04: La Pesadilla Interminable

55 14 0
                                    

Sin importar hacia donde viéramos, todo era blanco. Los pasillos, las paredes, las habitaciones, los trajes de aquellas personas que no mostraban su rostro.

"¿Cómo llegamos aquí? ¿Qué sucede?"

Habíamos despertado en aquellas habitaciones separadas por paredes cristalinas.

Nos habían dado uniformes tan blancos como aquel lugar, obligándonos a usarlos.

Ni una sola explicación nos había sido dada, nos estaban llevando a otra habitación más grande, en donde habían largas mesas de metal con cinturones adheridas a ellas.

Habían más cosas que no quería pensar para qué las usaban, ordenadas perfectamente en mesas más altas también de metal.

Al entrar a ese otro lugar nos resistimos tanto como pudimos. Los guardias y las otras personas con trajes que cubrían cada centímetro de sus cuerpos intentaban detenernos.

Una voz gruesa se había alzado dejando en silencio todo el lugar, miramos hacia donde provenía dicha voz.

Un hombre alto, con expresión molesta y aura de superioridad estaba de pie cerca de la puerta.

Las personas de trajes blancos hicieron reverencia, mostrando respeto. Aunque yo diría que era más por evitar su penetrante mirada.

Uno de los guardias se acercó con nerviosismo y temor hacia el hombre de bata blanca, hizo reverencia y se puso erguido.

-- ¿Tanto les cuesta someter a ocho niños siendo ustedes casi el triple en número? - cuestionó desaprobatoriamente y con notable enojo.

-- Lo sentimos, señor.

Nos sobresaltamos cuando el dorso de la mano de aquel hombre chocó con rapidez y brusquedad en la mejilla del guardia.

El guardia volvió a inclinarse hacia el hombre y se disculpó otra vez.

-- ¿Quiénes son ustedes? - la voz de Chan temblaba pero él se mostraba serio.

El de la bata lo miró por unos segundos sin relajar siquiera un poco su mirada.

-- Denles sedantes y empiecen con un estudio completo de sus cuerpos - mandó a los de traje blanco, ignorando por completo la pregunta.

La fina aguja ahora en mi brazo, dio paso al líquido transparente hasta todo mi cuerpo, causando que me desmayara.

Al despertar intenté moverme pero me fue imposible, despegué la cabeza de donde sea que estuviera adherido y la desesperación volvió a mí al ver que estaba en una de aquellas mesas sujeto con sus cinturones gruesos.

Traté de hablar pero tampoco podía, había algo sobre mi boca que me impedía hacerlo.

Giré mi rostro y a ambos lados mis amigos estaban en las mismas condiciones.

Las lágrimas de desesperación y temor salían de mis ojos sin consentimiento, deslizándose por mis mejillas.

Un quejido de dolor quedó en mi garganta al sentir un líquido helado por el interior de mi cuerpo, pero no era el único, todos estábamos quejándonos ahogadamente.

Sentía que mis huesos dolían como si estuviera expuesto a un intenso frío sin protección alguna. Después de unos minutos dejé de sentir el dolor al igual que el resto de mi cuerpo.

-- Los pacientes no muestran cambios aceptables - reportó uno de ellos.

-- Primera prueba descartada, pasemos a la siguiente - los demás asintieron y prepararon más inyecciones.

En ese momento no sabíamos que ese ciclo se repetiría durante mucho tiempo.

...










💚
09/08/20
Editado: 28/09/20

Side EffectsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora