Algo en la Obscuridad

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Carlos caminaba siguiendo la  linea amarilla de la carretera, que era lo único que se veía en la oscuridad. Cuanto más avanzaba la noche, menos vehículos cruzaban por ahí, y ninguno paraba para llevarlo.
Viajar así era parte de su vida: trabajaba en una cosecha, viajaba hasta otra, vivía de pueblo en pueblo, o en algún establecimiento,  pero siempre partía nuevamente… a pesar de haber andado en incontables ocasiones por numerosas carreteras, muchas veces de noche, nunca había atravesado una zona sola, ni había visto una noche más oscura y silenciosa que aquella.

La línea de la carretera era su única guía, no se veía ni las manos. Avanzaba lentamente, con pasos inseguros.

Al caminar podía concentrarse en seguir la línea amarilla, y de esa forma no pensar; pero su miedo fue creciendo de a poco. ¿A qué le temía? No lo sabía, ¿Qué podía haber en aquella oscuridad?, ¡nada!, sólo campos solitarios iguales a otros que había atravesado, pero, ¿qué era aquella sensación que sentía cada vez más fuerte? ¿Sería por estar solo? No, él no le temía a la soledad, era otra cosa, sentía que… algo iba a su lado.

Se detuvo y escuchó, todo estaba silencioso. Fue a extender un brazo pero lo contuvo un terror repentino. “Y si tanteo algo”, pensó, y sintió más terror. Experimentó de pronto el miedo instintivo y profundo a lo desconocido, el verdadero terror, y al borde de la desesperación, de huir gritando hacia cualquier lado, extendió su brazo derecho y lo movió en la oscuridad.

Lo hizo porque creyó por un instante que allí no había nada, y que si lo comprobaba su terror iba a disminuir; pero se equivocó, si había algo...

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"Fantasma"

Ese día no quería  salir, tenia un mal presentimiento. Además era un poco tarde, pero después
de pensar varias veces me puse los zapatos  deportivos y salí.

Caminando a buen paso doblé hacia una carretera que solía evitar porque tiene muchas colinas.  

A la distancia se podia ver un cielo oscuro. Yo seguía caminando sin prestarle mucha atención mi alrededor, pero una tranquilidad creciente me hizo observar con atención el paisaje. Entonces noté la ausencia de pájaros en los alrededores. La naturaleza estaba como inmovil, esperando; era la clásica calma antes de la tormenta.

Había caminado hacia la tormenta, al volver la tenía a mi espalda, rugiendo ferozmente.

El sol ya estaba muy bajo,  el paisaje se oscureció repentinamente, a la vez que el viento se hizo más fuerte. los relámpagos comenzaron a caer, algunos rayos hicieron temblar la tierra. Luego, una torrencial lluvia bajó de golpe sobre el campo.
 
La lluvia era tan intensa que se me dificultaba ver.

Completamente empapado muriendo de frío, seguí avanzando a través de la intensa lluvia que caía  acompañada de un fuertisimo viento.

Algo reluciente me hizo mirar hacia un lado, entonces vi entre aquel caos, en aquel oscuro paisaje, iluminado por momentos por truenos, la aparición fantasmal  de un jinete cabalgando por encima del campo sin pisarlo, pues las patas del caballo se agitaban en el aire.

El jinete tenía una espada en la mano y la apuntaba hacia adelante, como si estuviera guiando a un ejército invisible hacia la batalla.
Ví la aparición sólo por un instante, después desapareció en la tormenta. Al llegar a casa sentí un gran alivio, pero la caminata bajo la tormenta ya me había afectado.

Durante la madrugada me envolvió la fiebre, y hasta el amanecer estuve temblando y sufriendo de pesadillas, en donde veía una y otra vez al jinete fantasma galopando en la tormenta.

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