El Anochecer

582 18 8
                                    

Era una noche fría en la ciudad, me encuentro caminando como todos los días rumbo a casa, no hay mucha gente por este camino, los faroles apenas y están encendidos, desde pequeño me he sentido más cómodo en la oscuridad, nunca le he tenido miedo ni siquiera estando solo, ni siquiera estando muerto, la gente no lo nota, camina junto a mí como si nada, sólo yo me doy cuenta de que ellos están verdaderamente vivos, y aunque parezca raro no tengo ninguna intención de comer en este preciso momento. He pasado décadas caminando siempre hacia casa a la misma hora, por el mismo lugar, la rutina diaria común; hasta que aquella persona me encontró, él transformó mi vida, él me volvió lo que soy ahora: un ser muerto que aparenta estar vivo, he tratado de mantener una vida normal hasta hoy, hoy será mi último camino a casa de esta manera, porque ya nadie está conmigo, desde que soy un vampiro he visto mi propia vida terminar, ya no hay familia, ya no hay hijos, sólo la eternidad.

Los mortales se preocupan día a día por soñar con el futuro, he vivido tantas veces el futuro, he visto grandes personas lograr sus objetivos. Puedo asegurarles una cosa, cuando se vive tanto, el futuro se vuelve el presente y ya no tiene sentido seguir soñando, si quisiera soñar de nuevo...caminaría bajo el sol. Para nosotros ya no hay cielo ni infierno, nuestra alma está condenada a caminar todos los días directo a casa; sí, nos divertimos de la misma manera que cualquier humano, alcohol, fiestas, mujeres, y también cosas más normales como, leer, ir al cine, caminar, caminar tanto que podríamos perder los pies, ya no hay un asombro para nosotros, nada nos impresiona porque lo conocemos todo, ¿porqué te estoy contando esto? Tal vez porque lo único que se nos agota es la memoria, y de esta manera caminando hacia casa junto a ti, puedas recordar mi imagen, mis deseos y mis décadas de conocimiento, pero claro cómo sigo caminando solo a casa nadie me escucha sólo esta voz en mi cabeza y yo.

Hemos llegado a casa tras una larga caminata, aunque, ¿ Qué es realmente largo para nosotros? ni siquiera el tiempo mismo lo es, en fin.
Esta es mi casa, es una casa normal, una habitación completamente mía, una cocina no muy grande ya que no la necesito, el baño tiene una tina donde me gusta pasar horas reflexionando y meditando sobre lo que haré al dia siguiente, ya que el agua no puede pudrir un cuerpo muerto pero que está en vida y entero, es difícil de entender al principio, pero sólo tienes que seguir siendo tú mismo; esa es una regla fundamental para pasar desapercibidos. ¿Realmente te intriga donde duermo?, en efecto, duermo en un ataúd así los rayos del sol no nos alcanzan, no nos queman, no nos destruyen. Tiene una cruz grande sí pero Dios ya no nos puede castigar, vivimos eternamente condenados y ni siquiera es una condena que el diablo nos obligó a vivir, nosotros mismos nos castigamos de esta forma; amo mi ataúd que es de un negro mate tan elegante, que cualquier cadáver se vería bien ahí y por dentro un terciopelo rojo tan suave que podría vivir ahí mismo ,podría dormir por años , pero como ya les había dicho, esta es mi última noche en casa.

Aún no quiero morir por si se lo preguntan, quiero sentir que vale la pena soñar en ese futuro de nuevo, así que mañana saldremos de aquí, claro cuando se meta el sol por supuesto , tendremos esa ansiada búsqueda, esa búsqueda por el futuro.

Pero cómo encontrar algo de lo que ya no estás seguro si es real, la vida y la muerte vienen y van, es parte del ciclo natural de las cosas, pero nosotros, morimos y volvimos a vivir.
Para mantenernos vivos debemos acabar con más vidas, desgraciadamente, no se nos permite acabar con los enfermos, ya que su cuerpo no resistiría la transformación y podría incluso infectar nuestra sangre muerta y terminar con nosotros. ¿Reglas? Claro que las tenemos pero hablaremos de eso más tarde.

No vamos a seguir la misma ruta de siempre tomaremos un taxi y comenzaremos a caminar, la noche es larga, y la comida no me preocupa, tampoco me importa mancharme las manos con sangre, ya no soy una persona que cree en el bien y el mal, así que una vida más, una vida menos no me importa.

Memorias de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora