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Me levanté temblando y volví lentamente a mi cuarto, volví a lavarme y me lanze a dormir, a eso de la tarde desperté por gritos de mis amigas

-joven principe la señorita está dormida

-es mi mujer levantenla

-pero...

-que quieres tengo mucho sueño

-vuelve a nuestras habitacion

-no quiero

-eres mi mujer, vuelve a nuestra habitación, no quiero que estés aquí sola y menos después de lo que dijiste

-cual es tu verdadera intención

-facil, evitar murmuraciones fuera de mi Palacio

-no quiero, además se que los señores no duermen con sus esposas para no celar a sus concubinas

-en una semana será el cumpleaños de el ministro de la izquierda mi amigo Hashirama, no quiero a nadie hablando que no puedo controlar a mi esposa así que muévete y vuelve a mi habitación

-eres un...

-quieres que venda a tu querido amante?... Eso lograrás si te niegas

Hijo de su putísima... No me quedo de otra, recogí mis vestidos y me mudé de nuevo a la Habitación de Sasori, pero le haría pagar, me recosté, extrañamente estaba agotada, aunque después de todo la última semana había estado teniendo relaciones con Sasori y valla que no era delicado con migo, la semana paso y cada vez me sentía más y más cansada, dormía muchísimo, sospechaba de tener anemia, más aún no era nada seguro, Sasori varias veces intento tenerme pero mi estado cansino era tal que al final optaba por traerme comida y aunque lo negaba sabía que estaba preocupado

-como sigues

-igual, me duele la cabeza y estoy muy cansada

-traere a el médico Imperial

-no es necesario, ya te lo dije

-te ves pálida y estás cada vez más cansada traeré a el médico es mi última palabra

-esta bien

De nuevo me quedé dormida, solo desperté cuando un hombre viejo llegó y me pidió el brazo, Sasori fue llamado por un guardia yo me quedé sola con Hina y el hombre

-que tengo doctor

-señora felicidades usted está embarazada

Embarazada... Embarazada... La palabra pasaba por mi cabeza una y otra vez, como las estrellitas de los dibujos animados que solía ver de niña, unas náuseas horribles me invadieron, Hinata me entrego un cubo donde vacíe mi estómago... Pero entonces... No era imposible que fuera de neji, solo hace una semana que estuve con el aún así pregunté...

-mi señora aproximadamente usted tiene 3 semanas de embarazo

Un alivio lleno mi pecho, pero... Aún no sabía que tramaba Sasori así que decidí ocultarlo

-medico imperial, porfavor no le diga a mi esposo, quiero ser yo quien le de la gran noticia

-entonces así será mi señora

-NADIE debe saber está noticia, me entiende

-si mi señora

Aunque el lo prometio le di varios lingotes de oro, así sabía que tendría su Fidelidad, el médico le dijo a Sasori que era un resfriado y debía dejarme descansar, el suspiro y accedió

-que bueno que estés bien

-estabas preocupado?

-eres mi mujer no soy tan despiadado

Temia preguntar, en el último mes el se había ganado mi respeto, era fácil de enfadar, pero era parte de su encanto, necesitaba saber si por lo menos cuidaría de mi y mi hijo

-Sasori

-si?

-yo...

Pero justo en ese momento entró Deidara

-mi señor, mi señora perdonenme, pero el señor ministro Hashirama y el secretario real Gaara están aquí

-bien iré de inmediato... Hablaremos luego

El se levantó, con su porte de galán de telenovela y salió, yo solo me acariciaba el abdomen, pensaba tontamente cuál sería el género, que nombre le pondría?
Se parecería a mí o a su padre, sonreí como tonta y luego decidí dar un paseo por mi jardín, fue entonces cuando una hermosa chica de piel blanca y ojos avellana vestida con un precioso kimono se me acercó

-usted debe ser la princesa Haru

-asi es y usted quien es?

-soy Konan, Senju Konan

Por fin la conocía, pero su belleza y elegancia superaron todas mis espectativas...

La Emperatriz y el EscorpiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora