narcissistic↻twd

capitulo dos

—No se separan, eso me gusta. Protegerse y mantener la lealtad ante todo.—la líder les sonrió observado con sumo detalle las acciones de los Falcone.
—Hemos tenido malas experiencias con algunas comunidades—Alexander le sonrió a Deanna, dando entender que protegerse ya era una obligación de ellos—. Rick dijo que nos harías unas preguntas, te pido que hables ya, por favor.

Jhon sonrió ante lo directa que fue su amiga. Era la única cosa que amaba de la copia barata.

—¿Les importa si grabo esta sesión? Somos muy transparentes—en respuesta, ambos se encogieron de hombros, restándole importancia—, muy bien, empecemos por la básico, ¿cuál es su historia? ¿Estaban juntos desde el inicio?
—Sí para mí fortuna—Jhon intervino. Sabía que ese tema no se tocaba, era un fibra delicada para Alexander—, ella posee cierta habilidad para el manejo de armas y muy aparte, sabe manejar situaciones difíciles con rapidez y usa la cabeza.
—¿Cómo se conocieron?
—Estábamos en Atlanta, estaba en mi turno en una cafetería y yo lo atendí, las cosas se fueron a la mierda cuando el cocinero se puso como loco a querer devorarnos.—una risa delicada, llena de nostalgia salió de los labios de ambos. Había sido una total locura ver cómo gritaban todos intentando salvar sus vidas.

Jhon quiso salvarla pero le salió todo lo contrario, ella lo salvó a él.

—Me salvó, ¿puede creerlo? Esa sumisa chica con una sonrisa encantadora y tierna se movió como una total experta, como si supiera qué hacer.
—¿Cómo supiste qué hacer, Alexander?—le preguntó, interesada.
—Estuve unos años en la marina, no nos entrenan para cosas como estas pero sí para manejar diversas situaciones.
—¿Y tú, Jhon, qué eras antes de todo esto?

Esta vez la mirada de ambas mujeres se posó en la de él, Alexander notó como todo su cuerpo se tensó. Él jamás quiso decirle y no lo obligó a decirle algo hasta que estuviera seguro de hacerlo.

—Ya no importa qué era antes de esto, Deanna.
La mujer comprendió, sonrió gentilmente y agregó:—En esta comunidad todos hacemos algo, colaboramos. Tenemos casas propias y nos ganamos la confianza, sé que guardan demasiados secretos y no los obligaré a que me cuenten cada uno de ellos, ustedes mismos me los dirán cuando crean conveniente. Alexander y Jhon... bienvenidos a Alexandria.
—¿Es todo, Deanna? ¿Nos dejarás habitar en tu súper increíble y hermosa comunidad así como así?
—Tú—señaló a Jhon—, te gusta mantener un perfil bajo, eres narcisista al igual que tú—señaló esta vez a Alexander—, pero solo les gusta serlo cuando les conviene. Son desinteresados y no les importa morir aunque, se protegen como si no quisieran morir. Alexander—guardó silencio, meditando las siguientes palabras que emplearía—, tú tienes algo mucho más grande que nosotros, lo sé. Sé muchas cosas de todos aquí. Tengo un don.
—¿Es psíquica o algo así?—se mofó él, con su sonrisa burlona de siempre.
—Rick los escoltará.

Ambos salieron de la casa de Deanna, pensando lo que les dijo, cómo en cuestión de unas palabras y minutos de verse, ya los conocía.
—¿Quieres quedarte, Lexa?—Jhon pasó su brazo por los hombros de ella, pegándola a su cuerpo en forma protectora.
—No...lo sé—murmuró ella, ahí se dió cuenta que su amiga había regresado y, no tenía ni idea de qué carajo hacia ahí.
—Mírame, Lexa, mírame—pidió—, estamos en Alexandria, una bella comunidad, ¿ok?—ella asintió, viendo a su alrededor con admiración, hasta que algo en su interior hizo click.
—Alaska, ¿dónde está Alaska, Jhon? La perdimos. ¡Yo la perdí! Tengo que buscarla, iré a buscarla, es mi hermana, le fallé, no puedo fallarle yo...
—¿Alex, Jhon?
Ambos voltearon en busca del dueño de aquella masculina y joven voz, encontrándose con aquel joven que perdieron. Los ojos de ella se le aguaron, no podía creerlo.