05: Gidae

55 13 0
                                    

Estábamos regresando a los cubículos como de costumbre, costumbre que de vez en cuando se volvía un tanto desesperante.

Mis ojos se encontraron con algo que no era de ver todos los días, o más bien con alguien.

La chica castaña que había visto antes estaba en uno de los cubículos sentada en la orilla de la cama, con la mirada perdida en el suelo.

Al darse cuenta de nosotros alzó la mirada y la pasó por cada uno de nosotros.

Su rostro estaba inexpresivo, pero en sus ojos verdes podía notar un pequeño brillo que se me hacía familiar.

Entramos en nuestros respectivos cubículos; una vez nos quitaron las esposas, los guardias salieron de la habitación dejándonos solos.

-- ¿Cómo te llamas? - Minho preguntó con suavidad para mostrar confianza y se acercó al cristal que daba al cubículo de la chica justo al lado del suyo - Mi nombre es Minho - palmeando su pecho.

La castaña que parecía estar entre nuestra edad o quizás un poco más joven, lo miró fijamente y con voz dulce contestó desde donde estaba inicialmente.

-- Gidae.

-- ¿Gidae? - volvió a preguntar, la chica simplemente asintió - Es un bonito nombre. Ellos son mis amigos - nos señaló a cada uno mencionando a la vez nuestros nombres.

Gidae sólo seguía con la mirada a quien le iba siendo señalado pero sin pronunciar palabra.

-- ¿Te hicieron pruebas? - Felix preguntó con algo de delicadeza.

Lo que menos queríamos era que se desesperara y se pusiera a llorar por el miedo, aunque ella estaba bastante tranquila. Ni una sola pizca de temor, tristeza o desesperación había en su rostro, en cambio permanecía serena y con ese singular brillo en su mirada.

Ella negó.

-- Es hora de dormir - Jisung le explicó al ver que había quedado expectante por el sonido de un timbre.

-- Significa que están por apagar las luces - señalé hacia arriba.

Esta vez asintió.

Nos separamos del cristal y nos acostamos en aquellas estrechas camas, a los segundos las luces se apagaron.

Un sentimiento de querer protegerla me inundó, sentía que podría desaparecer en cualquier momento; no sabía a qué se debía, quizás era porque no quería que pasara por lo mismo que nosotros pasábamos todos los días.

O quizás había algo más.

Algo que resurgía y no me dejaba tranquilo, algo que había olvidado que existía.

Debía hacer algo para sacarla de aquí, ¿pero qué? No había mucho que pudiera hacer, no estaba seguro de si los demás aceptarían o estarían dispuestos a ayudar.

No podía simplemente pedirles que me siguieran o que le hicieran caso a mi impulso, el cual podía ser en vano. No quería arrastrarlos a algo desconocido o provocar consecuencias sobre una situación de la cual nosotros no teníamos control en absoluto.

Tampoco podía irme y dejarlos atrás. Ellos son todo para mí, siempre lo han sido.

Hemos disfrutado de la felicidad así como hemos llorado juntos en la tristeza.

Mi cabeza empezaba a doler, no sabía qué hacer.

Fruncí el ceño y me senté en la cama pasando mis manos sobre mi cabello hacia atrás con frustración estando aún en la oscuridad.

Traté de calmarme, si seguía así iba a perder la cabeza, di un largo suspiro tranquilizándome de a poco. Ya lo había decidido y no pensaba retractarme, iba a lograrlo sin importar qué.

Solté un fuerte suspiro.

Iba a sacar a Gidae de este lugar aunque eso me costara la vida.

...











💚
09/08/20
Editado: 28/09/20

Side EffectsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora