CAPÍTULO TREINTA Y CINCO

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Era el cumpleaños de Juli, así que decidimos salir todos juntos. Fuimos a una feria donde se subió a casi todas las atracciones. Después de eso nos encontramos con un carro de algodón de azúcar.

Trate de hacer a mi hija entender que no tenía mucho dinero y apenas estaba empezando a trabajar, sin embargo, el señor tan solo habló...

"Pero que tierna niña. Un algodón de azúcar para la nena y otro para sus padres. Es suficiente paga con ese rostro tan bonito."

Me sentí algo nervioso al sugerir que éramos pareja, pero no por la situación, si no por como iba a reaccionar ella. Creo que ese comentario la alegró en cierta forma, como a mi.

La chica de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora