capitulo 4 parte 2

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en la foto jace

Al llegar a la calle no había tantas personas. Pero las  que allí estaban se me quedaban viendo maravillados y algunos hasta con un poco de miedo. Era como un grupo de fan que ven a su artista favorito por primera vez. Trate de caminar rápido pero con las alas me desestabilizaba un poco. Cuando faltaba poco para llegar a la torre un pequeño niño de no más de 3 años se me acerco corriendo. Me agache a su altura y lo mire detalladamente. Era de pelo color azabache lleno de rizos y con unos ojos azules brillantes. Era hermoso.

-¿cómo te llamas bebe?-dije en voz dulce. Me encantan los niños.

-Tom, señolita ángel-

-eres muy lindo, ¿Dónde está tu mami?-

-ahí-dijo señalando a una señora que me veía muy asustada.

-no tienes que escaparte del lado de tu madre. Te puede pasar algo-

-bueno-dijo agachando la cabeza por el regaño-puedo tocal sus alas. Son lindas-

Reí un poco pero después tome una de sus pequeñas manitos, a lo que su madre ahogo un grito, y la puse en mi ala derecha. El acaricio la zona con veneración. Me fije en la madre y le cambio la expresión de miedo a una de completo orgullo.

Tome al niño en brazos y me aproxime a la madre.

-su hijo es muy hermoso y valiente-dije entregándole al pequeño.

-muchas gracias señorita, es un honor-

-de nada, me encanto el pequeño, ojala lo vea otra vez-me despedí del niño y me fui.

Al llegar a la torre me topé con unos nephilim que estaban haciendo guardia, estos al verme se apartaron y abrieron las puertas. Entre y me dirigí a el mesón donde estaba una mujer humana. Esta al verme se levantó de la silla y me espero de pie.

-en que la puedo ayudar, señorita-dijo nerviosa. Se notaba que ningún ángel pasaba por la recepción.

-estoy buscando a un tal Christian, se encuentra-ella hace cara de sorpresa ante el nombre que le doy.

-el señor no se encuentra en estos momentos, pero si gusta lo puede esperar en su despacho-asiento con la cabeza y ella me conduce hasta el elevador.

-es en el último piso la única estancia que hay-

Entro en el elevador y apretó el último botón. Estoy muy nerviosa, quizás como será ese Christian. Menos mal que las alas caben en el ascensor. Antes de llegar al último piso se abren las puertas y entra un joven muy apuesto. Es nephilim, de unos 23 años, castaño, ojos verdes rostro perfilado.

Me mira y revisa si hay espacio suficiente para entrar. Al ver que no cabe por lo grandes de mis alas se da la vuelta. Pero antes de que se cierren las puertas las detengo y le digo.

-oye, hay espacio suficiente para ti-le digo plegando las alas lo más que puedo haciéndole espacio.

-gracias-dice entrando en el elevador-a cual piso va-dijo dispuesto a apretar el botón.

-al último y no me trates de usted, me llamo Alexa-le dije tendiendo mi mano él la mira dudoso pero la acepta.

-soy Jace, un placer. ¿Qué haces subiendo por el elevador Alexa?-

-es que tengo que hablar con alguien-me estaba poniendo nerviosa.

-¿con quién? Claro si no es muy intruso de mi parte-

-con Christian, aun no sé quién es-el me mira sorprendido.

-él es mi jefe, soy uno de sus cuatro guardias personales más fuertes-alardeo, solté una carcajada. No sé porque pero se me hace fácil hablar con Jace.

-presumido, quien se supone que es tu jefe-justo cuando estaba por responderme se abre el ascensor en el último piso. Salimos juntos, caminamos hasta una puerta de madera oscura que estaba en el fondo.

-hasta aquí llego yo, buena suerte, y trata de no enojarlo-

-ok-dije despacio. Quizás como será su jefe para que se comportara así.

Toque la puerta y escuche un adelante. Abrí bien grande los ojos. Se supone que no estaba. Ay que hago. La voz volvió a decir adelante. Me arme de valor y abrí la puerta.

Cuando entre vi a un ángel de espaldas a mi sosteniendo una carpeta con papeles su pelo era color azabache largo hasta los hombros. Cuando se dio la vuelta me quede impactada viendo sus ojos. Eran de un hermoso color celeste. Su rostro era perfilado, de nariz recta y labios carnosos. Me había quedado embobada viéndolo hasta que escuche un carraspeo de su parte. Las mejillas se me tiñeron de un intenso carmesí.

-bueno… me mando Mari a hablar con usted-

-estoy ocupado, ve a volar a otra parte-puse cara de indignada.

-óigame usted, no se quien se cree que es pero a mí no me hecha. He pasado por muchas cosas desde ayer y no voy a permitir que no me responda a mis preguntas-termine mi acalorado discurso hasta quedar enfrente de él. De pronto el aire alrededor se extinguió hasta tal punto de no poder respirar. Empecé a agitar mis manos hasta que me recorrió el ismo calor de la mañana en los dedos y arroje una ráfaga de viento que rompió en mil pedazos el vidrio que había detrás de él. Por fin pude respirar aire fresco. Di varias bocanadas hasta que la reparación se me normalizo. El me miraba con cierto interés.

-así que eres un ángel del viento. Debes ser pariente del arcángel metatron-

-eso es lo que se supone te venía a preguntar hasta que hiciste que me quedara sin aire-el sonrió arrogante.

-eso pasa cuando me acerco a una mujer-

-egocéntrico-dije bajito pero al parecer el me escucho porque unas flores que estaban cerca de mí se incendiaron.

-no me faltes al respeto, ángel, soy tu superior no lo olvides-

-quien se supone que dijo que eres mi superior-

-soy superior porque soy un arcángel. El arcángel del fuego-bueno eso explica todo.

-o sea que tienes gran temperamento-él se quedó con cara de póker. Para después pasar a una de enojo, ja yo sabía que era temperamental.

-cuidado con tu boca, te puede traer muchos problemas-

-bueno, dejando eso de lado vengo a mostrarte algo-me saque la muñequera y él se quedó mudo. Después de unos minutos, que a mí me parecieron horas, él dijo:

-al parecer le haremos una pequeña visita a mi “querido amigo” metatron-

Arcángel: La TransformaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora