Alma gemela

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Este capítulo contiene escenas explícitas para adultos. Favor de leer con discreción.


Era una noche fría cuando el Escuadrón de Operaciones Especiales estableció su base en un viejo castillo luego de que un miembro nuevo se añadiera a los suyos, Eren Jaeger. Un peculiar adolescente de grandes ojos verdes que captó la atención de todos ante su extraña habilidad para convertirse en titán, un dato demasiado revelador para la humanidad que sobrevivía dentro de tres muros. Con el objetivo secreto de protegerlo, tenían que vigilarlo de preferencia en el sótano del gigantesco sitio para evitar una transformación no autorizada que pudiera costarle la vida.

Después de haber cenado, los soldados se retiraron a preparar los últimos detalles para la misión del día siguiente. No tardó mucho para la medianoche cuando todas las luces se habían apagado y el silencio invadió aquel abandonado lugar... excepto una de las habitaciones. Las puertas de madera eran bastante gruesas a pesar de lo desgastadas que lucían, pero gracias a eso funcionaban como perfectos aislantes de sonido. Esto permitió que una voz jadeante pudiera suspirar con fuerza, con cierto temor a ser descubierta.

Lo cierto es que Petra Ral, la única mujer del escuadrón, quería hacer más que emitir suaves quejidos. Su gran disciplina como militar era una gran ventaja por contener los gemidos agudos que su garganta moría por soltar, pues aunque estaba segura de que nadie afuera de la habitación la escucharía, el placer que experimentaba en ese momento podía cada vez más con ella. La única vela que iluminaba la habitación, mostró la desnudez de su cuerpo tembloroso y tendido sobre la cama al mismo tiempo que sus delicados dedos aferraron sus uñas a la espalda musculosa que arremetía contra ella, ocasionándole un éxtasis de emociones.

—¿Has estado conteniéndote hasta ahora?

Una voz masculina y gruesa susurró con seriedad en el oído de la pelirroja. Unos labios se postraron en su cuello, dejando salir su aliento en un gruñido varonil luego de que aquellos pectorales se apoyaran sobre los prominentes y redondos senos de Petra. Levi Ackerman, el capitán del escuadrón, la miró a la cara mientras removía los mechones rojos de su frente para apreciar esos ojos ámbar tan profundos que denotaban ternura y excitación a la vez. Lo volvían loco y más con esa voz regañona tornándose tan frágil.

—Hah... no quiero que nos escuchen... —Alcanzó a decir la mujer, pero fue sorprendida con un gemido luego de que Levi empujara su pelvis contra ella con cierta saña por su respuesta, y así quedara apoyada nuevamente contra la cama. —Hah... capitán...

—Olvídate de eso. —Sentenció sin quitar su típica mirada fría, la cual empezó a relajar luego de encontrarse con un rostro sonrojado y sumido en excitación. —Sólo piensa en lo que sucede ahora...

Antes de que Petra pudiera decir algo, sus labios fueron sellados por un beso apasionado del pelinegro quien sujetó sus muslos y recorrió cada centímetro de su piel con las yemas de sus dedos hasta llegar a sus glúteos, los cuales apretó conforme gruñía por la sensación exquisita de penetrar su interior profundamente. Una vez que la joven sucumbió a sus besos desmedidos para ahogar sus gemidos, rodeó los glúteos del soldado con sus piernas y así lo obligó a permanecer dentro de ella sin moverse. Levi ya lo sabía, por fin dejó la vergüenza a un lado.

No era la primera vez que sucedían estos encuentros secretos, y a decir verdad tampoco llevaban poco tiempo teniendo sexo. Desde que Petra pasó a ser una subordinada directa del capitán, existió un vínculo especial entre ellos dos que más tarde floreció en algo más profundo. Cuando se dieron cuenta, ya estaban sin ropa en el almacén de limpieza luego de que ella le ayudara a hacer el inventario para ver si necesitaban más suministros. No obstante, ninguno de los dos tuvo en mente que un movimiento en falso sería letal y aquel acercamiento accidental cuando una escoba cayó al suelo, sería el denonante de sentimientos que ambos mantuvieron reprimidos. A pesar de que Levi es un soldado estoico y disciplinado que mantiene sus emociones a raya, no quedó exento de caer en las redes de la seducción ese día, ya que no pudo negarse a la atracción tan fuerte que lo ligaba con Petra, siendo una persona que se volvió cercana de una manera especial. Pero eso no era todo, la joven no era alguien inocente. En su primera vez, quiso hacer todo a un lado al sentir la situación inapropiada o como una falta de respeto por tratarse de su superior. Pero, ¿A quién podía engañar? Estaba loca por él y ahora que se encontraba sin ropa sobre una caja de cartón abrazando sus caderas masculinas con sus piernas, no había marcha atrás. Fue entonces que Levi se percató de la destreza de la joven para divertirse una vez que dejó el miedo a un lado, avivando la llama de la pasión que los envolvía. Además, la confrontó con lo directo que era y finalmente aceptaron que era inevitable que algo existía ahí desde hace tiempo, algo que particularmente a él le molestaba no entender o no poder solucionar por su cuenta. Sin embargo, tampoco esperaron que su encuentro sexual se volvería adictivo, por lo que en un abrir y cerrar de ojos se convirtieron en sex partners aunque por cuenta propia estuvieran conscientes de que había algo más que sólo sexo. Pero hasta la fecha nunca hablaban del tema, no sentían la necesidad de hacerlo.

Eternamente a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora