Sir Bizzle

Capítulo cinco

La Universidad nos ocupaba mucho tiempo así que no nos preocupamos por él hasta la noche del 18 de Octubre a las 4 de la mañana, alguien golpeo la puerta.

Taiane vinó a mi habitación y me pidió que la acompañara, podia ver en su expresión que estaba asustada,así que decidí ir con ella.

Fuimos cogidas de la mano hasta que llegamos a la puerta y la abrimos.

Fuera estaba él, estaba sentado en el suelo, mirándonos.

Tardamos una fraccion de segundo en darnos cuenta de que estaba herido. Su ropa estaba rota, sus brazos estaban llenos de cortes y sangre , y en su pantalon había una gran mancha de sangre que no estaba seca, lo que significaba que su corte era reciente y que probablemente también era profundo.

"-Olvide mis llaves "-dijo secamente, acto seguido se levanto y se dirigió a su habitación sin dirigirnos la palabra.

Nos quedamos perplejas...

Taiane dijo que lo mejor que podiamos hacer era ir a dormir y no molestarlo ya que podia ser un chico peligroso. Las dos nos fuimos a nuestras habitaciones o eso es lo que Taiane creía.

Había algo en su ser que me atraía y necesitaba saber que era, dicen que la curiosidad mato al gato, pero yo estaba dispuesta a saber que pasaba.  

Di media vuelta y me dirijí hasta su habitación, vacilé dos veces dudando si lo que iba a hacer era lo correcto o no, pero finalmente llame a la puerta.

El abrió parte de esta de tal manera que solo se le veía un ojo.

-"¿Que quieres?"- dijo cortante.

-"¿Necesitas ayuda?"-pregunte mientras intentaba averiguar como era su habitacion espiando por encima de su hombro.

-"No"-dijo secamente y cerro la puerta.

Volví a llamar.

-"Dejame ayudarte por favor, no me iré hasta saber que estas bien"- no entendía que parte de mi ser quería ayudarle exponiéndome así a la incertidumbre del peligro que arrastraba ese hombre.

-"Esta bien"- dicho esto abrio la puerta y me dejo pasar.

Su habitacion era muy distinta a lo que yo había imaginado, la había pintado de blanco y estaba muy ordenada. Su cama era espaciosa y en los rincones se podía observar aún el equipaje con el que lo habíamos visto el primer dia sin desempacar.

Se sento en la cama, me miro y se dispuso a seguir curandose las heridas.

Estar en la misma habitacion que él me ponia muy nerviosa pero a la vez algo de su extraño ser me resultaba algo atractivo.

-"Puedes pasarme las gasas que hay encima de la mesa?"-dijo sacandome de mis pensamientos.

Le pase lo que me pidió y me sente a su lado.

Sin darme cuenta mis ojos habían recorrido la habitación de arriba a abajo, no había ningún objeto que me pudiese dar una pista de la identidad de este personaje. En realidad estaba sorprendida, solo había su cama y un armario en todo ese espacio, ni una fotografia adornava la habitación no encontré nada de interès, aunque sus maletas me llamaban mucho la atención.