Capítulo 4

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16 años “Presente”

 Recorro el lugar con la mirada, es tan distinto.

Tomo mi maleta y subo los pequeños escalones para tocar el timbre, a los segundos la puerta se abre. Una señora muy guapa aparece ante mí, sus ojos se abren como dos platos y me abre los brazos, yo confundida le devuelvo el abrazo.

– ¡Cariño! ¡Estás aquí!

– ¿Si? –Digo, ella sonríe con alegría

– ¿No me recuerdas verdad? –Yo niego

–Lo siento

–Oh, no te preocupes, han pasado tantos años –Sonríe– Mi nombre es Judith

– ¿Nana?

– ¡La misma! –Me vuelve a abrazar y yo trato de sonreír

– ¿A llegado papá? –Su alegría ha desaparecido

–No, cariño. Pero tal vez solo se retrasó su vuelo

–Si, tal vez sea eso –Pero yo sé que no es el vuelo, es papá que no quiere verme–  Iré a mi habitación, si eso está bien.

–Claro, puedes ir subiendo, en un momento alguien subirá tus maletas.  –Asiento y subo las grandes escaleras.

Nada ha cambiado, mi habitación aun es de color rosa pastel. En un rincón hay una casita para muñecas, en otra hay una estantería con monos de peluche. En la mesita de noche hay un portarretrato boca abajo, me acerco a él y al levantarlo, veo que es una foto de mamá. Lo coloco nuevamente en la mesita pero esta vez dejando ver la foto.

Tocan mi puerta, seguramente son mis maletas.

 –Adelante. –Digo

 Segundos después, entra un chico con mis maletas y con una enorme sonrisa haciendo que en sus mejillas se formen hoyuelos.

–¡___! –Dice alegre. Deja las maletas y corre hacia mí para darme un abrazo. Yo se lo devuelvo torpemente

–Umm ¿hola? –El hace una mueca

– ¿No me recuerdas princesa? –Sonríe– Soy Brandon. –Trato de sonreír.

–Lo siento Brandon no te había reconocido, es que estas tan cambiado –Digo con falsa emoción.

–Si –Asiente– Tú también estas muy cambiada, y muy hermosa princesa. – Quiero decirle que deje de mentir– Te he extrañado tanto– Vuelve a abrazarme– Pero ahora que estas aquí, recuperaremos todos los años perdidos. –Finjo una sonrisa cargada de felicidad

–Eso será estupendo Brandon.

Mi celular suena.

–Bueno, tengo que hacer algunas cosas pero luego nos vemos princesa. –Besa mi mejilla y sale de mi habitación. Quisiera saber que es esta sensación que ahora tengo. Es muy extraña. No se parece a nada que antes haya sentido.

Alcanzo el celular que antes había aventado en la cama. El identificador dice que es papá. Tomo una respiración profunda y contesto.

–¿___?

–Sí, ¿Qué sucede papá?  –Pregunto

–___, me ha surgido una emergencia –Como siempre, pienso– Tengo que viajar a España y no puedo ir a casa dentro de un mes, esto es realmente importante y mi presencia es indispensable –Guardo silencio, ¿Realmente algún día veré a mi padre? ¿O siempre tendrá reuniones importantes que atender? – ¿___? ¿Sigues hay?

–Sí, sigo aquí papá, no te preocupes, atiende esa emergencia.

–Vaya, y ¿Por qué no has reclamado?

–Porque no sirve de nada, por eso. Y de una vez, padre, dime esto ¿Estarás presente en mi cumpleaños? O también ese día te saldrá una reunión más importante que tu hija.

–Prometo estar hay para tu cumpleaños___, y ya no digas tonterías

– ¿Tonterías? –El suspira

– ¡Solo estas quitándome el tiempo ___!

–Sí, eso es lo que he hecho desde que tengo 4 años, padre –Las lágrimas se acercan, lo sé por el nudo que tengo en mi garganta– Adiós padre, no quiero quitarte más tu valioso tiempo –Cuelgo.

Y ahí está otra vez esa necesidad de superar el dolor de mi corazón con uno más fuerte. Me acerco a mi maleta y saco el pequeño objeto. Quito mis pulseras y hago el primer corte. Duele, pero me hace sentir mejor. Hago el segundo. ¿Solo soy un estorbo para mi padre? Hago el tercer corte. Pero esta vez es tan fuerte el dolor en mi corazón, que ni lastimándome físicamente se ha ido.

A Little Love ♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora