Capítulo 3

3 0 0
                                        

-¿Por qué eres así?- es la pregunta que he tenido en mi cabeza todo el día.
-¿Así, cómo?-
-Ayer por la noche fuiste muy caballeroso y amable, pero esta mañana has sido todo lo contrario-
-No he tenido un buen día, simplemente- me gustaría preguntar qué le ha ocurrido, pero le conozco de tan solo dos días.
-Gracias- digo después de dar un gran bocado.
-¿Sueles tener problemas con tu alimentación?- la pregunta hace que me ría, supongo que por la seriedad que le ha puesto. Normalmente no me gusta contestar a esa pregunta porque tuve un año problemático con eso...Pero dicha por él es diferente, no sé porqué. -¿Por qué te ríes?-
-No sé- mi risa se va relajando a medida que me voy terminando la cena. -¿No quieres que te toque el piano ni nada?- él niega con la cabeza. Lleva todo el rato observando cómo como, es un poco molesto. -Tu madre es guapa- comento recordando a Amelie. -Tendrá suerte tu padre- observo como se tensa su mandíbula. -¿Pasa algo?-
-No tengo padre-
-Ah...- supongo que murió o algo, prefiero no preguntar, no parece estar listo para esa conversación. Hoy está más distante que ayer, es extraño. -¿Sabes tocar el piano?- pregunto un tanto animada. Él eleva sus hombros indiferente. -Ven- me levanto y camino hacia la banqueta del piano. Le indico que se siente a mi lado y lo hace. -Mira, este es el do central...- no me deja terminar la frase cuando hace la escala de do mayor perfecta. -Joder...- digo asombrada. He pensado que no sabía tocar, aunque tampoco me ha dicho que no.
-Aprendí de pequeño-
-¿Tocas algún otro instrumento?-
-Sí, el arpa y el violín- lo ha soltado como si fuera insuficiente.
-Hostias...- él se queda mirando las teclas fijamente, serio, con la mirada un tanto vacía. -¿Te ocurre algo?- pregunto, y de pronto, me agarra la mejilla para girar mi cabeza y así poder juntar sus labios con los míos. Unos pequeños calambres azotan mi estómago, haciendo que quiera seguir el beso. En pocos segundos nuestras lenguas se funden, hasta que mi falta de aire hace que recobre el sentido. Me separo bruscamente de él, sin darme cuenta de lo pequeña que es la banqueta, me caigo y escucho su dulce carcajada.
-¿Está bien, señorita?- pregunta irónicamente. Está claro que ya ha vuelto a ser el que fue ayer. Él me entrega su mano, pero la rechazo y me levanto sola.
-Sí, estoy perfectamente- no es verdad, estoy muy nerviosa.
-No pensé que el rollo tímido le iría, señorita Brown- observo su sonrisa orgullosa mientras se levanta de la banqueta y mete sus manos en ambos bolsillos del pantalón.
-¿Perdona?- cuando se acerca, no evito mirarle con desprecio. -Que te jodan- digo antes de caminar hacia la puerta. Cuando la abro, una mano la cierra rápidamente.
-Lo siento, Caeli, no sé cómo reaccionar contigo. Tengo mucha información sobre ti pero no llego a entender cómo eres realmente- dice detrás de mí. Su aliento choca contra mi oído y un tremendo escalofrío pasa por mi cuello. -Cuando te vi subir a este crucero, noté unas necesidades escalofriantes de conocerte, pero me frustra no saber cómo reaccionar ante ti- no sé qué pensar, tampoco sé a lo que se refiere. Me giro para quedar frente a él. Su brazo está justo al lado de mi cabeza, noto que está dejando todo el peso en él.
-Tal vez...Solo sea un capricho para usted- digo seriamente mientras intento relajar la ola de sentimientos que me llegan cuando observo su pecho subir y bajar rápidamente. Estoy muy cerca de él, casi puedo sentir su aliento agitado en mi cuello.
-Admítelo, también sientes una atracción hacia mí-
-Yo no siento absolutamente nada hacia ti, joder, te conocí anoche, ¿qué estoy haciendo?- le quito el brazo que tiene apoyado sobre la puerta y salgo de la habitación, dejándolo solo.
Tan solo le conozco de dos malditos días, no puede ser que ya me haya enamorado de él. Aunque quizá sí me atraiga sexualmente, pero no, noto que es algo más. Porque como atracción también está Luke, el camarero y con él no siento lo mismo que cuando estoy cerca de Phillip. Es muy extraño y confuso.
Camino hacia mi camarote, pero no me apetece estar ahí aún. De pronto se me ocurre una idea, giro y voy hacia la barra que dirige Luke. Me siento en el taburete y doy un golpe a la barra con la palma de la mano.
-Te veo enfadada- ríe él.
-¡Sí!- normalmente cuando me enfado no parezco muy seria, mi personalidad no va con eso. -Dame algo con mucho alcohol- lo necesitaré...
-Tengo Red Label, no es lo que más alcohol lleva, pero es un cuarenta porciento-
-Eso mismo, sí- él me lo junta con algo más y me lo entrega. Tiene un sabor extremadamente fuerte, la garganta me quema enseguida.
-Es muy fuerte-
-¿Pero cómo puede la gente beber esto?- él eleva sus hombros indiferente mientras seca un vaso con un trapo.
-¿No has bajado en la primera parada?- niego con la cabeza.
-No he tenido mucho tiempo-
-Dicen que La Spezia es hermoso-
-Ya, ¿cuál era la siguiente?-
-Civitavecchia, desde las nueve de la mañana hasta las siete u ocho creo-
-Pues a ver si puedo bajar un rato-
-Si ves que puedes...Toma mi número de teléfono por si quieres que te enseñe algo de allí o algo, he ido unas cuantas veces- Luke me entrega un pequeño papel después de escribir unos números en él.
-De acuerdo- sonrío lo menos falso que puedo y cojo el papel. Me termino la copa del tirón, y cuando escucho un silbido que proviene de Luke, me quedo mirándole.
-¿Has bebido alguna vez algo tan fuerte?- pregunta cogiendo el vaso.
-Desde la adolescencia que no bebo ese tipo de alcohol, soy más de vino- doy un golpe a la barra con la palma de la mano. -¡Ponme otro! Que me ha gustado el sabor-
-No, mejor no. Deberías irte a tu camarote a dormir-
-Que no, Luke, no te preocupes, estoy perfectamente- sonrío ampliamente.
-Probablemente eso decía el borracho que estaba aquí ayer gritando ''¡hace diez años vi un alienígena!''-
-¿Y por qué no?- río escandalosamente, la verdad es que el comentario ha sido gracioso en cierto modo.
-Bueno, si lo hubiese dicho con otro tono...Pero lo dijo después de anunciar que tenía una almorrana en el culo- golpeo la barra con el puño mientras me carcajeo. Luke la rodea para ponerse en el taburete que hay a mi lado. -Creo que ese vaso se te ha subido-
-Si solo era uno, además de que tan solo me he mojado los labios....- mi risa aumenta, tanto que el taburete se balancea y estoy a punto de caer sobre Luke, pero él me sujeta por los hombros y me estabiliza.
-Lo siento-
-No importa, tengo una hermana, me acuerdo de su primera copa, claro que no se la bebió del tirón...-
-¿No hay aquí un sitio para bailar?- pregunto cruzando los brazos y apoyándolos en la barra.
-Pues...- Luke mira su reloj -Sí, creo que están hasta las cinco o seis, incluso siete quizá-
-¿Te vienes?- propongo más entusiasmada de lo que debería.
-No puedo dejar la barra hasta las dos-
-Vale, pues ponme otra- pego otro golpe a la barra.
-Que no...Vete a tu camarote ya, anda-
-Vale...¡Pero mañana nos vamos tú y yo de fiesta!-
-Que sí, que sí...- escucho su risa tímida mientras me ayuda a levantarme.
-Buenas noches- le sonrío y le doy un beso en la mejilla.
-Buenas noches...- se despide, sorprendido.
Cuando por fin llego al camarote, Meriem está dormida, me desvisto lo más cuidadosamente que puedo para no despertarla, me pongo una camiseta larga y me tiro encima de la cama.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 31, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

EL CRUCERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora