Capítulo 4

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Una tarde en una casa solitaria una niña de 5 años se encontraba muy asustada tenía que tomar su siesta hasta que su madre y hermana regresen de su trabajo, pero había visto algo que le quitó el sueño así que  se fue a buscar a su vecino.
— Tadeeeooo!! — grito entrando a su habitación asustando a Tadeo quien se quedó dormido con un libro sobre su cabeza.
— AA AA... Quien?.... Amelia que haces aquí? —
Después de que le relatará todo su cuento, él trato de tranquilizarla.
— Amelia, no existe el coco —
— yo lo vi, estaba debajo de mi cama.
— donde está Pamela y tú mamá? —
— en el trabajo —
— que!! — miro su celular  — mierda ya es tarde — luego miró a Amelia con vergüenza se la había salido una palabrota en frente de ella.
— tu ...no oíste nada, si..—
— que es mier... — pero antes de que dijera la palabra Tadeo la detuvo.
— no oíste nada okey ... Olvídalo olvídalo — repitió mientras le desordenada el cabello haciéndola reír.
— supongo que solo me descontarán el día, ni modo ven Ami te llevare a tu casa —
— no, no quiero ir, ahí está el coco —
— que no existe el coco —
— déjame quedarme —
— ufff está bien, Pamela vendrá por ti.
Amelia se tranquilizó, pero seguía metiendo bulla a si que le dio un cuaderno para que pinte mientras el seguia estudiando, aunque no contó de que Amelia a su tierna edad de cinco años ya sabría distinguir ciertas palabras.
— hay no esto está más difícil — trato de comprender lo que había en su libro pero solo por distraerse miro hacia Amelia, que veía atentamente su cuaderno con el dibujo cursi que había hecho de Pamela y un corazón.
— aaa.. no mires eso — le arrebató el cuaderno — suerte que no aprendiste a leer — dijo razonando mejor.
— es mi hermana — eso dejo como piedra a Tadeo, habían descubierto su secreto, pero la tierna mirada curiosa de Amelia le hizo darse cuenta de que solo era una niña que después incluso lo olvidaría.
— Amelia me guardas un secreto, debes prometer que no se lo dirás a nadie absolutamente a nadie okey? — Amelia solo asintió.
— me gusta Pamela — se veía tan sincero y serio que Amelia se dio cuenta de que era más que una amistad.
— recuerda prometiste no decírselo a nadie confío mi secreto en ti, no le digas nada de lo que te dije ni viste si? — si.. — Amelia estaba sorprendida con los años ese recuerdo se hizo más borroso pero seguía estando en su memoria el amor que Tadeo le daba a a su hermana estaba claro en ella y por la situación en la que se encontraba Tadeo dejo que los recuerdos la invadierán.
Conozco a Tadeo desde que tengo memoría siempre estuvo incluido en nuestra familia pero yo nunca lo vi como parte de ella y no solo era por qué no lo quería como un hermano era más por qué en las familias no solo hay risas y alegrías también hay discusiones, disgustos, castigos, competencias, e incluso lágrimas, pero con Tadeo todo era tan neutral el nunca se enojaba ni peleaba ni siquiera había momentos enternecedores donde uno hace confesiones  sobre sus errores, él nunca abría su verdadera esencia a nosotros, jamás lo vi triste ni con ganas de llorar el siempre trataba de tener una sonrisa para cada uno de nosotros, me inquietaba su personalidad, su verdadera personalidad, y fue así que  yo misma cabe mi tumba al intentar descubrir a un chico, solo me fui enamorando mas de él como un chico amable y generoso se enfrentaba a la vida y se esforzaba en todo, mi hermana me dijo que desde que el padre de Tadeo falleció en un accidente en el trabajo de construcción, él tenía que verselas solo así que era un chico bastante trabajador, trabajaba en lo que podía, para seguir estando en la escuela y universidad de todos modos su madre no lo ayudaría, fue así como se hizo conocer con todo el vecindario tratando de trabajar para cada uno, pero yo veía que muchas veces hacia esos trabajos no por el dinero si no por amabilidad veía como ayudaba a la señora Lucero en abrir su pensión y alzar cosas pesadas, veía como trasladaba al viejito Arturo en su bicicleta con el empujando por detrás, veía como toleraba a su madre por sus gritos y aún a si la quería y cuidaba, veía como se desvivía por mi hermana y siempre trataba de hacerla reír en especial cuando se encontraba triste, en fin él era así y en mis torpes intentos de descubrirlo solo me iba convenciendo de que realmente estaba enamorada de él ..
— descuida Amelia tal vez puedan salir temprano y vayan a verte — Tadeo estaba algo estresado sus exámenes de la universidad estaban a la vuelta de la esquina no puede concentrarse y menos con Amelia casi llorando al lado.
— prometieron que irían si ganaba y ahora.. — sus ojos ya veían lagrimosos.
— entiende Amelia tu mamá necesita trabajar y Pamela no puede dejarla sola además de que debe ir a la universidad pero tal vez podamos encontrarnos para que luego ambos vayamos a recogerte — " siempre busca una escusa para estar con mi hermana" .
— esta bien, me voy —
— adiós Ami —
El día de la presentación me encontraba muy nerviosa, todas esas personas mirándome.
— y como segundo número tenemos a Amelia García del quinto grado quién nos hará una declamación como primer lugar en el concurso de poesía —
— Para mi familia — levante la vista tál vez alguien de mi familia se encontraba ahí pero no había nadie.
Empecé a declamar y jamás me había sentido tan sola.
— oye Amelia donde están tus papás no vinieron verdad —
— a claro todos saben que tu papá los abandonó —
— no es cierto!! —
— entonces por qué no está aqui —
— eso no te importa!! —
— claro, entonces debe ser verdad mi mamá me dijo que tu papá se fue con otra mujer y por eso tú mamá ya no viene a la escuela —
— eso te hace como una niña huérfana Amelia jajaja —
Amelia se lanzó a su compañera empezando a jalar sus cabellos.
— no hables mal de mi papá!!! —  continuó jalando sus cabellos hasta que la otra la empujó, empezaban a juntarse para golpear a Amelia pero se asustaron de la persona que se paró detrás de ella.
— ya no la molesten, conosco a los padres de cada una asi que  si no se van ahora un jalón de pelos no es lo único que recibirán.
— mmm — las niñas se fueron temerosas.
— estás bien Amelia no te golpearon fuerte o si — yo solo negué con la cabeza aún estaba muy dolida por lo que me dijeron esas niñas.
— Amelia sabes que lo que dijeron no es verdad no dejes que te duela se merecían ese jalón de pelo — eso me hizo sonreír un poco.
— toma — me dio mi helado favorito de chocolate y era el más grande.
— gracias — sonreí ya mucho más relajada.
— te lo mereces fue un hermoso poema — abrí los ojos sin poder creerlo, no solo vino a recogerme "sin mí hermana" también escuchó mi declamación.

Una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora