POV. Duke
Nueva horas atrás en el lago de cristal.
— ¡Oye eso es trampa.
Hablo un perro de pelaje blanco, quejándose por qué le habían quitado la pelota.
—M..uyr lern..nto.
Trataba de decir, mientras llevaba la pelota entre sus fauces. Duke siendo perseguido por otros dos perros mas intentando llegar a la meta.
—¡Aquí! ¡Estoy libre!.
Gritó un perro, trantdo de llamar la atención de duke. El perro era de pelaje gris, con algunos parches en color negro y marrones. Y al ver que este ya se encontraba rodeado por muchos, duke no tuvo opción de arrojarla a su compañero.
—¡Atrapala!.
Gritó, para después arrojarla y ser atrapada por aquel perro, y siendo veloz ya que era la única oportunidad para anotar, fue cuando estos ganaron.
Perros de la ciudad / Perros del campo
7 / 6—¡ANOTACIÓN!.
Grito una de las ardillas quien tenía la puntuación y al lado de él un mapache quien detuvo con sus manitas el reloj. Dando por finalizado el lugar.
Así que los 7 perros los cuales eran del equipo de ciudadanos, estaban festejando, y al terminar todos volvieron a la orilla del lago para relajar un poco sus patas con lo fría que se encontraba.
Duke por otro lado estaba al lado de sus dos nuevos amigos. Un doberman de una estatura mayor que la de muchos, y por la manera en la que hablaba seguro era de alguna parte de California. Mientras que el otro, un dálmata, de complexión delgada parecía ser del sur. Algún lugar de Pasadena.
—¡Hey! ¿Les apetece ir a la granja del señor O'Donnell?. Según los perros de aquí es un buen lugar para robar algo de comer.
—Te quedaré muy mal, estoy tratando de bajar de peso.— Hablo duke.
—Solo con la cremación se puede. —Hablo el doberman quien reía por su broma.
—No seas así Collins. —contesto el dálmata, un poco serio.
—Perdon.
—No lo escuches, el es así cuando su dueño no lo alimenta.
—Esta bien Chester. Normalmente no de ofende mucho.
—Oigan y que me dicen de aquello que está por ahí.
Hablo Collins, para que vieran al frente. Cosa que ambos hicieron y miraron como un pastor ovejero, caminaba al lado de otro perro, y por la pinta que tenía. No era algún perro de casa de pobre.
— Su nombre es Tod. —Dijo Collins. — Mis dueños trabajan en el jardín de su casa, así que las veces que logré ir. Sin duda verán que los lujos que tiene ni se los merece.
—Nads de lo que tiene se lo merece, su dueño ganó una fortuna y ahora por eso trata a todos como basura.
—Todos menos a uno. —Dijo Collins, observando a Gallardo.
Duke por otro lado se mantenía callado, y escuchando todo.
—Una pena que Gallardo siendo alguien genial se metió con la basura de Tod.
—¿Gallardo?. —dudoso.— ¿Ellos son pareja?.
—Nadie lo sabe. —contesto chester.— Muchos le han preguntado pero el lo niega, supongo que siente vergüenza oh algo así.
—Lo que trata de decir es que posiblemente sí. —Dijo Collins.
—Oh no.
— ¿Sucede algo?. —Pregunto Chester.
—Deje a alguien más, ya regreso.
Hablo el perro robusto, y con la mirada trataba de localizar a su pequeño hermano.
—¡Max!. —gritando su nombre.
Y al momento de comenzar a ponerse nervioso, fue cuando un labrador le hablo.
—¿A quien buscas?.
—Un perro chiquito, pelaje blanco con manchas marrones.
—Creo que sí. Salió corriendo en aquella dirección.
Hablo el perro, mientras apuntaba con su pata en dirección a las afueras de la granja de Pedro. ~Muchas gracias~ Contesto duke, con sonrisa en su rostro. Y al momento de comenzar a correr, este chico con aquel imponente perro Gallardo.
— Tu quédate aquí. —ordeno. — Yo iré por el.
—Claro que no. Es mi hermano.
Dijo firme a Gallardo. El cual este comenzó a mostrar sus colmillos, pero fue aquel momento que impactó al pastor. Fue al momento de recibir una bofetada departe de duke.
—Sigueme.
Fue está vez el perro obeso quién dio la orden. Gallardo se quedó en silencio, molesto por aquella bofetada.
—A mi nadie me mostró los colmillos, y soy un gran actor. ¿No quieres que llegue a casa cojeando? ¿Verdad?.
—Y crees que mi dueño.— Acercándose amenazante. —Le importara que mate un niño como tú.
—Tu nuevo no. Me los dos míos seguro harán algo. — Hablo el perro obeso, dedicándole la sonrisa más hipócrita. Que este tenía.
—Has lo que quieras si. Solo iba a buscar a Max. Pero si quieres hacerte cargo, has lo que quieras.
Contesto Gallardo, retirándose de el lugar, hasta que Duke hablo.
—Max te ama. — observando como Gallardo se da la vuelta. — Y sé que tú sientes algo por el. Pero conozco lo miedoso que es Max. Si el huyó fue por algo que vio.
—Si.
—Y estoy seguro que fue lo que vio. —Serio. — Yo también pude ver de qué se trata.
Aquello hizo que Gallardo. El cual en un principio tenía una mirada de enfado, ahora en su mirada había culpa. Ya que, también sabía que la razón, por la que Max había huido.
—Dejame arreglar las cosas.
Hablo Gallardo, mientras miraba como Duke, quién ya había comenzado a caminar. Paro su andar, pero la voz del pastor lo había dejado congelado.
—Solo prométeme una cosa.— suspirando.
—¿Que cosa?.— Preguntó curioso.
—No lastimes a mi hermano.
—Es lo menos que quiero hacer.
Recibió como respuesta duke. Y antes de irse, este se fue y luego de unos minutos regreso con aquel pañuelo de color rojo. Y así entregárselo nuevamente a Gallardo.
—Necesitaras esto.
—Gracias.
~Fin.
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Hilo Rojo ©
Short StoryCuentan aquellos. Qué todos nacemos con un hilo rojo, invisible a la vista, el cual está atado a alguien más. A la otra mitad de la naranja, ser que amaremos por siempre y sin importar el tiempo o adónde nos lleve la vida. Aquel hilo puede estirarse...