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Se sentía un acosador y quizá, solo quizá, estaba siendo uno.

Luego de aquel inesperado encuentro y haberse dado cuenta que el pecoso no trabajaba los lunes, se decidió por preguntar el horario del mismo, claro que no se lo dijeron.

Así que ahí estaba, acudiendo todos los días para ver en cuales asistía el pecoso.

Lo bueno es que no mostró su rostro cuando preguntó, sino de seguro ya estaría prohibido su acceso a la cafetería por acosador.

Aunque claro, no le importaba.

Y tampoco le importaba saber los días en los que trabajaba el pecoso, era únicamente para saber qué días no debería ir, porque claro, iugh, que asco encontrarse con un futuro héroe y enemigo.

—Por tu culpa nos quedaremos sin dinero, sé que quedaste hermoso, pero tampoco es necesario presumir tanto —Se quejó la rubia, quien lo miraba desde el sofá.

—No gasto tanto —desvió la mirada— y tampoco les debería interesar en lo que gaste mi dinero.

—Nuestro dinero, querrás decir —habló Dabi, entrando con una billetera en la mano, presumiendo de la misma.

—¿Robando a abuelitas? Recuerda lo que Kurogiri dijo de eso —regañó Tomura, mirándole de forma retadora.

—¿Por quién me tomas? Tengo corazón, se lo robé a uno de esos adolecentes que estaba presumiento su "gran" cantidad de dinero a su novia.

—Ugh, recordé a mi ex —Masculló Toga, asqueada.

—¿Siquiera tenías uno?

Y una nueva pelea había comenzado, mientras tanto y como buen día viernes, se dispuso a salir nuevamente a aquel lugar, quizá ese día tendría suerte, aunque estaba pensando fuertemente en que quizá —y sería la razón más obvia— él solo trabajaba los fines de semana.

—¡Es fin de semana y mi cuerpo lo sabe! —festejaba Ochako tirándose al sofá de la sala común, siendo seguida por sus amigos, quienes tomaron asiento en los espacios libres

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—¡Es fin de semana y mi cuerpo lo sabe! —festejaba Ochako tirándose al sofá de la sala común, siendo seguida por sus amigos, quienes tomaron asiento en los espacios libres.

—¿Sabe que debe trabajar? —preguntó, entre risas, el pecoso.

—Agh, no me lo recuerdes —respondió, hundiendo su cabeza en una de las almohadas del sofá.

Finalmente irían a sus hogares, al menos los que quisieran, aunque casi siempre acostumbraban a hacer pijamadas grupales los viernes, por lo que la mayoría prefería irse el sábado.

—Recuerden no quedarse hasta tan tarde, mañana deben trabajar y deben estar en excelentes condiciones para dar el mejor rendimiento posible —Les regañó Iida, a lo que la castaña se quejó, haciendo una pequeña discusión entre estos dos.

—¿Puedo ir mañana a verlos trabajar? —preguntó Todoroki, quien se apartó de la discusión junto con Izuku, prefiriendo subir a la habitación de alguno para conversar un rato.

❝𝑪𝒍𝒂𝒏𝒅𝒆𝒔𝒕𝒊𝒏𝒐❞ /ShigadekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora