en un mundo donde los arcángeles reinan, Alexa tendrá que descubrir a donde pertenece. pero el amor también se hará presente. ella tendrá que adaptarse a su nuevo cuerpo y aprender. a volar.
se prohíbe su copia parcial o total de esta obra.
Mi despertar no fue por el canto de las aves ni los rayos del sol. sino por el intenso sonido de mi estomago.
-joder, tengo hambre- con un gruñido me levante y estaba a punto de llamar a mi Nana cuando recordé donde me encontraba.
mire la cama en busca de mi ropa pero no estaba, en su lugar había un vestido azul marino corto con la espalda baja y un cinturón delgado de cuero marrón claro. deben haberse dado cuenta que me gusta el azul. intuyo que fue Anne quien me trajo la ropa. solo que olvido un pequeño detalle. no hay zapatos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
camino hasta la puerta a la derecha de la cama que supongo yo es el baño, y nop, era un pequeño armario vació. voy a la puerta que esta al otro extremo de la habitación y si era.
reviso si tiene toallas para poder bañarme y al encontrarlas entro a la regadera, unos minutos después salgo y me coloco el vestido, tendré que encontrar a Anne para que me devuelva mis zapatos y no andar descalza.
salgo de la habitación esperando encontrarme a alguien pero no hay nadie. sigo caminando hasta el final del inmenso pasillo tratando de encontrar las escaleras pero mi mala suerte que era un pasillo sin salida. ya no queriendo quedarme sin hacer nada entro a la habitación mas próxima. la que queda justo al final del corredor.
Al entrar me encuentro con una gigantesca estancia muy iluminada, no hay decoración ni nada, solo en el centro de esta se encuentra una gran esfera flotante de cristal que pareciera contener luz. intrigada me acerco mas y toco el cristal.
-que cosa mas extraña, parece tener calor propio- sigo tocándola hasta que una voz me sobresalta.
-en esa esfera estuviste los primeros tres años, esos fuero nuestros días mas felices con tu madre, ojala ella estuviera aquí para ver en la joven que te has convertido-al darme la vuelta veo que Metatron. el tenia la mirada perdida como si estuviera recordando algo muy triste.
un poco tímida me fui acercando hasta envolver mis brazos en su cintura y apretarlo fuerte, apretón que el devolvió
-me hubiera gustado conocerla, pero ahora estamos los dos y tenemos que aprovechar el momento que nos queda juntos- se separo inmediatamente de mi.
-¿eso significa que te iras?. no puedes hacerme esto, te acabo de encontrar, nada te ata con tu antigua familia, no te iras de aquí- negué no la cabeza.
-ellos son mis padres te guste o no, no tengo responsabilidades en este país aya si, tengo que terminar mi especialidad, graduarme, están mis amigos a los cuales amo. no puedes quitarme todo eso- a cada palabra que decía iba retrocediendo en dirección a la puerta. cuando ya estaba lo suficientemente cerca salí corriendo lo mas rápido posible, bueno, todo lo que las alas me permitían. llegue a la otra punta del pasillo donde si habían unas escaleras, baje por ellas y trate de calmarme, si alguien me veía corriendo me podrían detener. y no tengo una explicación lo suficientemente convincente.
tratando de actuar con normalidad seguí caminando buscando la entrada. sabia que tenia que poner atención cuando llegue ayer, pero no me pareció necesario.
-soy una estúpida-seguí caminando hacia la derecha hasta que encontré las enormes puertas por donde entramos ayer. salí por ellas y me encuentro con un jardín enorme. no me había fijado de el al llegar. había todo tipo de flores y fuentes. el jardín estaba muy bien cuidado se nota de los jardineros se toman su trabajo muy enserio.
-¿que hace un angelito tan bello como tu por aquí?-
me doy la vuelta y veo a una ángel muy hermosa, con alas del color blanco mas puro de puede haber, un cuerpo bronceado escultural y cabello rubio fresa. todo en ella te gritaba que era una buena persona, todo salvo su mueca burlona en el rostro.
-¿quien eres tu?- no dejare que me hable en ese todo tan condescendiente.
-¿quien te crees niñata para hablarme así? yo soy la que manda en esta casa, ¿me oíste?- se iba acercando tanto a mi rostro que nuestras narices casi te tocaban.
-¿a si? creía que estos terrenos eran de Metatron, que equivocada pude haber estado-la burla goteaba en cada una de mis palabras.
-es verdad, pero para que te vayas enterando yo soy su mujer, por lo tanto mando aquí- esa revelación me dejo consternada pero no me acobarde.
-que yo sepa tu no eres mi madre, así que poco derecho tienes sobre mi- cuando dije eso ella retrocedió.
-no... no es cierto... no puedes haber aparecido ahora, estamos a punto de casarnos con tu padre, arruinaras todo pequeña idiota-
-a mi no me hablas así, te queda claro-un poco de viento empezó a mover mi pelo.-cualquier cosa que hayas planeado hacer, olvídalo-
-espere muchos años para casarme con tu padre, te he dicho que no lo arruinaras-levanto su mano y en ella comenzó a formarse una bola de fuego azul, compense a retroceder muy despacio para que no se siguiera alterando, se veía letal en su estado actual.
cuando creyó que la bola estaba de tamaño considerable estiro la mano hacia atrás, lista para arrojarla.
-no destruirás todo en lo que he avanzado, despídete del mundo pequeña, porque ni un ángel se recupera de los efectos del fuego de ángel- arrojo la bola a gran velocidad y ya no sentí nada mas. solo ligereza y una gran oscuridad
