2

628 21 0
                                    

- Horacio...¿Qué coño haces? - Habló el mayor acercándose a el de máscara negra que estaba quieto sentado mirando al frente.

- Yo...Supongo que un descanso, tantos éxitos pesan. - dijo intentando sonar animado pero basto un suspiro que sin desearlo se le escapó dándole fin a su intento de mentira.

Conway se le quedó viendo a los ojos, sus ojos oscuros hermosos que se veían apagados y sin animos algo no muy normal en el alegre Horacio que hablaba con una energía y alegría impresionante, el inocente Horacio que no pensaba antes de hablar y se dejaba conquistar por las mariposas.

El peligris miró lo que tanto observaba el Subinspector, no muy asombrado se encontró con la imagen del comisario Volkov que charlaba tranquilamente con Armando el mecánico.

- ¿Estás bien? - Habló bajo una vez vio como el ruso se acercaba a ellos, más concretamente al superintendente.

- No lo sé. -

- Conway ¿va a patrullar? - Ni siquiera le dirigió mirada al enmascarado que se encontraba al frente suyo.

- Meh...Hoy toca papeleo. - Desinteresado en entablar más conversación se levantó dirigiéndose a paso lento a la entrada de comisaria, dejando a dos personas casi totalmente extrañas juntas.

- Con su permiso... - Dan se levantó y se marchó sin darle tiempo al ruso de responderle.

Dirigía su caminar a comisaría para cambiarse de ropa y poder largarse a su cada luego de tanta jornada de trabajo.

Se intentaba quitar el chaleco pero sin conseguir éxito alguno suspiró cansado, quería quitarse su máscara y poder respirar con libertad, poder respirar como Horacio.

- Joder...¿Necesita ayuda? - Escuchó atrás suyo, detuvo sus movimientos sintiendo el frío esparcirse por todo su cuerpo a una velocidad que no era ni medio normal.

- 10....10-4...- Dijo con dificultad y esperando que su máscara estuviera bien colocada.

Volkov se lo intentó desabrochar soltando groserías en ruso al ver que no podía quitarle el chaleco, horacio no entendía pero aún así admiraba, después de todo muy en el fondo de su blando corazón habían sentimientos existentes por aquel comisario.

- Bien...se lo deberé quitar por arriba, vaya levantando los brazos. - seguía con su tono frio de siempre que el de cresta supo acostumbrarse tristemente a escucharlo.

Y tal como ordenó lo hizo, el chaleco finalmente logró despojarse del cuerpo del policía al igual que la tela que cubría su rostro.

Dan, ahora Horacio tan descuidado como lo llegaba a ser su mejor amigo siquiera se percató de que su máscara le faltaba, que ésta estaba en las manos del comisario junto con su chaleco.

- Muchas gracias. - Dijo sonriendo y volteandose, no comprendió la cara de sorpresa que adornaba la cara del superior hasta que sus ojos se enfocaron en sus manos.

- ¿Horacio? - Bastó escuchar su nombre para que quisiera correr lejos.

Correr tan lejos para que su nombre dicho por el tono de voz del ruso no resuene en su mente como lo solía hacer antes, llevarse a Gustabo de la mano y correr para no tener que enfrentar los problemas, quería correr aún sabiendo lo que el rubio diría.

Y tal como su maravillosa mente imaginó se movió rápido al lado de Volkov intentando huir de éste pero su mano se vio prisionera de las del contrario.

- ¿Me explicas qué coño? - Con el ceño fruncido y sujetando la mano del de cresta con firmeza acortando la distancia entre ellos.

- Este....- Las palabras de su boca no querían salir, los nervios se apoderaban de su cuerpo y más lo hacían viendo a el peligris acercarse.

Le volvió a colocar la máscara con delicadeza aún cuándo su rostro reflejaba que quería golpearlo.

La distancia se acortó más cuando el de cabeza diminuta lo rodeo con sus brazos abrazandolo por un par de segundos.

Segundos que bastaron para que la cabeza del mayor se hiciera un lío, pensamiento por allá, pensamiento por acá, todo un caos.

- Ten más cuidado coño. - Habló separándose y tomando distancia, en su rostro se logró observar una minúscula sonrisa que desapareció mientras volteaba y se retiraba del lugar.

Horacio confundido y sintiendo que el aire le faltaba se sentó apoyando su espalda en un casillero cualquiera, tocó su máscara como si de la cosa más delicada se tratase cerrando sus ojos.

No comprendía el actuar tan repentino de Volkov si hace un par de meses parecía que aquel le odiase ya casi a muerte.

Suspiró por tercera vez en el día abriendo sus ojos.

- Tengo que llamar a Gustabo. - Susurró para si mismo buscando su celular entre su pantalón.

𝐒𝐏𝐀𝐈𝐍𝐑𝐏 • [𝐨𝐧𝐞𝐬-𝐡𝐨𝐭𝐬] - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora