Gaby terminó de limpiar todo por la noche, era casi la hora de hacer la cena, asique todas las mujeres del castillo se encontraban en la cocina, algunas cocinaban, otras fregaban platos y otras se dedicaban a poner la mesa en la que se sentaría sus majestades.
La morena se dedicaba a poner platos y a servir vasos junto a otra chica de por allí, no parecía nada habladora asique Gaby tampoco le dijo nada. Se centraban en poner platos Hasta que una voz las sorprendió.
"Pueden dejarlo así, Izan hoy estará ocupado, no cenará." Dijo el rey apareciendo en la sala sentándose en su gran silla hecha de algunos minerales bastante caros. "Solo vamos a cenar mi sobrina y yo " Soltó el de la corona mirando a las dos presentes, estas se miraron y asistieron para después irse a servir la comida.
"Tomad, tenéis que servir esto, hoy cenaran sopa" Murmuró Cristina dándole un plato a cada una, estas lo cogieron y fueron de nuevo al comedor a poner los platos, aunque allí estaba la chica de antes, con la que se chocaba Gaby, sentada al lado del rey con una mueca seria, no parecía estar enfadada pero tampoco muy feliz.
La compañera de la morena le puso su plato a la princesa Tears, "Aquí tiene princesa Tears" Murmuró la doncella dando una leve reverencia, la de ojos verdosos Agradeció pero en realidad estaba mirando a la de ojos cielo.
Gaby negó con sus pensamientos dejándole el plato del rey delante suyo. "Su majestad aquí tiene'' Dijo está para después ponerse al lado de su compañera, mirado levemente a Tears ya que esta parecía estar analizando todo movimiento que daba.
"Pueden retirarse" Soltó el rey, las dos chicas dieron una leve reverencia y antes de irse, la de ojos cielo le dedicó una leve mirada a la de ojos verdosos, justo antes de salir de allí.
Cuando ya estaban fuera, Gaby le cogió el brazo a su compañera, haciendo que parasen de andar. "¿Esa chica es la princesa?" Preguntó la de pelo liso, haciendo que la otra frunciera el ceño, ¿que pregunta era esa?
"Sí, ella es, ¿Por qué?" Preguntó su compañera curiosa, ahora intentando sacar respuestas de por qué tanta curiosidad.
"Nada, simplemente no sabía que era ella" Soltó Gaby comenzando a andar, la otra le siguió el paso, debían de hacer más quehaceres.
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La noche había caído, haciendo que todo el mundo se relajase, significaba tiempo libre, Gaby suspiro levemente, Cristina la estaba guiando hacia su nuevo cuarto, este estaba en uno de los últimos pisos, quedando cerca del cuarto de Tears.
Básicamente estaba en la misma planta, pero con 2 cuartos de diferencias. "Este es tu cuarto, vaya has tenido suerte, eres la doncella más cerca que va a estar de la princesa" Murmuraba la rubia sonriente. "Está es tu habitación, si necesitas algo, estoy en la 2 planta habitación 5." Terminó diciendo la más mayor para después retirarse.
La del pelo liso suspiro de nuevo estaba muy cansada y probablemente se durmiera enseguida, pero unos tacones se hicieron notar haciéndole ladear la cabeza, era la de ojos verdosos, acompañada de dos guardias, esta al ver a Gaby le dedicó una pequeña sonrisilla con algunas miradas correspondidas por la otra.
Extrañamente la de ondulaciones no dijo nada, sino siguió andando hacia su habitación, entrando en ella dejando a sus guardias en su puerta, Gaby al estar ya sola entró en su habitación con una cara de sorprendida.
Todo era bastante grande, era mucho mejor que en donde solía dormir siempre, incluso tenía un pequeño balcón, la campesina sorprendida, abrió las puertas del balcón entrando en este, sintiéndo como la corriente del aire le daba en su cara, empezó a mirar a los alrededores, dándose cuenta de que a su izquierda tenía el balcón de la habitación de Tears, aunque esta no estaba asomada se podía ver que estaba en su cuarto, la de ojos verdosos la miró desde su habitación y con una sonrisilla le dió un tirón a su cortina haciendo que Gaby ya no pudiera ver nada más.
La morena sentía como sus mejillas empezaban empezaban a calentarse, ¿Como podía hacer esa mujer que ella tuviera esas reacciones? Y con ese pensamiento en mente entro de nuevo en su cuarto, despojandose su ropa y durmiendo en ropa interior. Haciendo que las sabanas le tapasen su cuerpo.
A ella le gustaban los hombres, no la princesa, no sabía por qué cada vez que la veía sus mejillas le delataban. Aunque no era la única, su tacto hizo que horas antes la princesa se hubiera sonrojado rambien.
"Eso no tiene sentido" pensaba ella negando con la cabeza, cerrando los ojos e intentando dormir, se estaba imaginando demasiadas cosas.