Shun de Andrómeda.

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Hyoga despertó en su sillón, en una posición rara y con resaca

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Hyoga despertó en su sillón, en una posición rara y con resaca. Se quejó en seguida, mientras se arrestraba hacia la cocina por un poco de agua.

Ese "poco" de agua hizo que se le vaciara todo el agua hervida que tenía, así que llenó la tetera y puso a hacer nueva.

Qué asco se daba así mismo.

Suspiró. Entonces el joven se dirigió hacia su auto para ir a hacer las compras normales. Tal vez comería algo de camino a casa, ojalá algo delicioso.

Cuando volvió a casa, este joven rubio cargó las compras y las colocó en la entrada, no eran muchas, así que no era un problema

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Cuando volvió a casa, este joven rubio cargó las compras y las colocó en la entrada, no eran muchas, así que no era un problema. Mientras iba y volvía de la casa al auto, se sentía observado. No se sentía incómodo, pero empezaría a incomodarse.

Volteó hacia aquella casa tan lóbrega, no había ni un ruido en esa casa, no se escuchaban pasos, ni niños, ni adultos, ni nadie. Tan curioso por saber qué había ahí.

Entonces miró por la ventana de arriba, él, su único vecino, lo miraba de manera tranquila, neutral. Un joven de estatura promedio. Algo pálido y de cabellos verdes.

¿Había visto ese chico antes...?

Un recuerdo vago de la noche anterior viene a su mente, pero es muy borroso. No recuerda casi nada. Sólo lo mira.

Sintió un pequeño cosquilleo al verse fijamente, pero también una pequeña calidez. De un momento a otro, aquel joven se fue de la ventana.

No escuchó nada, ni caminata. Supuso que se cansó de su "Pelea de miradas". Pero escuchó cómo la puerta principal se abría y este se acercaba, pero no pasaba de las cercas, degradas y despintadas. Viejas.

Ambos estaban a pocos metros ya que Hyoga estaba en su garage que daba justo al costado de la casa del chico raro.

─ Hola ─saludó levemente, agitando su mano─, Eres el nuevo vecino, ¿No?

─ No, es que esta casa me la prestaron y ahora me voy. ─replicó con sarcasmo, pero con una sonrisa. Algo de él le hacía sonreír.

─ Perdón, perdón ─negó el joven con una voz suave─. Soy Shun de Andrómeda. Es... Un gusto ver a alguien después de mucho tiempo.

─ Hyoga. Hyoga de Cisne ─se acercó a él y se dieron una cálida tomada de manos─. ¿Entonces has estado solo todo este tiempo que la casa estaba vacía?

─ Podría decirse que sólo desde el año anterior ─respondió con una cálida pero pequeña sonrisa─. Un gusto conocerte, Hyoga. Y, si necesitas algo, supongo que estaré aquí.

─ Tampoco creo que necesite algo relevante. Pero gracias. ─se despidió él, tomando su última bolsa de compras y llevárselas hacia la puerta.

─ Fue un placer conocerte, Hyoga. ─entrecerró sus ojos entonces Andrómeda, mientras al chico que se dirigía sólo apresuraba su conversación.

─ Claro, claro. ─entró a casa. Hace mucho frío.

Qué tipo tan raro.

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Yogurt zundere neqito qaguai qun.

🍶 Daiki.

Quiet Updown. » Hyoga de Cisne.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora