𝑭𝑶𝑹 𝑴𝑬? ⸗ ʳᵃᵛᶰʷᵒᵒᶰᵍ

extra 2

Youngjo abrió los ojos cuando sintió una fuerte sacudida mientras dormía, y como lo que fuera que estuviese abrazando se despegaba como repelente de su cuerpo.

Se frotó los ojos confundido, sin entender qué ocurría y sentándose en la cama dejando a la vista su desnudo torso.

Cuando no vio a su pequeño novio a su lado, es que entornó la mirada por su habitación hasta encontrarse al ahora bonito chico de cabello colorin completamente nervioso y apresurado.

Y desnudo, también.

"¿Bebé?", llamó, con la voz ronca y despeinandose mientras Hwanwoong le miraba por sobre el hombro, "¿Qué sucede?"

El colorin le miró como si estuviese loco, antes de comenzar a chillarle.

"¡Me quede dormido y hoy es mi exámen de fin de semestre!", Youngjo apretó los ojos ante la potente voz, aún no estaba en total sintonía y le costó procesar lo que dijo Hwanwoong, "Te dije que no debíamos tomar Soju ayer por la noche, ¡pero claro!, tú y tus malditos dotes para convencerme, ¡aparte me duele el culo! Eres un bruto Kim Youngjo", Hwanwoong comenzo a parlotear con el ceño fruncido mientras se apoyaba en la cómoda y rebuscaba ropa limpia lo más rápido posible.

Youngjo soltó una risa, bastante cómico por la situación.

Hwanwoong y él ya llevaban alrededor de un año de noviazgo, y hace apenas un semestre su pequeñin había entrado a la universidad a estudiar técnico en enfermería. Ambos habían tomado la desición de vivir juntos en el departamento de Youngjo desde hace un par de meses y las cosas iban viento en popa para ambos. Cada día se complementaban más, Youngjo había hecho un curso de comida vegetariana y ahora ambos se divertían cocinando cuando tenían tiempo, dormían juntos, apretados y calentitos el uno con el otro, veían películas acurrucados en su sofá con Sunny encima de ambos y Youngjo cada día podía decir que se enamoraba más de Hwanwoong.

Ah, y Hwanwoong había renunciado a su trabajo al entrar en la universidad debido a que le consumiría todo el tiempo libre que tuviese sin clases, y Youngjo no quería que su pequeño se desvelara estudiando, sin dormir y descuidando de su salud.

El castaño se mordió el labio, mirando la bonita piel canela de Hwanwoong y el delgado cuerpo bien proporcionado de su novio. Muslos gruesos, cintura estrecha y pronunciada y pequeños hombros que acentuaban sus caderas, bonitos pezones rosados y lunares salpicados que Youngjo ya se sabía de memoria en la espalda del colorín.

"En vez de comerme con la mirada podrías ayudarme a colocarme la maldita ropa interior", se quejó Hwanwoong, con la nariz arrugada. "No puedo agacharme, gracias por ser tan considerado como para haberme partido ayer"

Youngjo volvió a reir, saliendo de la comodidad de la cama sin ninguna prenda encima y caminando hacia Hwanwoong para ayudarle sin chistar. Alzó una ceja apenas se dio cuenta como la garganta de Adán del más bajo se movió mientras escaneaba su cuerpo.

Youngjo le quitó los calzoncillos a Hwanwoong y se agachó burlón, notando enseguida como Hwanwoong se colocaba más nervioso que antes y se debía apoyar con sus manos en la cómoda detrás de él. El mayor pasó la tela suave por los pies de Hwanwoong y comenzó a subirlos lentamente por sus piernas, dejando de prestarle atención al rostro de su novio para comenzar a dejar húmedos besos en los muslos de su amado mientras subía los calzoncillos, sonriendo internamente al ver aquellas piernas torneadas comenzar a temblar. Luego corrió su boca hacia la cadera, donde pasó la punta de la lengua por el hueso sobresaliente de su pelvis mientras escuchaba un suspiro y Hwanwoong se movía tan solo un poquito mientras él estaba besando la zona y la tela seguía subiendo. De allí corrió la lengua hasta el vientre de Hwanwoong, cerrando sus ojos para comenzar a mordisquear, chupar y besar la suave piel del estómago de Hwanwoong y escuchando pequeños jadeos del contrario. Youngjo ajustó los calzoncillos por arriba de las nalgas de Hwanwoong con un pequeño azote de la bragueta, antes de dejar reposar sus manos en aquella cintura y subir su camino de besos por todo el pecho de su compañero entre pequeños jadeos que le calentaron un poco, antes de llegar al cuello blanquecino contrario y aspirar la fragancia natural de su novio, sin poder evitar succionar entre sus labios y dientes una porción de piel con tal de dejar una bonita marca.