de Huening se puso serio, Soobin anhelaba esa charla. Y atento, asintió haciéndole saber al menor que lo escuchaba.

—Eh, bueno… Ya sé quien deja el ramo de violetas—. El mayor frunció el ceño pero a los pocos segundos su boca y ojos estaban abiertos con sorpresa.

—Y estoy enamorado de esa persona…

Soobin sonrió ante la confesión del menor, esto alentó a Huening a proseguir. Soobin había decidido no habar, dejando que el contrario se expresara todo lo que quisiera.

—La razón de esta cena es porque es nuestra despedida…

—¿Qué?

Por primera vez, en todo ese rato, Soobin habló. La confusión siendo palpable en su voz. Hueningkai sólo vio como pequeñas arrugas aparecían en la frente del mayor. No entendía, hasta hace unos momentos se había mostrado feliz de que él estuviera enamorado.
Kai pensó que el otro se sentía alegre de que por fin había encontrado a una nueva persona especial, tal y como la tenía Choi.

Más su reacción nunca la esperó.

—¿Qué rayos significa eso Hueningkai?

—Que quiero el divorcio, Choi.

Soobin se encontraba perdido, mordía su labio inferior con frustración. Despego la vista del menor enfocandola en alguna otra cosa que no fuera su esposo.

Hueningkai se encontraba incómodo mientras esperaba una respuesta por parte del mayor. No pensó que las cosas serían así de tensas en esos momentos.

—¿Por qué?—. Apenas y se pudo escuchar la interrogación que soltó el mayor.

— Porque me he enamora…

— ¿De quien?—. Interrumpió Soobin, dando un pequeño golpe en la mesa que sobresaltó al menor.

—De Taehyun, quien me envía las bonitas flores—. A pesar de estar un poco espantado por la reacción del otro, no dejo que su voz temblara, tampoco aparto la vista de Choi quien se encontraba mirándolo intensamente. Hueningkai vio que los ojos ajenos empezaban a tomar un ligero color rojo y eso solo significaba una cosa. Llanto.

Soobin empezó a reírse sin gracia, terminando siendo un sollozo lo último.
Hueningkai empezaba a sentirse enojado. Choi actuaba como si le doliera, sabiendo que los últimos días los estaban pasando mal porque no se tocaban, ya no se daban mimos antes de dormir, no juntaban sus manos al caminar, ya no dormían abrazados, habían dejado de hacer varias cosas juntos. Ya no actuaban como la feliz pareja que eran.

—No finjas que te duele Choi, porque fuiste tú quien traicionó mi confianza, fuiste tú el que destruyó nuestro matrimonio por un simple acostón con tu amigo—. Soltó el menor alzando la voz, más que enojado y haciendo énfasis en la última palabra. Para ese punto ambos estaban de pie, con ambas manos sobre la mesa y sus rostros peligrosamente cerca.

—¡Yo no te traicione y mucho menos me acosté con ese tipo!

—Ah, ahora es "ese tipo" pero no lo veías así cuando se estaban besando ¿no?

—Yo no lo bese—. Dictó Soobin con un tono más grave.

—Eso no fue lo que yo vi. Además yo también tengo derecho de rehacer mi vida. No puedo estar con alguien que no me ama, que no respeta la casa ni a mi.

—¡Yo nunca le he faltado el respeto a nuestra casa y mucho menos a ti!

—¿Te refresco la memoria?—. Hueningkai lo miró desafiante, cruzándose de brazos.

—La vez que no llegaste a dormir ¿cuantos días? ¡ah sí! dos. Y yo nunca te fui infiel, cosa que tu sí.

—¡Por dios Hueningkai! Fue por cuestiones de trabajo, tu mismo sabes que esos días los pasé con Beomgyu. Aparte, ese día no me dejaste explicar que fue lo que realmente pasó.

—Ya no te creo nada, Choi. No estoy jugando, lo diré por última vez, quiero el divorcio. Ya no me amas, ya no te amo. ¿para qué seguir juntos?

Recién termino Hueningkai de hablar, sintió como los labios ajenos se estampaban contra los suyos. Era un beso amargo, no era dulce como los tantos que habían compartido días, muchos días anteriores. La sensación salada de las lágrimas que derramaba Soobin eran obvias entre el besuqueo. Kai reaccionó algunos segundos después, empujando a Soobin y brindándole un golpe en la mejilla.

—No vuelvas a hacer eso.

—¿Quien dice que no te amo, ah? ¿Qué te demostró ese beso?

—Que es el fin, si me amaras, si en verdad lo hicieras, no hubieras permitido que ese tipo te besara. Yo ya tengo a alguien, tu también lo tienes. Déjame ser feliz Choi.

—Estas cometiendo un error Hueningkai.

—Si en verdad me amas, como tu dices. Dame el divorcio.

Hubo varios minutos de silencio, tiempo que se le hizo demasiado largo al menor.
Hueningkai solo vio como el mayor asentía y entraba rápidamente a su habitación. Vaciando el closet con su ropa. Segundos más tarde estaba Soobin frente a la puerta con sus maletas listas, los ojos rojos y algo hinchados por las lágrimas.

—Tienes mi número, llámame cuando tengas los papeles. Pero déjame decirte que te estas equivocando Hueningkai, espero y no te arrepientas de lo que acabas de hacer.

ramito de violetas | sookai #SookaiAwards2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora