09: Amargo Recuerdo

45 12 0
                                    

Abrí los ojos y lo primero que vi fue el blanco techo, un suave y constante pitido a un lado de donde estaba fue lo primero que escuché, intenté moverme pero me dolía todo el cuerpo. Alcé un poco mi brazo izquierdo dándome cuenta de que una pequeña aguja estaba insertada en este y era seguida por un largo y delgado tubo que estaba unido a una bolsa transparente con un líquido igualmente incoloro.

Volví a intentar levantarme con cuidado y las pocas fuerzas que tenía.

Unos murmuros se escuchaban detrás de las cortinas que resguardaban el pequeño espacio de la camilla en donde me encontraba inicialmente.

Di unos pocos pasos hacia la cortina y estiré mi brazo corriéndola de a poco.

Los murmuros cesaron y siete pares de ojos se posaron sobre mí, las sonrisas en sus rostros me llenó de alivio y alegría.

Unas pocas lágrimas salieron de mis ojos al ver a mis amigos.

-- ¿En dónde estamos? - pregunté viéndolos expectante.

-- Estamos en el hospital, el doctor dijo que nos desmayamos poco después de haber llegado a la ciudad - explicó Felix.

-- Unas personas nos socorrieron y llamaron a la ambulancia y a la policía - Chan sonrió.

La puerta de la habitación donde estábamos se abrió, entrando por ella un doctor y una enfermera seguidos de varios oficiales de policía.

-- Qué bueno que ya están despiertos todos - nos dedicó una cálida sonrisa - Estos oficiales quieren hacerles algunas preguntas, pero sólo si están de acuerdo a dar sus testimonios ahora.

-- Así es, no queremos que se sientan presionados - aclaró uno de ellos.

Nos miramos entre nosotros y asentimos como gesto de permiso.

Todos estábamos siendo atendidos por aquellos oficiales contestando las preguntas que nos hacían.

Nuestra historia les parecía increíble, pero lo que decíamos era lo que habíamos pasado.

-- ¿Por qué después de tanto tiempo decidieron arriesgarse hasta ahora? - el oficial me miró esperando mi respuesta.

-- Fue por Gidae.

-- ¿Gidae? - preguntó algo extrañado.

-- La chica castaña de ojos verdes que venía con nosotros.

El oficial que estaba anotando mis respuestas miró a su compañero y después a mí.

-- ¿Gidae es una persona?

Fruncí el ceño un poco sin entender el por qué de su extrañez y comportamiento.

-- Creo que sería mejor que descanses, el doctor dijo que aún tenían residuos de medicamentos en sus sistemas.

Asentí y me acomodé en la camilla.

Una vez nos quedamos solos, Gidae apareció por la puerta de la habitación de hospital.

Usaba un vestido verde que combinaba con sus ojos del mismo color.

-- ¿A ti te dejaron usar ropa normal? - preguntó Changbin indignado - A mi me dijeron que debía quedarme con esta bata, era esto o quedarme sólo con las sábanas.

Gidae soltó una pequeña risita.

-- ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar descansando? - Felix la señaló.

-- Aunque no te ves tan cansada - Seungmin suspiró - Yo desearía no estarlo.

-- También yo - Jeongin, Han y Chan hablaron al unísono.

-- Me da miedo quedarme dormido y que al despertar me encuentre con que nuestra libertad fue sólo un sueño - declaró Minho.

Honestamente, yo también tenía miedo de que así fuera, sin embargo, tenía certeza de que era todo real.

-- Descuida, esto no es un sueño. Todo lo que pasaron y sintieron fue real y lo seguirá siendo.

-- Si lo dices me siento más confiado - Chan le sonrió obteniendo el mismo gesto por parte de Gidae.

-- Si alguna enfermera te ve, puede regañarte por no estar descansando - le advertí.

-- De hecho, vine a despedirme - todos estábamos confundidos.

-- ¿Despedirte? - cuestionó rápidamente Felix.

La castaña asintió y volvió a sonreír.

-- ¿A dónde irás? - pregunté casi desesperado.

-- No muy lejos de aquí.

-- ¿Te volveremos a ver? - Jisung parecía estar igual que yo.

-- Si ustedes viven, yo también.

-- ¿A qué te refieres? - Changbin frunció el ceño.

-- Hasta pronto.

Nos dedicó una última sonrisa y salió de la habitación.

Nos bajamos de las camillas casi de inmediato y fuimos directo a la puerta por donde había salido.

Al lado izquierdo del pasillo una chica de cabello castaño y vestido tan verde como sus ojos se perdía entre las personas que transitaban por ahí.

Veíamos cómo poco a poco se alejaba desapareciendo de nuestras vistas.

-- Oigan, ¿qué hacen aquí afuera? - una de las enfermeras se acercó a nosotros posando sus manos en sus caderas - Regresen a su habitación.

Empezó a empujarnos levemente hacia adentro de la habitación sin dejarnos más opción.

No pudimos seguirla, pero por alguna razón sentía que no se había ido, por el contrario, ahora estaba más presente que nunca.

...












💚
09/08/20
Editado: 28/09/20

Side EffectsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora