capitulo 4 parte 1

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en la imagen esta Natalia.

Al despertar al día siguiente me levante muy deprisa para ver si todo lo sucedido hacia unas horas era verdad. Sonreí al ver mis hermosas alas. No sé qué haré a partir de hoy. Se supone que en unas semanas tengo que volver al instituto, ya que es mi último año. No puedo desperdiciar mi carrera así. Estoy estudiando biología marina, me apasiona usa carrera, es como si algo me impulsara a meterme en el mar. En fin.

Me dirijo al baño que esta en la recámara para tratar de darme una ducha, ya que anoche sude como un puerco. Lo que no se es como me bañare teniendo estas gigantescas alas.

Me acomodo como puedo dentro de la bañera y hago correr el agua helada. No me gusta el agua caliente, me esponja el pelo. Cuando termino de enjabonar mi cuerpo, enjuago y me salgo.

Me seco todo el cuerpo y cuando procedo a secarme las alas, me doy cuenta que están secas ya. Es como si fueran impermeables. Para probar mi teoría me acerco al lavado y cojo un vaso de agua, dejo caer su contenido en mi ala izquierda y observo como corre el agua hasta llegar al suelo. Pero el ala no se moja, solo le resbala.

Esto es genial. No tendré que estar horas tratando de secarlas. Me enrollo una toalla grande en el cuerpo y otra en el pelo, salgo del baño en dirección al armario.

Al llegar ahí sé qué carajo me pondré en la parte de arriba. Me coloco una blusa suelta de color calipso con brasier integrado que no tiene espalda para poder tener las alas cómodas. En la parte inferior me pongo un short negro con tachas en los bolsillos. Y por último unas cómodas sandalias del mismo color que la blusa.

Me cepillo y salgo al corredor a ver si hay alguien. Para mi mala suerte no encuentro a nadie en la segunda planta. Así que me dirijo a las escaleras. Cuando llego al comedor me encuentro a mi madre y a Nat. Las dos estaban desayunado pero al verme se pusieron rápido de pie.

-¿por qué se paran?-inquirí.

-no lo sé, mis pies actuaron por si solos-dijo mi madre. por su expresión pude ver que era verdad lo que me dijo.

-qué raro, es como si fuera por respeto. Pero nadie te tiene respeto a ti, fea, así que dejémoslo como esta-dijo Nat.

-mama mira, me dijo fea, correla de la casa-le dije sacándole la lengua.

-compórtense las dos-nos regañó-ya tienen 17 años. Maduren-

-lo siento mama-

-si de verdad lo sentimos, mama adoptiva-solté una carcajada. La verdad es que Natalia vive prácticamente en mi casa. Nos conocimos desde que teníamos 7 años. Ella me arrojo su helado porque no le quise prestar mis muñecas. Desde ese día somos inseparables.

-no pasa nada, hijas-

-has visto a mi nana-pregunte-Desde anoche que no la veo-

-debe estar en su cuarto, ve a verla. Cuando regreses comes todo tu desayuno, que tienes mucho que investigar. Esas alas no pueden aparecer por si solas-es cierto. Se me olvidaba ese detalle, Es como si estuviera acostumbrada a ellas, No pesan casi nada.

Me dirigí al cuarto de mi nana, que por cierto se llama Mari, toque su puerta tres veces y espere a que me abriera. Cuando iba a dar el cuarto toque me abrió. Se le notaba la sorpresa en el rostro, pero no fue tanta como la de mi familia. Después se desesperó.

-mi niña. Todavía no tenía que haber pasado. No esto no tiene que ser así. Falta todo un año más-mascullaba casi para sí misma dando vueltas en su cuarto.

-de que hablas nana. Me estas asustando-

-¿cuándo ocurrió tu transformación?-

-como a las 1:30 de la madrugada. Un momento ¿tu sabias algo de esto?-inquirí algo sorprendida.

-sí, lo sabía. Pero no tendría que haber ocurrido hasta dentro de un año. En tu cumpleaños 18-

-como lo sabias, ¿porque no me dijiste?-esto ya es demasiado. Me convierto en un ángel, me salen tatuajes y por ultimo mi niñera sabía todo.

Me pongo a hiperventilar y pasa una corriente fuerte que rompe un florero que había en la habitación. Di un pequeño salto hacia atrás y casi tropiezo de no ser por mi nana que me agarra de un brazo. Sí que tiene fuerza esta mujer.

-¿Qué fue eso?-pregunte asustada.

-eso fue una pequeña demostración de que tus poderes ya se están manifestando-

-¡¿Qué?! ¿Se supone que tengo poderes?-esto ya es alucinante. Poderes. ¿Qué más poder hacer?

Cuando pienso es ciento un calores en mis manos que se expande hasta la punta de mis dedos. Al llegar ahí sale una ráfaga de aire que alborota los rizos de Mari. Whoa.

-sí, tienes poderes. Pero no es tiempo de explicaciones, tienes que ir a la torre de aterrizaje y preguntar por Christian. Cuando lo veas le muestras tu muñeca, tienes que ir sola. No dejes que nadie más vea tu marca, o sino las cosas se saldrían de control. ¡Ve!-

Cuando termina de decir eso me arrastra hasta la salida de su cuarto y cierra la puerta. Eso fue raro. Pero no pierdo más tiempo. Primero me voy a mi cuarto a buscar una muñequera de cuero negro para poder ocultar la marca. Cuando me la pongo me dirijo al comedor donde ya no hay nadie. Cojo un sándwich de jamón y queso, y me voy.

Arcángel: La TransformaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora