Cuentos Del Inframundo

Capítulo 1: La familia

Hola a todos ustedes, seguramente no saben quién soy, mi historia no es famosa como la de mi familia, de mí nunca se hicieron estatuas o santuarios, ni he sido reconocida como diosa de algo o de alguien. Por el contrario, estoy rodeada de gente extraordinaria y poderosa, mis padres son los reyes del inframundo, el gran Hades y la hermosa Perséfone, mis hermanos son una poderosa reina, un par de gemelos prodigio y un viajero... yo solo soy la adorable, frágil y curiosa hermana menor, la dulce princesita de cristal que el inframundo debe proteger. Siempre vigilada, siempre acompañada, siempre encerrada... pero no se confundan, soy feliz, la mayoría del tiempo. Como en la vida de cualquiera hay días oscuros y otros llenos de luz, como las estaciones.

Una voz masculina y burlona me saco de mis pensamientos.

- ¡Ey Pulga! - dice bajando el libro que tenía en mis manos levemente - ¿Qué tanto lees? Terminaras siendo una rata de biblioteca.

Solo podía suspirar y dejar mi libro a un lado para responderle a Zagreus, mi hermano mayor, es el primer hijo de mis padres, aunque es uno de los más inmaduros, es alto como papá, aunque su piel es grisácea y su cabello negro con puntas rojizas, siempre tiene una mirada burlona y una sonrisa divertida. No suelo verlo seguido, casi siempre está de viaje por el mundo mortal, renuncio al derecho de heredar el trono de nuestros padres para llevar ese estilo de vida. Según papá es un viaje de libertinaje y que es un mujeriego como mis tíos, en cambio mamá dice que son sus deseos de ser libre que reencarnaron en él.

- Caminos a una muerte segura – dije de manera tranquila dispuesta a volver a mi lectura.

- Come libros ven, vamos a divertirnos un poco – decía quitándome el libro nuevamente.

- Ya me estaba divirtiendo – suspiro cansada – devuélveme mi libro.

- ¿y gano yo con eso? Vamos a buscar a chicas ¡auch! – se sostiene la cabeza con una expresión de dolor.

- Deja de involucrarla en tus salidas, no es tu imán de chicas- dice una mujer con aire de autoridad.

Un poco mareado dejo salir una pequeña queja de frustración y se fue por uno de los pasillos de la casa diciendo "que aburridas hermanas me tocaron"

- Ten tu libro- me lo entrego con una dulce sonrisa – espero que no te vuelva a molestar, sigue leyendo tranquila.

- Gracias Macaria – correspondí su sonrisa.

La vi irse por el mismo lugar que Zagreus con paso determinado y seguro, meneando las caderas empoderada, su largo cabello negro le llegaba hasta debajo de la cintura bailaba de un lado al otro, como mamá y yo tenía una corona con grandes rosas de distintas colores que también caían por parte de su melena. Sus ojos amarillos como los de mi papá se volvían rojos carmesí cuando se enfadaba, aunque contrastaba adorablemente con la piel rosada que heredamos de mamá.

Se fue a los 12 años a una isla que tío Zeus y papá le dieron, ella a diferencia de nosotros, ya es reina de su isla y tendrá su propio linaje real y trono que heredaran sus hijos, está casada con Thanatos, aunque por ahora están cada vez más separados.

Cuando ya iba por la mitad de la historia sobre el encuentro de una chica enamorada con su muerte, una mojada nariz tocaba mis pies desnudos. Cancerbero, usando su forma oculta como un dóberman negro de gran tamaño.

- Hola cachorro, ven – palmeo el lugar vacío a mi lado en el sofá.

- ¡Eh! No dejes que el perro se suba al sofá... esta sucio – dice una chica desde la oscuridad

- Esta más limpio que tu Melione – intercambio una mirada cómplice con mi mascota para acariciar su lomo.

Ella trato empujar al gran perro negro, pero este solo gruño y se acercó más a mí, oculte una burlona risa que al parecer ella si noto, un poco indignada aparto todo su largo cabello rojizo y me fulmino con su mirada marrón que se volvió ligeramente roja por un momento, también como papá y Macaria cambian cuando están molestos. Su maquillaje oscuro con labios rojos contrasta con su piel pálida, siempre esta maquillada con su corona y un vestido largo, nunca la he visto vestida de "diario" es como si estuviera siempre lista para un evento importante. Con un movimiento decidido toma mi libro y comienza a leerlo ella.