Me siento
Preparo la rutinaria taza de café
Lista, para seguir con lo que sea que debo seguir y de repente.
Ahí estás
Volves, como lo haría una madre cuando la llaman para avisarle de un problema que hubo en el colegio de su hijo. Pero no sos esa mujer, no cargas ese sentimiento ni mucho menos venís corriendo
Venís, en forma de pensamiento. La única forma en la que vas a venir a partir de ahora y no es que no este acostumbrada a que no vengas así, sino que no me acostumbro a que vengas cuando querés. Siempre a tus reglas, negación a mis decisiones
Pero, ¿por qué hoy? y no el 17 de mayo, caminando por la calle mientras recuerdo que era tu cumpleaños o un 3 de octubre, mi cumpleaños o un 5 en abril, a minutos de rendir mi parcial para la facultad o en el mes de agosto, encerrada en el baño alejada de los problemas ajenos.
Venís, si, pero no de la forma en la que quiero
Venís y te vas y yo no sé como ir a tu dirección porque nunca me diseñaste el camino, es más, me lo complicaste.
Son muchos los momentos en que te deseé, te adoré, te amé. Y ahora yo decido que sea así, que siempre termine en un "...é", que tenga gusto a pasado y huela a despedida, como un café. Y quizás, solo quizás, esa era la única forma de llegar a tí. En un café sin azúcar, porque la azúcar era yo y ya no había más. Se había agotado, había cerrado la fábrica.
Y ahora estás desesperado porque no sabías que no sé podía seguir con algo que siempre viste, tuviste y que ahora, de un momento, a otro no esta.
Pero estoy, solo que en otra cafetería.