La Última Frontera

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¡Qué todos se unan a la batalla!
¡No importan ni el sexo ni la talla!
¡Necesitamos muchos guerreros!
¡Sean panaderos, campesinos o herreros!

¡Tú también puedes ser un paladino!
¡La gloria te espera con honor divino!
¡Sigue los caballeros y ponte tu uniforme!
¡Muestra al mundo que tu valor es enorme!

Ella se oculta con su abrigo desgastado,
Se aleja del reino, la familia y el pasado.
Las guerras no son lo que desea,
Quiere aislarse en una pequeña aldea.

Segura cruza la frontera. Todo queda tras ella,
Caballeros valientes viajan siguiendo una estrella.
La chica de dirige hacia la noche más helada,
Lo único que quiere es ser olvidada.

El miedo ha ganado contra el honor,
Se siente inútil, y hundida en el dolor.
Huye asustada por toda esa violencia,
Cobarde y débil, nadie notará su ausencia.

Siempre le han llamado “vergüenza del linaje”.
Quiere liberar sus padres con este viaje.
Nadie más hablará de su ineptitud.
Negarán su existencia y su juventud.

Segura cruza la frontera. Todo queda tras ella,
Caballeros valientes viajan siguiendo una estrella.
La chica de dirige hacia la noche más helada,
Lo único que quiere es ser olvidada.

Y por fin sola, atraviesa el silencioso desierto,
Enciende un fuego que le da un calor incierto.
Se refleja en él, en las llamas que morirán enseguida.
Ella espera lo mismo, que se acabe esa vil vida.

Segura cruza la frontera. Todo queda tras ella,
Caballeros valientes viajan siguiendo una estrella.
La chica de dirige hacia la noche más helada,
Lo único que quiere es ser olvidada.

Y en el campo de batalla, los hombres van cayendo,
Por espadas y flechas, un espectáculo tremendo.
El dios Marte se ríe a carcajadas,
Mientras tanto, lloran las hadas.

No queda nadie con vida.
La humanidad está hundida
Ella ahora está al otro lado de la frontera,
Y vuelve a encontrar la ciudad entera.
No hay paz ni en la tierra ni en el inframundo
Para la chica que quería un descanso profundo.

Valientes o cobardes, nuestro destino nos une,
A la muerte y al dolor nadie es inmune.
Y vuelve a llorar desesperada
Otra vez por su familia rodeada.
Eternamente infeliz e incomprendida,
Le quedan siglos para sanar esta herida.

Qué los ángeles la ayuden y los demonios la cuiden,
Y que con el tiempo, su perpetuo miedo todos olviden.
La pobre quería volver a respirar y escaparse,
Nunca pensó que podía simplemente aceptarse,
Y convivir con su lado terrenal y humano,
Ese lado que veía como el maléfico villano.

POEMAS MALDITOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora