˗ ˏˋ 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐛𝐨 𝐲 𝐡𝐨𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨 ˎˊ -

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"Se acabó Gustabo y Horacio."

—Siempre juntos, siempre juntos Gustabo.— Habló el de cresta cerrando sus ojos sabiendo lo que se venía,  sentía sus mejillas húmedas y su respiración agitada sin poder calmarla.

Escuchó a su "hermano" preparar el arma y a Nadando contando, una vez llegó al uno toda la habitación se quedó en silencio por unos segundos hasta que resonó el sonido de la pistola disparando.

Abrió sus ojos con esfuerzo ya que había una luz que le molestaba.

Miró a sus alrededores encontrándose al parecer en un monte, observó su cuerpo buscando alguna herida. Nada.

Con esfuerzo se levantó y caminó por el monte, hacía calor pero él se encontraba perfectamente.

Llegó a una parte del lugar dónde habían varios árboles y arbustos formando un círculo y dentro de éste varias mariposas de colores anaranjados, "de película" pensó.

Entró al círculo rodeandose de las mariposas que lo recibieron amablemente, dio varias vueltas sonriendo. Si pudiera pondría música y bailaria con ellas.

Se detuvo al sentir algo sobre su nariz, miró curioso encontrándose una mariposa azul posada en ésta. Lágrimas saladas salieron de sus ojos sin darse cuenta, cerró sus ojos llorando como no lo hacía desde hace tiempo siendo abrazado por las mariposas que lo rodeaban y se posaban encima de él.

Su llanto al contrario de parar aumentó más, con cuidado que no tirar alguna mariposa se limpió las lagrimas con su manga derecha.

— Tengo miedo. — Susurró para sí mismo abriendo sus ojos mirando a su alrededor, no escuchaba coches, personas, nada y eso le preocupaba.

Se sentó en el piso buscando paz con las que llamó amigas, las mariposas. Abrazaba sus piernas aún llorando.

Se dice que la mariposa azul representa la vida que está en nuestras manos, a Horacio le gustaban las mariposas azules.

Aquella mariposa de color tan resaltante se alejó de él volando lejos perdiéndose, perdiéndose como la vida del de cresta.


🦋

Bien, comprueba su pulso, Wilson. —

— De...De acuerdo. — El trajeado se acercó al cuerpo de su amigo tomando con delicadeza su mano como si fuera de cristal.

Sintió frío al no encontrarle pulso. Sus manos temblaron y se esforzó en no soltar lágrimas frente a Nadando.

— No tiene. — Habló rápido y casi firme intentando pasar desapercibido frente al mafioso.

— De acuerdo, deshazte del cuerpo por ahí. — Suspiró. — Buen trabajo, demostraste que eres capaz de sacrificar a tu propio amigo por tu familia.

Salió del cuarto dejando al rubio con el todavía tibio cuerpo de Horacio.

— Perdóname mi niño. No tenía que ser así. — Tomó el cuerpo con cuidado besando su nuca y sacándolo a paso lento de la sede, no tenía ganas de ir en auto por lo que camino hasta llegar casi a las afueras de la ciudad.

Cansado y con el peso de su compañero que parecía aumentar lo dejó en el piso soltando aire que tenía retenido desde que salieron de la sede.

— Te quiero, Horacio. — No mentiría, se sentía tonto y en cierto sentido falso diciendo aquellas palabras pero sabía que al menor le gustaría oírlas.

Miraba los ojos cerrados del antes sonriente chico, del chico infantil, del chico que no sabía cuando callarse, del chico que vestía de todos los colores, del chico extravagante, del chico que ya no vería.

Sonrió amargo y desviando su mirada.

Sin fijarse que una mariposa blanca lo observaba.

𝐒𝐏𝐀𝐈𝐍𝐑𝐏 • [𝐨𝐧𝐞𝐬-𝐡𝐨𝐭𝐬] - CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora